Capítulo 24.

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Suelto una carcajada cuando Molly sacó lo que una vez en su cabeza fue un pastel. Mi risa aumentó cuando me lanzó una mirada mortífera sosteniendo el muy quemado pastel.

-¿Qué es eso? -Preguntó curiosa Kelly estirandose para poder alcanzar y ver sobre la encimera.

-¡Pero si es un pastel! -Grité entre risas. Me sostuve de una columna cuando por motivo de la misma iba a caer.

Molly gruñó dejando el intento de pastel sobre la encimera y sacando nuevamente lo necesario para hacer otro.

-¿Por qué no está como los que hace Alex? -Juro por Dios que puse de todo mi empeño en no volver a reír.

-Cállate, Alexia. -Gruñó Molly batiendo algo dentro de un plato hondo.

-Ya vale, ven, te ayudaré. -Dejé de reír pero sin ocultar una sonrisa.

-Yo solo quería hacerle un pastelito a la ternurita. -Dijo Molly haciendo un puchero.

El intento es el que vale ¿no? Y Molly solo quería darle un regalo a Kelly. Pero es que esa cosa quemada parece todo menos un pastel.

-No entiendo, los tuyos quedan tan lindos y deliciosos, y mira esto. -Señaló el intento de pastel.

-¿Puedo ayudar? -Inquiere Kelly con los ojos brillosos. Sigo pensando que de grande ella querrá estudiar gastronomía.

-Creo que tú lo harías mejor que Molly. -Me burlé dándole los huevos. Nuevamente Molly me miró mal rompiéndo el huevo con tanta fuerza que solo logró dejarlo caer sobre el plato con todo y cascaron. -¿Lo ves? -Solté una risa a lo que que ella chilló tirando el tenedor al suelo. La puerta de la entrada se abrió y no hizo falta pensar en quién es. Los únicos con llaves para la casa son Molly y Alexander. Al entrar y pararse en el marco de la entrada, Molly no perdió tiempo cuando ya lo tenía abrazado del cuello y le daba un casto beso en los labios.

Si, hace tres semanas después que le dieron de alta a Kelly, Alexander practicamente secuestro a Molly para hablar ya que ella no quería hacerlo, y después de aquello arreglaron sus asuntos, tanto que ahora parecen garrapatas.

En estas tres semanas me siento más llena, he vuelto al hospital a chequear a Kelly y mi felicidad no puede ser más grande cada vez que el doctor me decía que todo va mejorando. Y hace una semana pude soltar un grito de felicidad cuando por fin escuche las palabras que más anhelaba: La leucemia desapareció del cuerpo de la niña dado a que no era muy avanzada y sus tratamientos ayudaron lo suficiente sin ser necesario tener que hacerle la quimioterapia. Desde aquel día me siento más viva, la razón de mi ser está sana y yo no puedo pedir más.

-¿Qué te ha pasado? -Medio gritó Molly provocando que lleve mi atención hacia ellos. Fue cuando me di cuenta que en el rostro de Alexander yacían varios golpes y por lo que veo son recientes.

Inmediatamente rodee la cocina para acercarme a él. Su mirada estaba pérdida y cuendo clavó sus ojos en mi noté algo diferente.

-Necesitó decirte algo. -Dijo dándole una rápida mirada a Kelly quien lo mira asustada viendo sus golpes. Tragué grueso llevando mi vista hacía Molly diciéndole con los ojos lo que quiero. Ella entendiendo se puso de puntillas frente a Kelly tomando su rostro.

-Hey, ternurita, ¿por qué no vamos a ver esos muñequitos que querías ver hace un rato?

-¿Por qué Alex tiene eso en el rostro? -Preguntó curiosa.

-Kelly...

-¿Por qué...?

-Ve a ver esos muñequitos, te he dejado un regalo en el living, yo que tú corriera a ver que es. -Le dijo Alexander dedicándole una sonrisa.

Boxeadora OcultaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora