Desde que llegué de la escuela estuve haciendo exactamente nada. Tomé mi computadora, encendí la música y me puse a leer de la forma más tranquila, y así pasó mi tiempo hasta que suena mi celular con un número desconocido.
-¿Sí? –Contesté algo nerviosa, era raro que alguien me llamara en viernes por la noche.-¿Quién habla?
-Hey! Leyla, ¿Qué haces?, ¿Dónde estás?
¡Hay no!, ¿Kyle?, rogué internamente que no fuera el.
-¿Kyle? –Pregunté algo dudosa.
-No, el vecino.- Ironizó.- Claro que soy yo Leyla, ¿Estás en tu casa?
-Sí, estoy escuchando música y leyendo, ¿Por qué?
-¿Ya cenaste?
-No.
-Paso por ti en diez para ir a cenar camarones, ando de antojo.
-¿Iremos caminando?
-¿Qué?, no. Iremos en mi carro, me lo han dado nuevamente.
-No sé, no estoy lista, y no quiero ir. Invita a alguien más, no sé, alguna de tus amiguitas.
-Pues mis “amiguitas” nunca saben de qué hablar más que de su físico, escucho esas estúpidas conversaciones todos los días, anda vamos, yo invito.
Salir en viernes, pero yo nunca lo había hecho. Quería pero no quería ir, bufé de frustración, nunca había estado en un dilema conmigo, así es, conmigo. Nunca había tenido que preocuparme de si quería ir a algún lugar o quedarme en casa. Casa, si mi casa, está sola, buen pretexto.
-Estoy sola en casa, mi mamá salió, y no me deja dejar sola la casa, lo siento.
-Bueno en diez llego con camarones, nos vemos Leyla.
-Oye, Kyle, no…
Y así es como intenté decir algo y no me dejó. Yo me encontraba en pijamas y un hombre vendría a mi casa, y no me iba a arreglar nada más para recibirlo. Tomé nuevamente mi celular queriendo hacer una llamada casi de emergencia, el celular sonó una vez, otra y otra hasta que lo contestaron.
-¿Leyla?
-Esteban, necesito tu ayuda urgentemente, Kyle viene a mi casa.
-Hola Esteban buenas noches ¿Cómo estás?, bien Leyla gracias por preguntar.- le volqué los ojos ante su respuesta.- No me vuelques los ojos. Bien, va a ir ¿Cuál es el problema?
-Que no sé qué hacer. Me habló para invitarme a cenar y le dije que mi mamá no estaba y que no podía dejar la casa sola, y me dijo entonces voy para allá con la cena. Será muy incómodo Esteban, ¿Qué hago?
-Puedes platicar con él, ver televisión, no sé, creo que te frustras como si estuviéramos hablando de que te llevó a una cita con él.
Esteban tenía razón, me estaba alterando demasiado, además, solo era una cena y no tenía por qué ponerme en ese plan, podíamos estar a gusto. El único problema que seguía latente era la persona con la que iba a cenar. Kyle tenía muy locos pensamientos y era muy ocurrente. Pero bueno, puedo guardar la compostura.
-Tienes razón Esteban, creo que estoy haciendo demasiado drama.
-Además recuerda que es Kyle no Ian, y no son ni serán iguales aunque los quieras comparar por lo que tienen en común.
-Lo sé pero… -sin recordar que el venía en 10 minutos me interrumpió el sonido del timbre- Rayos, Esteban creo que Kyle ya llegó, te dejo y gracias, eres un amor como siempre.
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Otra vida fuera de la rutina
Teen FictionImagina que tienes 17 años de tu vida donde llevas marcando tu rutina y un día parecido a cualquier otro, un proyecto de escuela te hace involucrarte con la persona que es totalmente diferente a ti y es capaz de deshacerse de la vida marcada que tie...