Mi vida era un caos total, ya no sabia lo que era felicidad , estaba en un lugar oscuro en el cual no sabia como salir. Pero unos ojos marrones me hicieron entrar en razón y dije: ¿Por qué no intentarlo? Y eso hice.
Aquella noche era fría y oscura como mi vida. Y lo entendía. Era 24 de diciembre, "noche buena" donde se suponía que las familias la pasaban juntos y felices. Todo lo contrario a mi vida. Lo contrario de "estar cenando junto a la familia" era "estar huyendo de casa junto a una niña de dos meses".
Abrazaba a mi pequeña en señal de protección.
Yo cuidaría de ella. No importa si fallo en el intento, prometo darle una mejor vida.
Desde aquel momento mi vida ya no importaba, la suya era la mia, y si algo le pasaba eso me pasaría a mi.
¿Qué puede hacer una niña de doce años con una bebé de dos meses? No lo sabía, pero estaba segura que haría lo que fuese necesario por verla crecer sana y salva.
Cinco horas después de vagar por las calles con los pies adoloridos vi los pequeños ojos marrones cerrarse luego de darle de su leche. Estaba agotada, no había comido ni parado, necesitaba tomar un descanso. Busqué un banco cerca de un parque y me senté en el sintiendo un pequeño alivio en mi cuerpo. Acaricié el rostro de Kelly y al momento una lágrima callo en mis manos.
No sabia que hacer.
Una mujer que a mi vista le medía unos 50 años se paró frente a nosotras, me miró curiosa pero aún así me regaló una dulce sonrisa.
—¿Estás pérdida pequeña? —Una voz dulce y delicada me hizo recordar cómo una vez escuché a mi madre hablar así. Pero era solo eso, un recuerdo.
Pegué mas a mi el cuerpo de Kelly abrazandola con todas mis defensas de protección activas.
La mujer miró mis brazos y su sonrisa se esfumó.
—¿Y sus padres? —Su voz dulce seguía intacta, hasta me pareció que todo era un sueño.
Bajé la mirada a Kelly y otra lágrima se me escapo. ¿Padres? Una amarga sonrisa salió de mis labios. Ya no sé lo que es eso.
—No tenemos padres.
Y así fue como conocí a Margaret, una hermosa mujer castaña y delgada, a pesar de su edad seguía viéndose elegante. Esa noche la vida de Kelly y mía cambió.
Volví a saber lo que era un hogar, amor, cariño... Felicidad.
Mi nombre es Alexia Gonzales y esta, es mi historia.
Este es el comienzo de una gran historia.
Prohibido su copia y/o adaptación.
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Boxeadora Oculta
ActionElla debe ser fuerte, por ella, por las dos. Prohibida su copia y/o adaptación.