Después de haber arreglado las cosas y haber confesado sentimientos salimos del salón hacia la biblioteca para llevar el cañón.
Kyle iba muy pegado a mí, y aunque debería pues no me sentía incómoda pero mi comportamiento no decía lo mismo. Desde que salimos de ahí él iba platicando y yo sólo contestaba con monólogos. Iba muy cortante y no era porque no quería hablar con él, simplemente venía en mi mundo, ¿Cómo le iba a decir a Max esto que ocurrió?, ¿Qué razón le iba a dar para dejarlo?, ¿Me iba a creer?, ¿Mariele y Esteban me iban a matar? Bueno, es a la única pregunta que tengo respuesta; no lo harán.
–¿Puedo saber la razón de tu silencio? –Frenó Kyle el paso y me detuvo de los hombros para que evitara que yo siguiera con mi camino.
–No… no es nada, ya sabes que así soy yo. –Mentí lo mejor que sabía hacerlo, aunque podría jurar que…
–No te creo. –Eso, que no me creyera. Mordí mi labio, nerviosa y desvié la mirada. –¿Sigues pensando en el asunto de Max?
–Así es, aún pienso en él, siempre lo he hecho. En realidad no sé si esto que pasó fue lo correcto, quiero decir tú estás con el piojo oxigenado, yo con Max y…
–Espera, espera.
Fruncí el ceño ante la sonrisilla que se pintó en su rostro. –¿Qué?
–¿Por qué le dices piojo oxigenado a Mónica?
Rodé los ojos y bufé, odiaba tener que explicar lo mismo ciento de veces.
–Porque los piojos no se separan de la cabeza, y ella no se separaba de tu brazo. ¿También tengo que explicarte el porqué de oxigenado?
Negó, divertido. –Que original.
–Como sea. El punto es que aún no puedo decirle a Max, tengo que ver de qué forma voy a terminar con él, no quiero ser brusca ni mucho menos. También tú deberías ver cómo vas a hacer para terminar con Mónica.
–No tengo que terminar algo que no empecé.
–¿Nunca estuvieron juntos?
–No. Quise darle una oportunidad pero es tan… –Sí me pagaran por cada mueca que Kyle estaba haciendo en este momento, podría irme a comer un rico pastel de chocolate para mí sola. –¿Empalagosa? No sé cómo lo puedo describir, pero ella es así, y me fastidió. Quise darle una oportunidad, pero sólo quise. No pasó nada entre nosotros.
–Oh. –Así es. Eso fue todo lo que pudo salir de mis labios. ¿No estaban juntos? ¿Y para qué la llevó a todas esas partes con nosotros? Definitivamente Kyle estaba loco. –Da igual, yo todavía debo hablar con Max y luego ya veremos qué pasa con nosotros.
–Pasará que seremos novios.
–¿Tan seguro estás? –Intenté hacerlo dudar, aunque no siempre lograba mis objetivos para confundir a las demás personas. Eso era algo en lo que debería de comenzar a practicar más seguido.
–No puedo creer que enserio dudes de mí. Me hace sentir tan herido. –Hizo esa cara de puchero, como simulando que quería llorar, pero era tan cómica que no pude evitar reír. –¡Oye!
–Lo siento, lo siento de verdad pero es qué, esa cara no funciona conmigo, enserio, ¿Esa cara le has puesto a todas las chicas para terminen dándote lo que quieren?
–Exacto. Acabas de ver el rostro del convencimiento.
–Que bajo caías, enserio. –Un escalofrío recorrió mi columna vertebral al imaginarme a todas esas tipas pegadas a Kyle como pequeños bichos que se adhieren a tu piel y tienes que golpearlos para que se quiten. Aunque también comenzaba a considerar que relacionar a todo el mundo o sus acciones con bichos no era algo saludable.
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Otra vida fuera de la rutina
Teen FictionImagina que tienes 17 años de tu vida donde llevas marcando tu rutina y un día parecido a cualquier otro, un proyecto de escuela te hace involucrarte con la persona que es totalmente diferente a ti y es capaz de deshacerse de la vida marcada que tie...