passive/aggressive → park jimin

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Jimin.

— ¿Te volviste loco, verdad? —Preguntó ella con el ceño fruncido mientras se agarraba con fuerza a la barra de metal de seguridad.

— ¿No es esto divertido? Creo que es una forma de estimular a tu cerebro.

— Mi cerebro está lo suficientemente estimula... —Hye Ri no pudo terminar la frase porque el vagón de la montaña rusa empezó a andar con tanta fuerza que nuestra cara se deformaba azotada por el aire —¡Aaaaaaaaah! —Hye Ri gritaba sin duda alguna de cien formas distintas y yo no podía dejar de reírme mientras el vagón nos lanzaba de un lado a otro a gran velocidad.

Estoy seguro que cuando nos bajemos de aquí me va a matar.

Había decidido que el segundo lugar para nuestras tutoría sería un parque de diversiones, como había dicho antes intentaría hacer de las clases con ella algo divertido. Estar sentado en una mesa en la biblioteca de la universidad iba a hacer que me odiara a mí mismo, así que, qué mejor forma de hacer las cosas más dinámicas que en un lugar como este.

— ¡Vamos Hye Ri!, levanta los brazos así —Dije mostrándole como debería hacer mientras seguíamos dando vueltas sin parar.

— ¡Ni se te ocurra Park Jimin! —Chilló entre el llanto y el miedo. Pequeñas lagrimillas salían de sus ojos a causa de la fuerza con la que el aire golpeaba sus pequeños ojos.

No quisiera admitirlo pero la verdad verla de esa forma me causaba mucha risa.

— ¡Bájame de aquí! —Gritó alargando la i.

Yo me estaba divirtiendo como nunca antes y no podía esperar a verle la cara cuando empezara a seleccionar los siguientes aparatos violentos en los que nos montaríamos, aunque de algo estaba seguro luego de bajarme de la montaña rusa y era que, Hye Ri me iba a matar.

***

— Voy a odiarte el resto de mi vida —Dijo ella reclinada sobre un bote de basura a punto de vomitar. Estaba pálida y sudorosa y me lanzaba miradas asesinas una tras otra.

— Creí que eras más fuerte que esto, no sabía que eras tan cobarde, alumna —Me burlé haciendo que Hye Ri levantara un puño en el aire de manera amenazante.

— ¿Por qué me trajiste aquí? Cuando dijiste un lugar asombroso no sabía que te referías a... —Miró a su alrededor con recelo —Este infierno.

— No puedo creer que le llames infierno al lugar más divertido de todo Seúl —Me llevé una mano al pecho ofendido —¿A dónde creías que te iba a llevar?

Ella me miró unos segundos como si dudara de lo que estaba pensando en decir.

— Si me dices, quizás la próxima vez vayamos para allá a donde sea que estés pensando —Le dije con amabilidad y vi que bajó la guardia.

Sus ojos parecieron brillar.

— ¿Estás seguro? —Dijo dudosa.

— Muy seguro —Me crucé de brazos.

— Al... —Desvió la mirada y se me adelantó unos pasos.

La seguí cruzándome en su camino.

— ¿Al...?

— Al acuario —Dijo haciéndome a un lado y yendo hacia un pequeño puesto de helados.

— ¿El acuario? Vaya, no creí que ese sería tu concepto de diversión —Me rasqué la nuca y vi que me miraba con decepción —Ah pero no es una mala idea —Reí nervioso —Quizás vayamos para allá la próxima.