¿Era broma?, Sí, tenía que ser una enorme broma, algún mal sueño, o lo pesado que puede llegar a caer la comida. Es que eso tenía que ser porque como es posible que Max y yo pudiéramos ser encontrados justo en este lugar. Miré a Max a mi lado que también tenía una cara de póquer, pero sabía que quería arrancarle la cabeza a Kyle en cualquier momento.
Así es señoras y señores, Kyle estaba parado justo en frente de nosotros con el piojo oxigenado a un lado. Mientras Kyle tenía una sonrisita de satisfacción que no tengo ni la menor idea de a que se deba, Mónica miraba para todos lados como queriendo encontrar algo parecido a lo que ella estaba acostumbrada.
Max y yo seguíamos sentados en la manta, y apenas se empezaba a colar el frío por entre nuestras playeras. Habíamos dejado la comida a un lado antes de habernos quedado dormidos, ahora ya no quedaba nada gracias al gran apetito de nuestro reciente y no invitado amigo. Juro que si las miradas mataran, hace mucho que ni Kyle ni Mónica estarían aquí.
–Sabes Max, comienzo a creer que lo que comimos nos da pesadillas. –Comenté ignorando la presencia de Kyle, quien pude ver por el rabillo del ojo estaba desconcertado.
Max bufó y miró nuevamente a Kyle. –¿Qué hacen ustedes dos aquí? –Max trataba de controlar su tono de voz, pero el deje de frialdad saltó en cada palabra que dijo. Estaba muy molesto.
–Pues digamos que vi tu carro ahí parado y pensé que necesitaban ayuda.
¿Qué? Pero si esa es la peor excusa que he escuchado desde que tengo memoria.
–Haber Kyle –Intenté serenarme. –¿No crees que si hubiéramos necesitado ayuda habríamos llamado a alguien o parado a un auto? ¿Nos viste cara de qué? ¿Idiotas? –Sentía que en cualquier momento iba a explotar, mientras miraba a Mónica por el rabillo del ojo, a ella este asunto también la tomó por sorpresa. –¿Y ella qué hace aquí?
–Miren, verán…–intentó explicar Kyle cuando Mónica lo interrumpió.
–Se suponía que íbamos a un pueblo que queda exactamente a como 5Km de aquí, pero vio el carro de Max ahí, insistió en que tal vez necesitaban ayuda aunque yo le dije justo lo que tú le acabas de decir, que si necesitaran ayuda ya hubieran hablado. El punto es que se aparcó y no se vino corriendo porque sabía que sería muy ridículo. Los encontró dormidos y no se quiso regresar justo hasta que despertaron.
–Bueno, como has visto que estamos bien, ¿No te apetece ir a visitar ese pueblo?
Kyle se me quedó mirando de una manera indescifrable, aunque conociéndolo de la manera en que lo hago, sé que me mira con molestia, con mucho enojo, como si con eso pudiera hacer que yo retirara lo dicho, o algo de ese estilo pero él sabe justo como soy, claro que no voy a retirar lo que he dicho ya.
–¿Y si nos quedamos a hacerles compañía? –Preguntó más bien mirando a Max.
Éste bufó frustrado. –Está bien, de todos modos nosotros estábamos a punto de irnos, ya hace algo de frío y no quiero que Leyla se enferme.
–¿Max? –Pregunté dudosa, no podía creer que aquellas palabras vinieran de él, sabía que también estaba disfrutando este momento, yo lo sabía. Pero por más que busqué en su rostro algo que delatara que iba a retirar lo dicho, no encontré nada.
Me quité del lugar donde estaba pegándome más a Max. –Siéntense.
A Kyle se le notaba la satisfacción, yo lo veía, pero si le había satisfecho haber arruinado mi cita con Max, quería que estuviera seguro que esto no se iba a quedar así, estaba disfrutando el momento como nunca y no podía permitir que alguien me lo arruinara así.
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Otra vida fuera de la rutina
JugendliteraturImagina que tienes 17 años de tu vida donde llevas marcando tu rutina y un día parecido a cualquier otro, un proyecto de escuela te hace involucrarte con la persona que es totalmente diferente a ti y es capaz de deshacerse de la vida marcada que tie...