13.

998 56 6
                                    

—No puedo creer que enserio te la pasaste encerrada en la biblioteca la mayor parte del tiempo.—expresa Penélope.

Ya estaba en mi habitación, tranquilidad y eso entre comillas, absoluta. Estaba acostada en mi cama, tratando de armar un cubo rubrix, me tranquilizaba y podía pensar mejor las cosas. Penélope se encontraba en la otra cama leyendo revistas de moda.

Me la había pasado todo el día en la biblioteca solo, asiste a una clase y fue a la de sociología negativa. Ella tenía razón no puedo faltar todos los días a las clases, reprobare y es justo lo que no quiero. Tampoco puedo hacer como si no supiera de lo que lo demás hablan de mi.

"puta asquerosa; de seguro fue la causa de su rompimiento"

"Güera de mierda; se cree inteligente pero no tiene nada en el cerebro"

"Larguirucha puta; yo escuché que fue la causa del rompimiento de Thomarie"

Puta, puta y puta no saben decir otra cosa que no sea esa palabra, las putas son ellas y quién sabe quién sea Thomarie, de seguro una porqueria, además no puedo creer lo que la gente habla nada más por hablar, es increíble.

por cierto, si no quieres que te dejan mensajes de voz, no es más sencillo decir "Favor de ahorrarse saliva porque no pienso contestar sus mensajes de voz"—expresé molesta. Penélope, rueda los ojos y deja su revista aún lado para poder verme a los ojos.

—Es súper sencillo para alguien que no tiene muchas amistades hipo...

Tocaron tres veces la puerta. Mire a Penélope con el ceño fruncido y ella alza los hombros, esperamos unos momentos y vuelven a golpear la puerta tres veces. Me enderezo rápidamente sentándome en la orilla de mi cama y dejando el cubo en la mesa que tenía de noche.

—¿Quién?—pregunta.

—Penélope, soy Jack—abrí mis ojos como plato—¿Rapunzel está ahí?

—Mierda.—exprese levantándome de la cama y abriendo mi ventana—¿Por qué me dieron una habitación casi hasta la azotea?—exprese preocupada.

—Ocultate bajo la cama.—Me agaché pero me enderecé rápidamente viendo con seriedad a Penélope.—¿Ahora que?

Alzo la colcha y no podía meterme abajo porque el soporte era de madera y llegaba hasta el piso, no podía meterme ahí. Esto es tan complicado.

—¿Enserio?—exprese.

—Penélope, se que esta Rapunzel ahí, tratando de ocultarse.—abrimos los ojos al escuchar aquella declaración—ya hubieras abierto si no lo estuviera.—Nos vemos asombradas, ¿ahora que?

—Ah...ah no, no, me tardo porque tengo diarrea, ella fue...por ahí con un muchacho—fruncí el ceño y levante mis manos—rápido en el closet—me levante y corrí para meterme en el closet.

—Hola...Jack...¿cómo estás?

—Penélope, necesito ver a Rapunzel, es urgente—escuche con claridad. Podía ver por un orificio.

¿Como sabía donde dormía, siempre nos encontramos en el elevador, nunca en el piso. Genial, esto va para largo.

—Ya te lo dije,fue con un chico a dar la vueltecita, pero si quieres entra.—

—no qué haces Penélope.—susurre.

—Vaya, que pequeña es su habitación—expresa y ruedo los ojos, idiota, si no te está invitando a que te quedes a dormir—y tan ordenado—por un orificio del closet pude ver cómo se estiraba para tomar algo que al parecer se encontraba en mi cabecera, voltea y tenía...¡mi bracier!, mire mis pechos y se me olvidó ponérmelo, solamente tenía una playera y un short.

—Son de Rapunzel y si...sus pechos son pequeños.—expresó Penélope e hice una mueca de desagrado.

—Mis pechos están bien.—los toque y susurre nuevamente.

—¿Fue a una cita?—pregunta tomándolo de la otra tira—¿y sin bracier?

—La comodidad es primero—ruedo los ojos y él niega con la cabeza

—Como sea, vine a ofrecerle a Rapunzel una muy buena oferta.—fruncí el ceño y me pegue más a la puerta del closet.

—¿Que clase de oferta?—expresó asombrada.

—Una que es para un benefició... para ambos, pero quiero proponérselo y luego quiero ver si acepta.—menciona. Suspiro con fuerza y ruedo los ojos al escucharlo.—Puedo darle lo que más ha anhelado.—me asombró al escuchar aquellas palabras. Básicamente lo tengo todo y Penélope lo sabe.

—¿Acaso le harás realidad uno de sus sueños húmedos?—abro mis ojos lo más grande que pude y Jack suspira con pesadez.

—Lo que ella desee—expresó con cansancio

—Infeliz, no lo negaste— me tapo la boca y veo que Jack voltea hacia el ropero.

Mierda, ya valí madre. Veo como Jack se acerca con rapidez.

—¡Ey! No es bueno esculcar!—expresó Penélope.

Oh my Daddy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora