09.

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Podría alguien explicarme qué es lo que acaba de pasar. Me acaba de decir que promuevo el romanticismo cuando el también lo hace...de una manera extraña, encantadora y sofisticada, debo de admitir.

—¿Y entonces?—alargó aquella palabra mirando a otro lado—¿iremos a la cafetería o a tu choza del placer? —me mira de reojo y a ríe ligeramente de lado.

Supongo que he podido adivinar que aquella cosa es para  fines de fiesta y placer sexual. Aunque tiene bastante lógica cuando dicen que Frost hace las mejores fiestas, pero, pues yo nunca he ido, y espero nunca ir.

—Iremos a mi choza de fiestas, nada más, posiblemente para los que asista. Y estén cayéndose por el alcohol, sea la Choza del  placer, pero para mí, es mi propio dormitorio.—expresó con tanta calma, con tanta sinceridad que se me hace difícil dirigir aquellas simples palabras.

No sé cómo sentirme en estos momentos, excitada de una manera alterada por sus indirectas ( y quiero suponer que son indirectas hacia mi, y eso, con base a lo que me dijeron los estupidos) o sentirme relajada, tranquila y sin preocuparme de que todo este escándalo emocional sea simplemente pasajero, lo cual espero, ¡espero! Que sea la
ultima.

—¿Te has quedado callada?¿acaso lo que he dicho te incomodó?—pregunta y lo miro con el ceño fruncido. Este hombre suele ser demasiado inesperado con cada palabra que sale de su boca.

—Algo, la verdad es que sueles ser impredecible en algunas acciones y de algunas cosas que sueles decir—suspiro ligeramente—pero mientras nada pase de lo que tenga que pasar entre nosotros todo estará en completa armonía.

—¿Acaso eres virgen para que te incomode o pieses eso de mi?—Okay. Eso no me lo espere para nada, lo veo con los ojos muy abiertos. Esa no era una pregunta que se hace en un pasillo lleno de personas que la mayoría pueden escucharla junto con la respuesta.

—Eso es algo que en verdad, no te importa y creo que si eres demasiado "formal"—hago comillas con mis dedos—deberías saber en dónde y cuándo preguntarla. —me miró con seriedad—así que posiblemente promueva el "romanticismo" —ruedo los ojos—pero tú promueves el capitalismo. —sonrío ligeramente—y eso es peor.

Sonrío y me adelanto victoriosa como él lo había hecho anterior mente.

(...)

Llegamos a su choza y entro con mucho cuidado, camino hasta la barra de la cocina y dejó mi mochila y las flores.

—¿Entonces qué deseas desayunar?—me pregunta con delicadeza, cerrando la puerta.

Pienso con cuidado y me siento en las sillas que también se encontraban ahí, subí is pues a la pequeña barra que estas tenían y empiezo a mover mis caderas, ya que estas rodaban sobre su mismo eje. El omelet. era el indicado para esta ocasión, un rico té de manzana con canela y un buen libro...si eso es lo que se me antoja desayunar el día de hoy.

—Deseo un omelet de champiñón con jamón y queso parmesan, te  de manzanilla con canela...—me interrumpe.

—¿Te de manzanilla con canela? ¿En verdad? —asiento con delicadeza—¿no prefieres un café?—fruncí al escuchar aquella palabra. El café no es mi bebida favorita, es más creo que la odio, el sabor suele ser muy fuerte si no lo sabes preparar, y él te suele ser más delicado y delicioso con o sin azúcar.

—Iuj, no, gracias, no me gusta el café. Lo llego a tomar, pero de preferencia un rico y delicioso té—giro un poco para poder tomar mi mochila y sacó una cajita pequeña, ahí venían sobres de mi té favorito.

—Pues a mí no me gusta el té—abro los ojos antes de sacar otro sobre—sabe del asco.

—¡Arrepiéntete!—expresé molesta.

—No—expresa con seriedad y camina a un gabinete, abre la puerta de este, saca dos tazas blancas de porcelana, después se va por una hermosa tetera, del mismo material que las tazas y sirve agua, la coloca aún lado, después saca un recipiente lo abre y saca una cuchara muy hermosa con el contenido del grano del café, después lo echa en una y empieza a moverlo—¿Cuánto quieres de azúcar?—expresa con pesadez.

—Ninguna, casi no lo bebo con azúcar—suspira y toma ambas tazas y las coloca en la barra.

—Bueno es una de las pocas cosas que tendremos en común y la coloca en frente de mi.

Oh my Daddy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora