Capítulo 26.

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-Estás agrandando las cosas, Molly. -¿Por qué no la dejé dormida esta mañana?

-Estoy agrandando las cosas ¿yo estoy agrandando las cosas? -Repitió con notable ironía e indignación. -Un chico te besó, y no estamos hablando de cualquier chico: Brian Smith te besó en público.

-Por décima vez... -Farfullo tirando de otra gomita dulce al suelo. Alexander me matará en cuanto vea el piso de su departamento. -Brian no me besó... O bueno no donde creés.

-Bien, entonces dime que hay entre ustedes.

-Nada.

-Alexia.

-No hay nada.

-Alexia.

-Absolutamente...

-Alexia.

-¡Joder! No sé que hay en él, pero en mi hay un maldito revoltijo y que me besara anoche no ayudó a que aclare lo que sea que está pasando por mi cabeza. Porque esto que se supone que es, es una completa locura.

Grité tan deprisa que las palabras se atropellaron en mi boca. Molly me miró por lacónico segundos en silencio, sin moverse, sin siquiera su pecho subir indicándome que respira, sin pestañear... Hasta que explotó.

-¡Se besaron! -Algún día sangrare de los oídos. -¡Eres la peor amiga del mundo! ¡Estas saliendo con alguién y me doy cuenta porque lo veo con mis ojos!

-No estamos saliendo. Y es una redundancia decir "lo vi con mis ojos"

-A la mierda la redundancia. ¡Estás sintiendo cosas por él!

-Bueno... Eso es otra cosa.

-¿¡Pensabas decírmelo en la boda!?

-Dios, Molly eres tan recalcitrante.

-¿Recal qué? -Arrugó la cara luciendo confundida. -Dejalo, no quiero saber que insulto es.

Entró la mano en la bolsa y sacó un puño de gomitas para volver a tirarla. Solo quiero que la condenada gomita entre a un frasco que hay tirado al suelo, y hasta ahora solo puedo presenciar todas las gomitas de colores al rededor de este, ninguna dentro. Y Alexander enloquecera en cuanto sepa que he desperdiciado sus muy preciadas gomitas dulces.

-Recalcitrante es una persona terca, reacio, obstinado y aferrado a una opinión. Ejemplo: Tú. -Constesto acostada boca bajo del sofá y, tirando de las gomitas con forma de oso.

-Te odio a veces. -Sonrío al notar la cara de indignación que a puesto. Se lavanta y se dirije al baño.

-¡Eres el demonio encarnado en niño! -Escucho el grito de Rene y como ya le es una costumbre exagerar todo, ruedo los ojos y tiro de una más.

-Ya dejalo, solo se divertía. -Abro mis ojos de golpe y detengo mi mano al aire.

-¡Bebé! -Rene abre los brazos al aire sonriendo en mi dirección.

-Yo soy tu bebé, tío Rena. -Busco con la mirada por todos lados la persona que habló. Hasta que detrás de Jeremy sale un pequeño cuerpo.

-Tú no eres mi bebé, engendro. -Gruñe Rene tirándose al sofá. El niño lucha por quitar de su frente los rulos rebeldes de su cabello, su pequeña boca yacia fruncido y sus cejas juntas.

-¡Alexia! -¿Alguna ves han hecho algo malo y luego se arrepienten? -¿¡Por qué tiras mis gomitas!? -Subo la mirada y le doy una sonrisa inocente.

-Ya déjala, solo se divertía. -Se mete Rene diciendo exactamente lo mismo que él le había dicho un minuto antes. Alexander le mandó una mortífera mirada y él le giñó el ojo con una sonrisa.

Boxeadora OcultaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora