Estaba ahí parada enfrente de aquella puerta de madera, que hago aquí para empezar. Suspiré y toque tres vence. Espere una respuesta pero nada volví a tocar tres veces pero nada. Mordí mi labio inferior y suspire.
—¡Ag!—exprese con fastidio—para que me moleste en venir—di la vuelta y antes de dar el primer paso abrieron con rapidez.
—Vaya en verdad eres desesperada—hago una mueca de disgusto y hace un ademán para que pase a su lujosa habitación que más bien era un departamento. Cierra la puerta y suspira con tranquilidad.
Mi vista está perdida en aquella hermosa habitación, este hombre es millonario, todo lo que dicen del el respecto a eso es verdad. Le hacia falta unos cuadros en sus muros para que resaltarán más el color blanco y algunas flores o plantas para lucir de verdad su departamento.
Baje aquel escalón con cuidado para poder encontrarme una alfombra hermosa, quisiera acostarme en ella de lo esponjosa que se ve.—Bien, Rapunzel quiero hablar contigo—mi vista se traslada a el, su gesto era serio y confiado, sus ojos tenía un toque de felicidad y desesperación. Una parte de mi estaba ansiosa por lo que me diría. Hace un ademán y me siento ligeramente en aquel sofá blanco, mi vista es debidas por un folder color beige con un sello color rojo con las iniciales de JF.
—¿Que es eso?—pregunte por fin.
—Es por eso que estás aquí—lo mire con algo de asombro—pero antes tienes que saber que todo lo que se hablará es de suma confidencialidad.—fruncí el ceño. ¿Por que tanto secreto, porque tanto misterio? Así que asentí y el suspira—Yo no he tenido novia, yo no soy bueno para ese tipo de relaciones, yo soy más de poseer personas.
Me asombró demasiado y me hago para tras, lo miró de arriba a abajo.
—¿Como los brujos?—exprese temerosa y el suspira con pesadez y niega.
—Me refiero a ser dueño de ellas, Rapunzel—me relajo al saberlo y tomo nuevamente mi postura—quiero hacerte mía—expresa por fin. Mis ojos se abren un poco, de cierta forma me lo mencionó muchas veces, pero no creí que fuera enserio.—Quiero que seas mi sumisa—abro más los ojos, carajo.
—En ese folder se encuentra lo que es un contrato de todo lo que deseo hacerte, no me enojare si no deseas aceptarlo, pero si me desilusionaría si no lo...pensaras.—expresa con seriedad recargando sus codos en sus rodillas y uniendo sus dedos mutuamente.
Lo tome con mucha duda, el folder olía como si estuviera guardado esperando que por fin lo abrieran. Mire con cuidado aquel golfería con el selló rojo.
—¿Y si acepto pero estoy en desacuerdo?—se endereza con seguridad.
—El contrató está para poder negociar algunos termino hay algunos que no y te lo marca justamente en esos lugares. —Suspiro con preocupación—Tienes tres días para pensarlo, pero quiero que lo hagas con discreción, que nadie sepa de esto. Y si tienes dudas puedes venir a mi departamento, ahí se encuentra una llave para que puedas pasar sin necesidad de tocar.
—Y que haremos si acepto—exprese nerviosa y el me mira con su intimidante mirada.
—Todo viene en el contrato.
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Maratón chiquillas
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Oh my Daddy!
Fantasy-No eres como las demás. -Dulce, tierna, e inocente. -Eres completamente diferente a lo que estoy acostumbrado. -Ahora tú serás completamente mía. Historia diferente, con contenido para adulto.