11. Discusiones.

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A la mañana del viernes, Max pasó por mí para ir a la escuela. Lo bueno de todo es que estar con Max nunca es aburrido, siempre tenemos temas de qué hablar, y si llegamos a quedarnos callados, pues ese silencio no es incómodo, al contrario, sabemos que lo compartimos de una buena manera. Max sigue siendo genial. 

A la hora en que llegamos a la escuela, Max tomó mi mano como era costumbre, y entramos así al colegio. Amigos que nos conocían se nos quedaban mirando, a veces me incomodaba ser el centro de atención pero a Max parecía no afectarle en lo absoluto. 

Max me acompañó hasta mi salón y ahí estaba Esteban que cuando nos vio cambio su semblante de alegría a uno totalmente serio, como preguntando con la mirada.

–¿Ha pasado algo entre ustedes de lo qué no me he enterado? –Dijo mientras miraba nuestras manos entrelazadas.

–No, ¿Por qué lo dices? –Preguntó Max.

–Sus manos.

Ambos nos volteamos a ver y luego decidimos soltarlas. Se sintió frío cuando alejó su mano de mí pero no dije nada.

Sonó el timbre indicando que las clases iniciaban, Max me dio un beso en la mejilla y se fue. Cuando me gire a Esteban, no había cambiado su mirada.

–¿Qué? –Pregunté irritada.

–Tú sabes qué.

–No tiene nada de malo que nos tomemos de las manos. –Alegué.

–¿Están en una relación?

–No, aún no. Y si llegáramos a tener una, ¿Qué tiene de malo?

–Llevan apenas tres días conociéndose, han tenido dos citas, o una cita y una comida, como lo quieras ver, luego llegan tomados de las manos, ¿No te parece que van demasiado rápido?

–Jamás dijimos que nos amaramos, o nos quisiéramos, sólo nos atraemos, ¿Y qué, qué hay de malo en que nos atraigamos?

–Que sigue siendo muy rápido entre ustedes dos, ¿Qué sabes de él?

–Lo suficiente para asegurarte que si pasara algo, lo aceptaría con los brazos más que abiertos, y tú como mi amigo deberías estar feliz por mí y apoyarme.

Dejamos de mirarnos por un momento hasta que nos calmamos, luego suspiró y habló.

–No dije que estaba enfadado o que no me alegraba, pero también como tu mejor amigo que soy, me preocupa que te lastimen, no quiero que lo hagan. Pero si Max es lo que quieres, puedes contar conmigo.

Me tiré en sus brazos, literalmente. Lo abracé muy fuerte y el me lo devolvió.

–Te quiero mucho Esteban, pero debes confiar un poco más en mí, generalmente dudas de mí.

–Perdón, ¿Está bien?

–Bien.

Entramos a las clases y ya no comentamos más del tema de Max y yo, me puse a analizarlo y era cierto, sólo llevábamos como 3 días conociéndonos, pero como le dije, Max es el tipo de persona que sé que quiero, y si vamos muy rápido, pero eso lo podríamos hablar Max y yo y asunto arreglado, tampoco es para ponernos en un plan insoportable.

A la hora de ir al receso Max ya me estaba esperando en la puerta del salón. Esteban caminó con nosotros, y sólo por esta vez Max no tomó mi mano y no hicimos más comentarios al respecto. Cuando entramos, Kyle y Mariele ya tenían una mesa para nosotros así que Esteban se fue con ellos mientras nosotros fuimos a comprar el desayuno.

–¿Te dijo algo malo Esteban? –Preguntó Max mientras tomábamos la comida.

–Pues…preguntó sobre la relación que llevamos y dice que vamos avanzando muy rápido para el plazo que llevamos de conocernos. –Le dije sin levantar la mirada.

Otra vida fuera de la rutinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora