Capítulo 3.

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-Adiós Alex ¡Te quiero! -Salió del auto de un salto y comenzó a correr.

Bajé del auto por igual rodeando este me recosté de brazos cruzados. Contando hasta el cinco, Kelly giró su cuerpo jugando con sus dedos

-Lo siento, olvidé darte el beso. -Sonreí poniéndome de su altura y acercándola a mi.

-Sabes que no me gusta que salgas así del auto. Debes esperar a que...

-Estacione bien y luego tú llevarme a la puerta. -Completa la oración por mi rodando los ojos. Pellizco sus mofletes haciéndola reír.

-Exacto. Puede pasarte algo.

-No me pasará nada del auto a la puerta, Alex. -Susurró inflando sus cachetes.

-Mejor no arriesgarse. -Pellizque su nariz y me levanté tomándola de la mano y terminando de llegar hasta donde estaba la profesora Lily.

-Buenos días, Alexia. -Saludó con una sonrisa. Le sonreí por igual y luego bajó a la altura de Kelly. -Hola pequeña ¿cómo estás?

-Bien. -Contesta con una sonrisa.

-Eso me alegra. -Se levantó y luego me miró a mi. -¿Podrías a la hora de salida pasar un momento por mi oficina? Quiero comentarle sobre algo.

-Claro, aquí estaré ¿Todo va bien? -Pregunté con preocupación.

-Si, tranquila. Luego hablamos. -Asentí bajando hasta Kelly.

-Adiós, preciosa. -Besé su frente y ella mi mejilla. Me despedí de la profesora aún sin estar convencida de estar tranquila y caminé hacia mi auto.

En el momento en que iba a cruzar la calle para llegar a mi puerta, un auto igual al mío sólo que el color es blanco, pasó a toda velocidad casi llevándome por delante y luego de ese, otro rojo igual de rápido. Solo pude ver el reflejo y luego el viento chocar en mi rostro.

Imbéciles.

Pase la calle y fuí a mi auto. Entré a este y conduje hasta la universidad.

....

Bajé del auto luego de dejarlo estacionado en su lugar y caminando por el césped para llegar dentro. Abro la puerta entrando al pasillo largo tratando de caminar rápido ya que voy cinco minutos tarde.

Por el pasillo solo podía ver chicas con las hormonas revoltedadas besándose con más chicos con la hormonas también revoltedadas.

-¡Hey, tú! -Escuché una voz a mis espaldas. Sentí como tiraban de mi chaqueta hacia atrás y luego un cuerpo pararse frente a mi. -Dije que te detengas. -Una chica rubia quizás teñida y con el rostro maquillado como un payaso me estaba retando con la mirada.

La miré a ella y luego su mano agarrando mi chaqueta. Parece y entendió el mensaje porque llevó sus ojos allí y luego me soltó.

-¿Que quieres...?

-Te diré algo, pequeña zorra. William es mío, no importa cuantas veces te hayas revolcado con él, siempre me estará pensado. Así que te advertiré algo: Aléjate de él si no quieres que arruine tu lindo rostro. No me importa que digan que nadie se mete contigo, no eres más que una zorra. -Chilló poniéndose roja del coraje. Frunci el ceño totalmente. Lo primero es que no conozco a ningún William mucho menos me e revolcado con nadie «literalmente» Y a demas ¿Quién se creé como para hablarme así?

-¿Cómo me llamaste? -Sisee acercándome a ella.

-Ya lo escuchaste. Estás advertida Alexia Ruis.

-Vuelve y me llamas así y tu cara le hará compañía al piso. -Ella sonrió, y levantando la barbilla dijo:

Boxeadora OcultaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora