16. Que romántico.

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–¿Cómo dices? –Gritó Esteban al otro lado de la línea.

Pues sí, así mismo reaccionó mi mejor amigo cuando le marqué para decirle que Max y yo por fin éramos novios. Sinceramente esperaba un “Felicidades, ya era hora” o “Me da tanto gusto, sabía que serían el uno para el otro”, bueno, también son unas palabras medio cursis, pero si esperaba una buena reacción.

–Dije que MAX Y YO YA SOMOS NOVIOS. –traté de separar cada palabra y recalcarla, para que no se hiciera el sordo.

–¿Cuándo fue eso? –Preguntó con un tono algo…¿Molesto?

–Hoy. Tienes que saber que fue increíble, fue tan lindo. Cuando fuimos allá a ver la gran ciudad, cuando se me declaró, y me besó, Esteban, le di mi primer beso a alguien que me encanta, y luego fuimos… fuimos al parque de diversiones y ahh…–Estaba casi cien por ciento segura que en este momento tenía una sonrisa estúpida en mi rostro pero era inevitable, salía por sí sola.

–¿Fueron al parque de diversiones? Wow Leyla, que detalle tan romántico. –Dijo con tono sarcástico.

–Pues, no siendo un romántico me ha encantado, Esteban. Creo que al menos deberías estar feliz por mí, ¿Sería mucho pedir que fingieras felicidad?

–No quise decir que no estoy contento, sólo que…¿Novios? Leyla, yo te hacia más con Kyle que con Max.

Y justo en ese momento, mi gran sonrisa se fue al desecho para quedarme con una completa cara de póquer. –¿Con Kyle?, ¿Estás de broma?

–Pues, es que… aunque se mantengan como perros y gatos, son lo que necesitan, y no sé, yo veía su relación con otros ojos, aunque Max estuviera pegado a ti, no lo veía a él como vi a Kyle.

–Pues amigo mío, necesitarás una consulta con un ortopedista para que examine esa mala vista tuya. Kyle y yo somos amigos, además, si fuéramos “el uno para el otro” yo estaría ahora con él, y no me hubiera ido de su casa cuando llegó Mónica y empezaron a dar muestras de cariño. –Hice una mueca con asco al recordar la escena.

–¿De qué hablas?

–De que llegó Mónica justo cuando habíamos terminado, pasaron a la sala y ella comenzó a toquetear a Kyle y él a hacerle no sé qué mientras estaban “charlando” así que me salí de ahí.

–Bueno, tampoco esperabas a Kyle como el chico más dulce, ¿No?

–No, no lo hago ni lo haré, y no me interesa si está con Mónica, con Jacinta o con Panchita. Ahora tengo una sonrisa en mi rostro gracias a Max y no a Kyle, y espero que tú, amigo mío, me felicites y no hagas cosas raras mientras Max y yo estemos juntos.

–Veo que te olvidaste de Ian.

–Ian fue sólo como…un capricho. No sé, fue mera obsesión. Algo de eso, pero no quiero arruinar mi momento de felicidad, estoy en las nubes, lo juro.

–Pues baja de ellas Leyla, no vaya a ser que después caigas de golpe.

Hice una mueca de desagrado. –¿Es mucho pedir que compartas conmigo mi momento de felicidad? Max es mi primer novio, y estoy sumamente feliz con ello.

Se escuchó un bufido del otro lado de la línea. –Felicidades por su relación Leyla, de verdad me alegro por ustedes dos. Me agrada demasiado que alguien te haga feliz en estos momentos, y aun así, sea como sea, sigues contando conmigo para todo.

–Esteban, te adoro, ¿Lo sabes?

–Lo sé, Leyla, lo sé. Sabes que yo a ti igual.

Max siguió pasando por mí antes de ir a la escuela y llevándome a casa cuando salíamos. Yo estaba totalmente feliz con esa relación. Kyle tampoco lo tomó muy bien el día que nos había tocado juntarnos.

Otra vida fuera de la rutinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora