Hye Ri.
Es muy fácil decir que las flores no se marchitarán cuando lucen glamorosas en un jardín. Es fácil creer que la luna por siempre será llena y que los copos de nieve no se derretirán a tocar del suelo.
Es realmente fácil creer que todo lo bello durará para siempre y por eso fue fácil pensar en que Jimin y yo nunca íbamos a distanciarnos.
Pero me equivoqué.
Erré completamente la ecuación y aposté a la carta equivocada. Estábamos lejos emocionalmente, tan separados como los continentes en los que estábamos. Me tomó seis meses darme cuenta y ocho meses aceptarlo. Para cuando ya lo había aceptado, dolía exactamente como el día en que me despedí de él en el aeropuerto de Seúl.
Al principio habíamos dicho que íbamos a intentarlo y por un tiempo así fue. Nos escribíamos a cada hora, día y semana. Yo le contaba cómo me estaba yendo y por las noches hablábamos por cámara. Se lo presenté a Cassie, se lo presenté a Chanyeol quien se había vuelto un buen amigo. Incluso habló un par de veces con Jackson cuando este me quitaba el teléfono y se hacía pasar por mí. Todo marchaba bien.
Pero hubo una ruptura entre ambos que ocurrió cuando entré en los exámenes finales del primer trimestre. Eran los primeros exámenes que presentaba y debía estudiar sí o sí. Me desvelé día y noche durante quince días.
Quince días en los que escasamente tenía largas conversaciones con Jimin. Durante todo ese tiempo fue difícil hablarle como siempre y a duras penas lo llamaba en la mañana cuando aquí era de madrugada para darle los buenos días. A veces ni siquiera eso porque me quedaba dormida encima de un libro o en la cafetería.
Más de una vez Jackson y Chanyeol me llevaban a mi habitación cargada para que durmiera en mi habitación, Cassie los llamaba para que fueran por mí cuando no respondía el teléfono por haberme dormido.
Pero creo que Jimin no entendió eso.
Empezó a recriminarme el por qué de mi ausencia a pesar de que le expliqué lo de los exámenes. Le pedí los quince días para poder concentrarme bien y aunque no le escribía a cada hora o hacíamos video llamadas traté de alguna forma de estar allí.
Pero Jimin creyó que lo había olvidado.
Cuando salí de mis exámenes fue él quien empezó a ausentarse. Me atrevo a decir que lo hacía a propósito a modo de venganza, cosa que me era imposible pensar porque diablos, Jimin no es así.
A los cuatro meses de haberme ido me contó que inició clases de taekwondo por las tardes y yo comencé cursos de pintura en oleo los fines de semana. Al principio me dio algunos detalles de cómo le iba pero luego sólo me decía que entraría a la clase y desconectaba el chat.
Yo le mostraba con emoción algunas de las pinturas que había hecho pero siempre terminaba preguntando por los chicos que me acompañaban en clases. Entonces entendí que a Jimin no le importaban mis pinturas sino saber si le estaba siendo infiel.
A los seis meses escasamente hablábamos, sólo veía las fotos que subía a las redes sociales sobre sus clases de taekwondo porque era solamente eso de lo que hablaba. Y de Lobito.
El cachorro que había dejado aquella noche se había convertido en un perro grande y peludo que le llegaba a la cintura a Jimin. Ambos lucían felices, divirtiéndose en algún lugar de Seúl y yo lloraba algunas noches por desear estar con ellos.
Fueron tantas las veces que me dejó en visto o no respondió mis mensajes y fotos con caras graciosas que al séptimo mes dejé de insistir.
Y él también dejó de hacerlo.
ESTÁS LEYENDO
passive/aggressive → park jimin
Fanfiction❝Y en esta historia, tu nombre junto al mío es lo más hermoso de todo.❞ Para Lee Hye Ri la excesiva violencia presente en lo que antes consideraba su hogar empieza a convertirse en un fuerte obstáculo para continuar con sus estudios universitarios y...