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Hye Ri.

Si hay algo difícil de hacer, definitivamente es comenzar una historia porque para crear un mundo completamente distinto al tuyo tienes que tener una ardua imaginación y control de la situación, entre otras cosas. Lo bueno es que mí eso se me daba muy bien.

— Señorita Hye Ri, ¿hasta cuándo tengo que decirle que —Hablaba el profesor de historia de la poesía —Este material es muy bueno para el concurso de poesía de la facultad?

A decir verdad, me gusta escribir y probablemente esa sea la razón por la que decidí estudiar lingüística en la universidad. El asunto está en que siempre lo he hecho para mí y no para mostrárselo a los demás.

Así era hasta que comencé en la carrera donde por las buenas debes cumplir con las asignaciones y mostrárselas a tus profesores y/o compañeros. Después de todo, ¿cómo voy a saber que estoy haciendo las cosas bien?

Tan sólo había comenzado la universidad hace un año y justamente me habían dado la respuesta de haber sido admitida el día de mi cumpleaños número 18.

— La verdad no me apetece participar, señor Stevens —Respondí mientras hacía una leve reverencia para disculparme por mi falta de interés.

El señor Stevens así como otros profesores que tengo de instructores han descubierto en mí talento para esto y por ello casi siempre alaban mis trabajos, cosa que ha hecho que me gane cierto resentimiento de mis compañeros de clase. Incluso he escuchado por los pasillos que se refieren a mí en voz baja como la peachperfect. Al principio imaginé que sería raro llamarme de esa forma hasta que pronto comprendí que peach era el sustituto para bitch.

Allí fue cuando me di cuenta que ni siquiera en la universidad donde se supone que haces buenos amigos, yo encontraría mi lugar.

— ¿Por qué pretendes esconder tu talento, Hye Ri? —El profesor Stevens me golpeó levemente en la cabeza con las hojas de mi ensayo sacándome de mis pensamientos.

Por lejos, él era quien más insistía en la idea de que compartiera mis historias.

— Mira, por ahí hay un montón de estúpidos que hacen vídeos en internet haciendo estupideces y para mí, es una pérdida de tiempo —Espetó mientras se apoyaba en su mano derecha en el escritorio y con la otra sacudía mis hojas.

La clase había terminado hacía una hora pero él me había pedido que me quedara para revisar el poemario que nos había mandado a empezar hacer hacía unos meses. Él tenía que chequear el mío y el del resto de mis 15 compañeros de esta asignatura mensualmente y hoy era el turno de mi revisión.

— Pero tú tienes talento del bueno y merece ser conocido. Esto —Volvía a sacudir mis hojas —Es arte, Lee Hye Ri pero con esa personalidad tuya de acallar todo lo que eres capaz de hacer, terminarás haciendo de estas hojas polvo y basura de tu biblioteca como no te animes a publicarlos.

Dicho esto me entregó las hojas de este poema que debía agregar a mi poemario en casa y me hizo señas con la mano para que me retirara del salón.

***


Camino a casa luego de cruzar palabras con una compañera me encontré en medio de un aguacero en las calles de Seúl. El cielo ennegrecido daba a la ciudad un aspecto espectral y frío que se cernía sobre todos aquellos que corríamos en busca de refugio.

— Esto está hecho una mierda, ¿no? —Dijo un hombre de unos cuarenta y tantos que estaba en la entrada de la misma tienda que yo, intentando no mojarse.

passive/aggressive → park jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora