Capítulo 31 Reencuentros

4.2K 269 45
                                    

Archie había sido llevado de inmediato al hospital Saint James de Chicago. Llevaba dos días interno debido a las fuertes fiebres que había tenido, pero ya se encontraba mejor, no deliraba.

-Señor Cornwell, tiene que comer, por favor.

Le suplicaba la dulce enfermera que lo había cuidado durante su hospitalización. Archie se sentía muy bien en su compañía, por extraño que pareciera, se sentía cómodo en su presencia y había algo que le llamaba la atención de ella.

-No tengo hambre, gracias.

-Si no come, yo misma me veré en la obligación de darle la comida como si fuera un niño.

-¡Bah! No sería capaz.

Respondió Archie burlón. Pero la burla no le duró mucho porque cuando abrió la boca para reirse se topó con la cuchara llena de avena que le estampó la enfermera de sopetón.

-¿Decía usted, señor Cornwell?

Y la enfermera le regaló una deslumbrante sonrisa de triunfo que lo dejó sin aire. Estaba seguro que la había visto antes. Su cabello, sus ojos... Era una joven hermosa y esbelta, no muy extrovertida, pero tampoco tímida.

-Decía que siempre y cuando usted me de la comida, me como lo que sea.

Dijo Archie y le sonrío coquetamente poniéndola nerviosa.

-Buenos días señor Cornwell. Le tengo muy buenas noticias. Revisé su último reporte de salud y dado que ya no hay más fiebre y nada de que preocuparse, puede irse a casa esta misma tarde. En recepción puede recoger la receta que dejé para usted.

Decía el médico que lo había atendido, pues a pesar de las fuertes fiebres, sólo fue un resfriado y no pulmonía, gracias a Dios.

-Señorita Britter, prepare la hoja para darle de alta al señor. Buenos días.

Dijo el doctor y se marchó, dejando a Archie con la boca abierta por la impresión. ¿Britter? Es que a caso... no, no podía ser.

-¿Annie?

-La misma. ¿Cómo has estado, Archie?

-Yo... bien. Disculpa si no te había reconocido antes... es que nunca imaginé que tú...

-Lo sé. Creo que yo nunca imaginé esto tampoco. El tiempo pasó y yo encontré mi camino, algo que me gusta y que me permite hacer algo por los demás. Aún soy residente, pero estoy a punto de graduarme.

-Vaya, esto sí que es una sorpresa. Annie... hay algo que nunca te dije y que aunque tal vez sea un poco tarde, quiero hacerlo ahora... no sé si vuelva a tener otra oportunidad así que... Quiero pedirte una disculpa por la forma en que te hablé aquella vez en el colegio, sé que...

-No hay nada de que disculpar. Tus palabras fueron duras, es verdad, pero yo me gané cada una de ellas. Hice mucho daño y esa sacudida y sinceridad por parte tuya y de Candy... me hicieron encontrar mi lugar en la vida otra vez, recuperé quien fui.

-Me alegra que hayas logrado todo esto. Candy estará muy orgullosa.

-Ojalá. En parte, todo esto lo hice por ella. Mi hermana, espero que algún día pueda perdonarme. Hay tantas cosas que quisiera contarle...

A Annie se le estaban aguando los ojos y Archie se sentía muy conmovido.

-Ella ya te perdonó hace mucho. Hay tantas cosas que no sabes. Ella y Terrence Grandchester se casaron... Van a tener un bebé dentro de un mes...

-¡Wow! No perdieron tiempo esos dos. Que alegría. Ella merecía ser feliz.

-Lo es. Viven en New York con la madre de Terry. Deberías hacerle una visita, de seguro que se alegrará de verte otra vez.

Candy Candy: El rebelde y la dama de establoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora