46

4.3K 451 216
                                    


Jimin.

Así era como perdías a la persona que amabas antes de siquiera cumplir la mitad de los planes que tenías pensados con ella.

Salí del aeropuerto con la sensación de que me habían arrancado la mitad del cuerpo y que esa mitad se había ido en la maleta de Hye Ri.

— ¿A dónde irás Jimin? —Preguntó Nam Joon antes de que me montara en el auto con Jin.

— Pues... —A buscar a Lobito al apartamento de Hye Ri —Haré unas cosas y luego visitaré a Suga.

Nam Joon y Tami se miraron preocupados, luego le lanzaron una mirada a Jin advirtiéndole que tuviera el ojo encima de mí.

— Está bien, nos vemos. Pasa por Morezt cuando quieras, ¿vale? —Dijo Nam dándome una palmada en el hombro.

— Quizás.

Había muchas cosas que hacer en Seúl pero todas ellas perdían sentido ahora que no estaba ella.

***

Llegué al familiar edificio de Hye Ri y fui directo a su apartamento para recoger a Lobito quien me recibió dando brincos. Tenía un collar improvisado de color azul hecho con una cinta de tela alrededor del cuello. Hye Ri se había encargado de dejarle agua y algunas sobras de carne en unos cartones de leche cortados a la mitad.

— Te has quedado huérfano —Bromeé con amargura tomando al pequeño entre mis manos abrazándolo contra mí —Así que ahora somos sólo tú y yo.

Le di un vistazo rápido por última vez al apartamento pues había decidido que no vendría más mientras ella no regresara. No tenía sentido escarbar en la cicatrices y poner en fuego la herida. Venir a nuestro hogar, dormir en nuestro colchón y hablar en nuestro sofá sólo me haría pensar en ella y desear que volviera, cosa que me haría mucho daño.

Ya era suficiente daño que se hubiese ido.

Releí algunas de las notas de la pared. Las había dejado todas.

Sentí como se me oprimió el pecho al leer aquella que le había escrito donde le pedía que no se fuera nunca.


Ni al supermercado (el ramen puede esperar)


Pero sus sueños, sus metas y su futuro no podían esperar.

No era como si Hye Ri y yo hubiésemos terminado, pero definitivamente todo esto se sentía como una verdadera ruptura.

Y cómo no, si quizás no volvería a verla hasta dentro de tres años.

Y en tres años podrían pasar muchas cosas, incluso la Tercera Guerra Mundial.

Había una bolsa de regalo encima de la cama y supuse que era mi regalo pero no lo quise abrir, lo dejé tal y como ella lo había dejado. Si ella no me lo daba, ¿para qué abrirlo?. 

— Nos vemos —Susurré. Fui directo hacia la puerta y antes de cerrarla suspiré con tristeza y ganas de llorar —Vámonos, Lobito.

***

Suga tardó un poco en abrir la puerta y me espanté al imaginar que estaba en medio de algún asunto con Sunhari otra vez pero me equivoqué. Salió envuelto en una toalla de baño con cara de obstinado y casi dio un brinco cuando vio a Lobito en mis brazos.

— ¿Qué es esa cosa y por qué osas traerla a mi casa? —Dijo señalando al cachorro que parecía querer abalanzarse sobre él.

— Es un perro. Se llama Lobito y es tu nuevo sobrino.

passive/aggressive → park jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora