-No eres como las demás.
-Dulce, tierna, e inocente.
-Eres completamente diferente a lo que estoy acostumbrado.
-Ahora tú serás completamente mía.
Historia diferente, con contenido para adulto.
—Felix, te agradezco tus...disculpas, pero tengo que ir a clase, ayer falte y tengo que ponerme al corriente—.El me ve con seriedad y cierra la puerta con fuerza. Lo mire sorprendida y toma mi mano para poder sentarme en mi cama y el en la de Penelope.
—Okay, ¿que es lo que te está pasando?—fruncí el ceño—Primero eres tú, toda linda tierna rata de biblioteca, después eres otra; ebria zorra y ahora quieres volver a ser tu pero cambiantemente no puedes porque te lo impides tú—abrí mis ojos y quise analizar cada una de esas palabras, el me ve y se acuesta rindiéndose por el intento de sacarme el chisme.
—Am, me daré una ducha, así que por favor sal de la habitación Felix—se levanta y vuelve a mirarme con el sueño fruncido y sin decir nada camina hasta la puerta.
—¡Retiró mis disculpas!—abre la puerta y había otra persona justamente parada ahí enfrente, era Jack—Chispas—. Cierra la puerta y voltea a verme, me quede asombrada por aquel acto pero también estoy impresionada, tardo un poco en reaccionar y me levanto para poder abrir.
—Lo siento mucho, Jack pasa—expresé sonrojada. Él entra sin entender el motivo de las acciones anteriores.
—Así que es por esto que tu actitud a cambiado—expresa Felix y miro a Jack con algo de preocupación, pero a él no parece importarle.—¡Te gusta él estirado!—expresa con enojo—Solo te digo Rapunzel, que debes...tranquilizar tus hormonas—suspiró con enojo y veo cómo cruza los brazos haciéndose el digno en esta situación. Así que no tuve más remedio que sacarlo de mi habitación.
—¡Quédate con tus disculpas!—sin dejarlo mencionar algo cerré la puerta y me recargo de ella.
Todos me juzgan sin saber que es lo que esta pasando, es más ni siquiera yo sé lo que me pasa, siento una atracción fuerte por aquel pelo blanco que se encuentra sentado en mi cama, pero también no quiero ser la chica que era antes. Necesito encontrar un equilibrio y pronto.
—Ayer te fuiste sin decir alguna palabra—expreso con seriedad—Eres la primera que me hace eso, lo cual no sé si sea bueno o malo para mi—me mira y caigo rendida ante aquella mirada. Mi punto de equilibrio no existe con aquellos ojos.
—Bueno yo ah...—se levanta de la cama, su playera dejaba al descubierto su bello pecho pálido, babeo por ese hombre.
—Por favor acepta el contrato ahora—me entrega una pluma—camino poco a poco hasta llegar a donde él estaba, tomó la pluma con nerviosismo y la miro. —De una u otra manera la gente siempre te juzgará—menciona con delicadeza.
—Quiero negociar—. El alza la ceja y tapó la pluma ligeramente—. No quiero pinzas para los pezones—. Aclare con rapidez él se acomoda mejor en la cama y suspira ligeramente con un toque de incertidumbre.
Me extiende la mano y le entrego la pluma. Busca las obras y empieza a escribir algunas cosas.
—¿Qué más?
—Quiero que cambies las especificaciones de la babygirl, eso suele tener algo de discriminacion—. Él frunció el ceño y se acerca un poco a mi, pero a una distancia considerable.
—Los adaptare a tu físico y pondré excepción, pero eso es algo que no podré cumplir del todo ya que así me gustan las mujeres—. Aclara y veo cómo en la portada escribe "EXCEPCIÓN" en letras grandes y mayúsculas—. Qué más.
—No quiero hacer ejercicio—. Me mira con seriedad y yo miro rápidamente el contrato y luego a él.
—Si haces ejercicio tendrás flexibilidad, que es lo que necesito para las cosas que quiero hacerte, ese punto no es negociable. —me estira el contrato—La próxima semana te haré llegar el contrato con sus modificaciones para la firma, pero mientras tanto, Firma.
Tome el contrato y lo miré detalladamente. Tenía razón, la gente ya empieza hablar de mi así que, qué más da que me conozcan en realidad soy. ¿Cómo si estas cosas tuvieran algún efecto en ambos?
Firme...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.