Oh my Daddy!

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—Entonces...¿que hacemos ahora?—pregunté con algo de temor, Jack suspira y sin decir nada empieza a caminar. Esto iba mejor de lo que alguna vez pude imaginar (sarcasmo). Suspiro con algo de angustia y hago lo mismo solo que con diferente dirección.

—Oye—, volteó impresionada—buena actuación, jamás pensé que eso fuera lo tuyo, no pensé que de verdad lo harías—. Empiezo a caminar con delicadeza hasta estar frente de él.

—Aster, yo...no se si esto sea buena idea, ¿acaso sabes lo que le pasó a Mónica?—. Él me  mira con seriedad.

—Eres la excepción de Frost, no creo que vaya a tratarte mal y si lo hace, lo delataremos, aunque aún no se que es lo que haga—aprieto mis labios y miro hacia su dirección. Estoy tan asustada por lo que todos piensen de mi, pensé que nunca volvería a pasarse por estas frustraciones.

—Hace mucho no soy el foco de atención, estoy muy asustada—lo abrazo rápidamente, creerlo o no, estar en sus brazos me hacía sentir segura, protegida.

—Zelena, tienes que tranquilizarte, mira te agradecemos que hagas esto y te lo recompensaremos, de alguna manera, posiblemente no, pero estaremos agradecidos—lo suelto para poder verlo mejor—es más si te sirve de consuelo—se agacha para susurrarme en el oído algo que me ha dejado un poco paralizada—podemos ser como amantes ante todo—ruedo los ojos y lo empujo para que se quitara.

A pesar de que tenemos una historia juntos, a veces toma ese tema como una broma demasiado pesada y poco agraciada.

—Que risa me das Aster, me estoy orinando de la risa—el aprieta sus labios y simplemente se agacha para poder verme mejor.

—Tú sigue con el plan y yo me encargaré del resto—ruedo los ojos y simplemente veo como el también me deja sola, ¿acaso hace más intimidante aquel gesto? No, creo que no y lo peor, dicen que las mujeres somos muy dramáticas, hombres necios que acusan a la mujer sin razón.