20.

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—Explícate—Menciona Penélope—¿Se te cayó la pintura enciman?—me mira de arriba a bajo.

—Ya se, no estoy siega, simplemente fue porque quería alcanzar un bote que estaba afuera de mis límites de altura—suspire y tome una toalla.

—Vas a manchar la toalla—expresó con asombro. —Rodé los ojos y caminé hasta el baño.

—Daré una ducha—me metí al baño y le puse seguro, suspire con pesadez. Me quede mirando la manija por mucho tiempo, no pensaba en nada, mi mente estaba en blanco. Moví la cabeza para poder concentrarme. Empecé a quitarme la ropa y abrí la llave de la regadera, espere que saliera el agua caliente para poder meterme al agua, mientras tanto, me senté en la tasa recordando lo sucedido.

~Flashback~

—¡Ah!—gemía con fuerza.

—Shh—me tapa la boca—nos pueden escuchar, sonreía con mucho placer—Estás riquísima...espero que...aceptes mi propuesta.

—No hables de eso y sigue por favor...—gemí con dificultad.

~Fin del flashback~

Me tapo mi cara con ambas manos, aún no podía creer lo que acababa de pasar, jure que ya no iba hacer nada y ahora, estoy más adentro que otra cosa. Maldita sea la hora en que conocí a Jack. Aunque, debo de aceptar que coje bien...¡por dios! No no ahora. Me levante y me metí a la regadera, el agua que escurría por mi cuerpo  se transformaba en muchos colores en ocasiones salía completamente negra. Me lave las manos para poder lavar mi cabello. Cerré los ojos y empecé a tallar mi cabello con suavidad.

Empecé a sentir como unas manos tocaban con delicadeza mis brazos, bajándolo poco a poco hasta llegar a mis caderas, unos labios me tocaban mi cuello, dejando pequeños besos en el.

—Me encanto hacer una obra de arte contigo—susurró en mi oído—volteo ligeramente para encontrarme unos ojos azules llenos de lujuria.

Rodee su cuello con mis brazos colocando mi mano derecha en su nuca. Lo acerque a mi para que pudiera besarme con sus perfectos y delgados labios, su cuerpo perfecto escurría de pintura, al igual que el mío. El beso se hizo con más profundidad, haciendo que la intensidad subiera. Toma mis piernas y las levanta, las enrolle en sus caderas y el me pega contra la pared fría haciendo que sacara un pequeño grito. Sentía como sus manos recorrían todo mi cuerpo, no dejaba un rincón sin haberlo tocado. Me estaba volviendo loca con sus caricias y besos.

Abrí los ojos y noté que seguía bajo la regadera, ya no tenía jabón en mi cabello y mucho menos pintura en mi cuerpo. Jack Frost, ¿que me has hecho?.

Cerré la llave para poder salirme de la regadera, me miré al espejo, y pude ver que tenía un chupetón arriba de mi busto. Hago una mueca a la hora de tocarlo, no me di cuenta cuando lo hizo. Tome la toalla y la coloque sobre mi cuerpo, tome la secadora y empecé a secar mi cabello con esta.

Ningún hombre me había tenido de esta manera, hacer que imaginará una fantasía, por lo general era al revés. No podía creer lo que me estaba pasando. Muerdo mi labio y sigo secando mi cabello para poder irme a la cama. Mi fantasía se ganó un sentido tan real, haciendo que me preocupe, que es lo que me puede pasar, tengo miedo a que todo esto, termine mal, no sólo para el sino, para mi.

Oh my Daddy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora