01.

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El día nublado, el viento sopla con fuerza y el silencio es completamente notorio, aún habiendo muchos estudiantes aquí. Los pasillos no se encontraban del todo solo, muchos buscaban un libro para poder entretenerse, otros para poder investigar algún trabajo y yo bueno, yo estoy sentada en aquella mesa del fondo a la derecha, abajo de las escaleras de caracol de madera de pino.
En la mesa no se encontraba nadie, a excepción de una tasa de te, mi laptop con música para leer y el libro "Once minutos" De Paulo Coelho.

Tome aquella taza delicadamente, sin quitar la vista de la lectura y la acerque poco a poco hasta que la toque con mis labios, la incline un poco, para poder absorber el líquido que la taza contenía te de manzana con canela, mi favorito. La retire de mis labios,  volviendo a poner la taza en su lugar.

Cuando conocemos a alguien y nos enamoramos, tenemos la impresión de que todo el universo está de acuerdo;...

Leía con mucha atención, adoraba esa historia, una chica que le rompieron varias veces el corazón, pero aún así, seguía creyendo en el amor, se aventuró por el mundo en busca de el pero cuando salió, se dio cuenta que su amor se encontraba ahí.

Respire profundamente aquel aroma  que desprendía las hojas de los libros o con simplemente pasar la hoja se desprendía su aroma, también podría apreciarse al momento de abrirlo.

Esto era lo mejor para un día nublado y posiblemente un día de lluvia. Sin que nadie pueda interrumpir mi lectura.

—¡¡Pequeña Punzibella!!—grita con fuerza, su brazo se coloca alrededor de mi cuello, con la fuerza que llegó, movió la meza, derramando él te de la taza. Hago rápidamente aún lado mi computadora y el libro.

Volteo a verla con mucha molestia y ella camina hasta ponerse enfrente de mi, para poder sentarse en la silla que se hallase ahí.

—Penélope, ¿podrías guardar silencio, solo por un momento, mientras estemos en la biblioteca?—exprese algo molesta pero con un tono bajo.

Rueda los ojos, coloca ambos codos sobre la mesa y se recarga de su mano derecha que para mí era la izquierda. Sacó un pañuelo de mi mochila  y limpio aquel accidente ocasionado por su torpeza.

—Enserio Punzibella, no sé porque te gusta este lugar tan, pero tan aburrido—expresa con aburrimiento—¡deberíamos ir a la pista o al gamer!

Suspiré con pesadez y coloque aquel pañuelo rosado sobre la enorme gota de te, mire como rápidamente lo absorbía, lo tome con mucho cuidado y me levante para poder tirarlo en un bote cercano.

—¿Acaso estas loca?—exprese molesta—No podemos salirnos de la fraternidad.

—¿Vamos Punzibella?—exclama con desesperación y me mira—por una vez en tu vida, no obedezcas las reglas y arriésgate, creo que lo único arriesgado es ese tatuaje de ancla en tu dedo del medio.

Suspiro y vuelvo a mi lugar, ella es mi compañera de cuarto. Es muy hermosa, es extrema, le gustan los autos, sus ojos son enormes color café claro, chaparrita, mejillas rojas como unas manzanas.

—Vanellope, yo...—me interrumpió el ruido chillante que es ocasionado cuando alguien abre la puerta bruscamente, ambas volteamos, bueno, nada más yo, Penélope, solo recorre su vista hacia la puerta.

—¿Toothiana?—exprese algo sorprendida, por lo general ella nunca entra aquí.Vanellope , rueda los ojos y suspira con pesadez. Ella es la novia del chico millonario de la escuela,Frost, es mi segundo año en esta institución y cuando entre a la semana, ya los veía juntos. Para mí en lo personal, se enamoraron muy rápido, aunque para ser sincera su amor, era algo extraño. Nunca se dieron afecto cuando estaban en público, habían ocaciones en que no se dirigían la palabra en la semana, solo los viernes por la noche era como los veías juntos, tampoco los veía agarrados de la mano como cualquier pareja feliz y enamorada. Pero no me interesa en lo absoluto, como no es de mi incumbencia, no tiene porque importarme ¿cierto?

—¿Creen que Frost este por fin soltero, otra vez?—expresa una chica desde la otra mesa, la veo con el señor fruncido y regresó mi vista hacia Tooth.

Frost es muy elegante, inteligente, callado, el mejor de su grado y sobre todo, atractivo. Cuando llegue muchas cosas se escuchaban de el, la mayoría de las chicas dicen que por lo poco o mucho que a estado aquí, a tenido aproximadamente 4 novias, las dos primeras las corto exactamente a los seis meses y la otra exactamente al año, y bueno, Tooth ya va para el año, así que no sabemos qué es lo que le espera. Veo cómo se empieza acercar, se veía muy guapa, y lo es. Pero no sé si soy la única pero, las novias de Frost, tienen algunos rasgos semejantes.

Tooth se veía hermosa hoy y caminaba hacia nosotros, sus tacones sonaban fuertemente en el piso de madera, escucho un quejido por parte de Penélope al igual que escucho cómo arrastra la silla hacia atrás.

—Debí irme cuando pude—me expresa y camina hacia su prima, si ambas son primas, Tooth es más grande que ella pero ambas son igual de hermosas.

Suspiro y me doy la vuelta, mi café se a enfriado y he perdido mi inspiración. Así que dejo la taza, tomo mi bolsa color rozada y el libro, me levanto para poder salir, pasó aún lado de ellas.

—Tengo mucho miedo, Vanellope—expresa Tooth en un murmullo. Las observó de reojo y sigo mi camino.

Esas palabras suelen expresar una cosa, ya sabe que su relación está por concluir. Creo que con ella muchos podremos expresar que Jack Frost es totalmente predecible.

Camine con mucho cuidado hasta el mostrador, ya que quiero llevarme el libro para leerlo en mi habitación.

—Hola, cariño—expresa con una ligera sonrisa Elvira.—¿te lo llevaras?—me pregunta dulcemente.

—Si—murmullo—tenías razón este libro es muy hermoso.

—me alegro que te haya gustado—expresa con delicadeza. Le doy el libro para que apunte las referencias necesarias para poder llevármelo—Listo.

—Gracias. Empiezo a caminar hacia la salida.

Oh my Daddy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora