Capítulo 30.

12.3K 763 53
                                    

-Creo que luego de recibir una paliza por ti y Simon, lo menos que merezco es saber la verdad. -Me quedo ahí, agachada quedando a su altura, repitiendo sus palabras en mi cabeza logrando sentir más culpa de la que ya tenía.

Aparto el rostro levantándome y dando vuelta quedando de espalda a él. Trato de dejar de pensar que esto es mi culpa, pero es estúpido. Escucho detrás de mi un suspiro y luego un sonido extraño salir de la boca de Brian. Por el sonido del sofá, supuse y se levantaba. Y aunque quisiera ayudarle para que no lastime sus heridas, no quiero mirarle a la cara.

Siento su cuerpo pararse detrás de mi. Sus dedos van acariciando mi brazo hasta llegar a mi mano y entrelazar nuestros dedos. Dirijo mi vista a estas, viendo como sus cinco dedos se entrelazan a la perfección con los míos.

-Perdón. -Me estremesco por completo al escuchar su voz, que al contrario de hace unos minutos no es fuerte ni demandante. Camina a pasos lentos hasta quedar de frente de mi. Su otra mano se dirije a mi mejilla acunando esta en su grande mano, cierro por unos segundos los ojos dejándome llevar por la calidez de sus manos. -No es tú culpa. -Y lo es, sé que lo es. -Lo siento. -Que me condenen si niego que su voz y acento me vuelven loca.

-Está bien. -Trago saliva tomando con mi mano libre su mano sobre mi piel. Me quedo mirándole, su ojo va tomando un color violeta y su labio inferior yace con una partida. Toco su pómulo derecho con suavidad y observo el contorno de su cara. Dejo caer mi mano y doy un paso atrás soltando su otra mano de la mía. -Cameron me pidio hiciera una entrega de droga a un tal Peter Wish, me negué, pero amenazó con hacerle daño a Kelly, creo que ya tienes una idea de lo que hice. A media noche fuí al lugar de entrega, ellos querían el dinero y Cameron la droga. Pero las cosas se complicaron, los hombres que estaban allí no era Peter Wish ni sus hombres. Aun no sé quienes eran... Aunque ahora tengo una idea... Me atacaron, me defendí, herí algunos y huí con ambas cosas. -Miro el suelo. -De no ser por Alexander quizás no te estuviese diciendo esto. -Confiezo recordando esa noche. -Después de aquel día no supe nada más, le entregué todo a Cameron y no volví a hacer ninguna entrega. Pensé y todo había acabado esa noche... Y me parece que no.

Levanto la mirada, Brian me observaba en silencio. Su rostro parecía en calma, pero la vena alterada de su cuello decía todo lo contrário. Tomó varías respiraciones antes de abrir la boca y con una mueca decir:

-¿Cameron te obligó a recibir droga? -Preguntó haciendo un pequeño mohín en sus labios.

Asiento una vez con la cabeza.

-A ver. -Dice tomando por unos instante el puente de su nariz. -Te ofreció un trabajo sucio a cambio de mucho dinero. En el cuál, te convertirias en esa Boxeadora oculta a la que todos ahora alardean. Te pide y entregues dinero a cambio de droga y, si no lo hacías lastimaba a Kelly. Provocando así que una banda te quiera ver muerta. Entonces me pregunto ¿a qué esperas para dejarlo a él y todo su desastre? -Omito el impulso de decirle que en tres días tengo que viejar a Colombia también. Miro al pasillo oscuro perdiendo mi vista allí.

-Kelly. -Es toda mi respuesta. Cuando vuelvo a verle su cara me dice que a entendido. -No puedo enfrentarle, no puedo irme sin recibir consecuencias. -En respuesta de Brian, recibo unos murmullos que no logré entender nada, no por bajo, si no porque lo ha dicho en Ruso.

-¿Por qué aceptaste cuando te lo propuso la primera vez? ¿Qué era tan urgente para que...

-Kelly estaba enferma. Ya te lo había dicho. -Le corto de golpe. Clavo la mirada sobre la suya sosteniendola por un rato. -La leucemia llegó a ella. Necesitaba de unos medicamentos que yo no podía comprar, era eso o ver como la única persona que tenía en el mundo moría lentamente. Y Brian, si debo hacerlo una vez más por ella, lo hago una y mil veces, sin importar la consecuencia. Y tú me entiendes porque sé que como yo, tú harías lo que fuese por Lucy. -Su mirada se suaviza y puedo ver como todo su cuerpo se relaja. Da un paso al frente y toma nuevamente mis manos, se queda observando estas por laconicos segundos y si no he quedado loca, una media sonrisa surca en sus labios.

Boxeadora OcultaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora