Capítulo 22.

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Estiré mi cuerpo mientras perezosamente abría uno de mis ojos. Busqué en la mesita de noche hasta que mis ojos quedaron en el reloj.

¡Me cago en todo!

Abrí mis ojos por completo levantandome de un tirón.

—¡Joder! —Me metí al closet tomando lo primero que vi y lanzándolo a la cama.

—Calla. —Murmuró Molly sin abrir los ojos.

—¡Levántate! ¡Son las 9:15 de la mañana! —Grité como una desquisiada.

Mierda, mierda, mierda y más mierda.

Kelly, joder debía estar en el hospital hace horas.

Me metí al baño, cepillé mis dientes y dándome una ducha tan rápido como nunca salí nuevamente a la habitación tropezando con mis pies provocando casi caer.

Cuando salí Molly seguía dormida lejana de todo.

—¡Molly, despierta! —Tomé la ropa que había sacado y volví al baño.

Me coloqué el jean tan rápido como pude y luego la camisa roja igual. Salí a la habitación y adivinen que: Molly seguía como un tronco.

—¡Molly! —Le grité cerca.

—Déjame dormir, Alexia. —Murmuró soltando un gruñido.

—¡Ash! Jodete. —Busqué algo para calzar y tomando unas botas me las coloqué. Tomé mi celular y el llavero. Con rapidez saqué la copia de la llave de casa y la dejé sobre la mesa junto al celular de Molly. Saqué una chaqueta y bajé corriendo los escalones. Salí de casa yendo hacía el auto y una vez sobre el, salí con rapidez.

....

Entré al hospital y sin siquiera saludar a la chica de recepcion subí corriendo los escalones saltándome de dos. El pasillo se me hizo eterno hasta que por fin llegué a la habitación abriendo la puerta sin ningún tipo de modales. Solo estaba Kelly mirando hacía la ventana.

—Kelly, bonita. Perdón, me he quedado dormida. —Dije llegando hacía la cama sentándome a su lado. —¿Dónde está Fil?

—Salió hace un minuto con el doctor. —Mi ceño se frunció ligeramente. No porque Fil no esté, sino por la forma en que Kelly me habló, sin siquiera dirigirme la mirada.

—Pequeña, ¿qué sucede? ¿es por qué me tardé? Te prometo que nunca más volvera a pasar. —Pasé mi brazo por su alrededor con la intención de abrazarla y atraerla hacía mi, pero ella se apartó echando más lejos de mi.  —Kelly, nena ¿qué sucede?

—No me quieres. —Soltó cruzando sus delgados brazos sobre su pecho atreviéndose al fin a mirarme.

—¿Qué? Kelly ¿pero qué estas diciendo? Sabes que te amo. —Su rostro se mantuvo serio, sus grandes ojos me miraban detalladamente aún sin perder ese brillo.

—¿Y mis padres?

—¿Qué? —Con aquello me había dejado sorprendida por unos segundos. —Kelly...

—Lo sabía. —Bufó. —No me quieres y por eso me separaste de mis padres. Él tenía razón. —Algo dentro de mi sintió una corriente. Apreté tanto mis dientes que llegué a temer romperlos.

—¿Quién es él?—Pregunté apretando los puños bajo las sabanas.

—Él vino y me dijo muchas cosas. —Dijo mirándome ¿mal?

¿Qué mierda?

—Kelly...

—Dijo que no me querías, que me separaste de mis padres cuando nací, que eres mala, que haces cosas muy malas. Dijo que te quiere frollar... ¡Follar! —Bufó. —Ni siquieras sé lo que es follar. —Mi cuerpo tembló a causa de lo tenso que llegué a tenerlo. Mis manos yacían hechas puños sobre la fina tela de la sabana.

Boxeadora OcultaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora