Capítulo 20

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La conversación con las mamás de Jongin, al cabo de un rato, resultó ser llevadera, divertida y ligera. Pero no quita el hecho de que me seguía sintiendo raro por el asunto... ¿Estaré exagerando? No, simplemente son cosas que no se ven todos los días. Mamás. Es difícil acostumbrarse.

Bueno, por lo menos Jongin hacía sido considerado y me había permitido conocer a su familia compuesta de mujeres. Oye, estamos en el siglo XXI, esas cosas ya no deben verse tan mal. La mentalidad cambia, señoras y señores. Pero aunque si era verdad que eso solo me hacía preguntarme mucho más por la vida de Jongin. No debe ser muy fácil ya que aún hay mentalidad muy cerradas con el tema.

-Algún día debes traer a Soosie.

-¿No vendrán para el verano?

-No cielo, debemos ir a Canadá a atender otros asuntos. –Se notaba que las madres no parecía muy contentas de dejar a su hijo solo mucho tiempo.

-Iremos nosotros entonces.

-Oye... ¿yo no debería tener voz y voto también en esto? –No pude evitar poner aquel tono de voz algo infantil al sentirme fuera de la conversación.

Las madres tuvieron que irse a dormir y claro, tan rápido yo, entendí el por qué eso de madrugar tanto para poder tener una video llamada.

La Garrapata me invitó a desayunar con él, algo que no lo vi malo ya que moría de hambre. Pero tuve que avistar a mi mamá de que no subiría con ella a desayunar junto a mi hermano, menos mal no pusieron mucho problemas en ellos. Más bien se sorprendieron con el hecho de que yo estaba levantado desde hace mucho antes que ellos... eso no se veía todos los días y era comprensible. Mi fuerte no es madrugar por eso Dios nunca me ayuda... ¡Por eso tengo tan mala suerte!

Vale, Jongin es peor que yo en la cocina.

-¿Se puede saber qué intentas?

-Ah... ¿Hacer algo de comer?

-El pan está quemado. –Le reclamé intentando empujar levemente su hombro.

-Kyungie.... Ayúdame, ¿sí?

¿¡Cómo le digo que no si me pone cara de cachorro!? ¡No se puede! ¡No! Me dan ganas de golpearlo...

-Hazte a un lado, Garrapata.

Vale, no soy aquí un gran chef pero puedo hacer un desayuno decente. Mientras, Jongin, se dedicó a mirarme desde la lejanía. Podía notar que sonreía, no sé, algo así como un sexto sentido inexistente me lo decía pero no dije nada al respecto y solo intenté concentrarme. Recuerda lo que te pasa si tienes cuchillos en las manos y piensas en otra cosa. Sí, te cortas y no importa si es para la mantequilla, tu consigues, de alguna forma y otra, sacarte sangre.

Jongin, por lo que intuí por el pan quemada, estaba haciendo un desayuno americano de estos por lo que me encargué de hacer también café aunque no era de mi gran afecto pero bueno, hoy me apetecía.

Aunque el asunto de las madres de la Garrapata me tenían en ascuas... Osea, ¿fue adoptado? No, no creo... se parece a la mujer/niñas... ¿inseminación artificial? ¿Debería preguntarle? ¿No sonaré muy chismoso? ¡Qué más da! Ya sabes mucho de él... en otro momento tendrás tiempo para preguntarle. Ahora concéntrate en asimilar lo sucedido y ya.

-¿Qué te parecieron ellas?

-Pues... muy habladoras. Pero son divertidas...

-¿Tienes preguntas al respecto?

-¡Muchas!

La risa de Jongin no se hizo esperar. No le tiré nada porque lo único que tenía en mano era una taza y no le iba a romper nada. Siempre siento que se burla de mí de alguna manera, prendiendo mi instinto asesino.

-Es normal que tengas preguntas. Te pusiste lindo, no me mires así, Kyungie.

Me abrazó por detrás, rodeando mi cintura mientras que su barbilla descansaba en mi hombro. Los besos no se hicieron esperar tampoco. Acabaría por mandarle algo a la cabeza solo para que no me molestara de aquella forma... Bueno, no me molestaba pero ¡Tenía un cuchillo!

-Oye.... Quietecito, eh. Te lo advierto.

-Me gustas mucho.

-¡Silencio! Deja de hablar.

¿Por qué jugaba así con mis pobres nervios? No es justo, yo también quiero ser capaz de provocarle o mismo... A lo mejor si lo hago, pero leer las expresiones de Jongin es tan difícil que no sé... ¿Por qué nos besábamos como si nada tan fácil? ¿Cuándo fue que pasaste a hacer este tipo de cosas, Kyungsoo? Supongo que ya es tarde para plantearse ese tipo de cuestiones. Debería haberlo hecho en un principio, cuando aún estaba a tiempo de no perder el rumbo, si es que alguna vez lo tuve.

-Ayer... realmente quería... acostarme contigo. –Me confesó entre besos.

-Yo también pero... no tengo ni idea de... bueno sí, pero no.

-Es lo mismo que con una mujer solo que... con algunas diferencias.

Me encantaba su explicación. Me lo dejó clarísimo. Lo mismo pero con diferencias. ¿¡Dónde está la lógica de esa frase!? Niño estúpido que ni se entiende cuando habla.

-¿No querías desayunar?

No me contestó y solo me subió en la encimera de su cocina, sentándome sobre el frío mármol en un movimiento rápido y sorpresivo.

Cuando volvió a besar mis labios con cierta brusquedad y fuerza... ¿qué hice? Pues lo que mi cuerpo me dictó y simplemente correspondí a la intensidad, enredando mis dedos en su cabello, y rodeando su cintura con mis piernas. El hecho de tener la postura que normalmente tendría la chica no más molestara me estaba mandando mensajes confusos a mi cerebro, pero esta mejor no pensar. Sí, estos 17 años conociéndote Kyungsoo no puedes pensar en las consecuencias de tus actos porque tú solo te echas para atrás.

Jongin besaba y mordía la piel de mi cuello provocándome leves suspiros y escalofríos. Dios... se sentía genial todo aquello. ¿Estaba bien empezar a ser de esta forma en su casa? Si sus abuelos llegaban y volvían a dejarme a medias no me haría mucha gracia. Las manos de Jongin me desconcentraron de mis cavilaciones y menos mal que lo hizo porque ya comenzaba a desviarme del tema.

¡Por mi...! ¿Qué fue eso? Joder... Mis sentidos estaban tan abrumados que ni siquiera me di cuenta de que me había hecho como para hacer gemir de aquella forma. Lo único de lo que estoy consciente es de que tengo a Jongin acomodado entre mis piernas, moviendo sus caderas a un ritmo suave pero... ¡Ah! Esa fricción en la delgada tela contra la suya me estaba volviendo loco y no me importaba que mi voz comenzara a subir de volumen a la vez que la intensidad y el calor de mi propio cuerpo.

-Intenta no hacer mucho ruido.

Me susurró volviendo a mirarme a los ojos a los minutos de haberme estado torturando. ¿Estaba siendo muy ruidoso? No podía evitarlo o es que... Este chico estaba empeñado en hacerme nombrar a Dios durante lo que llevo de día. Me había guiñado un ojo antes de poner su rostro a la altura de mi entrepierna, poniéndose de rodillas en el suelo, bajándome el pantalón de mi pijama antes de sonreír y lamer sus propios labios... ¿Pretende... hacer... lo que...?

¡Tápatela boca, Kyungsoo! O parecerás una furcia barata... Va a ser difícil quedarme callado con lo que pensaba hacer.

Orgullo vs Orgullo [Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora