Oh my Daddy!

31.

—Bueno yo...ah...—no podía explicar que hacía o donde había estado, no quería...

—Punzibella...ve la hora que es, algo te está pasando—Ruedo los ojos al escuchar aquella expresión, se parece al de una madre—Desde que te juntas con ese imbecil has cambiado, has faltado a clases, y llegas a estas horas—.

Posiblemente tenga razón hace mucho no tengo un día tranquilo, sentada, con mi te de manzana con canela, que está pasando. ¿Acaso Jack volvió a recrear esa versión que trate de ocultar estos dos últimos años? No sabría que responder a tales declaraciones. Camine hasta mi ropero para después abrir mi closet y sacar mi pijama.

—Solo quiero descansar—Fue lo único que pude expresar, era lógico que se molestaría o algo así. La noche anterior dije cosas que no pensé en su momento, no quiero que se vuelva a repetir y lastimarla—¿Por que me dices Punzibella?—era lógico que no respondiera y no la culpo, tampoco hubiera contestado después de mi comportamiento.

(...)

Desperté y no había nadie, genial, mi compañera de habitación se ha molestado conmigo. Me siento en mi cama para poder estirarme, tallo mis ojos y veo un montón de girasoles en la habitación, ¿que había pasado? Me levante con mucho cuidado para después ver un paquete que decía confidencial, lo tomo con delicadeza y lo pongo sobre mi cama, busco mis tijeras, siempre dejo una debajo de la almohada <<seguridad chicas>> introduje las tijeras en medio de ambas pestañas para poder abrirlas y era el contrato. Era obvio que quería una respuesta.

Me levante con mucho cuidado, estaba en pijama, me dirigía al baño pero tocan la puerta, camino hacia ella con algo de dificultad. Abro la puerta y era Felix.

—Rapunzel—me abraza y yo quedo atontada por este acto—Nunca te volveré a decir que eres mala y zorra—. Lo separó para poder verlo a los ojos.

—Nunca me dijiste zorra Félix—el sonríe ligeramente

—Lo siento tenía que decírtelo.

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