–¿Necesitas algo? –Giro el rostro hacia el doctor. Ciertamente no estuve escuchando nada de lo que durante los veintes minutos a dicho. Solo continúo repitiendo en mi cabeza que estuve dormida durante tres meses.
Tres meses.
¿Qué pasó todo este tiempo?
¿Y Gustavo?
¿Y... Brian?
Aquello me hizo sentir terriblemente mal. Solo tengo un último recuerdo y es haberlo visto tirado al suelo con una bala en su cuerpo. Mis ojos se llenan de lágrimas que no derramo.
–Alexia. –Vuelvo mi atención al doctor. Tomo grandes bocanadas de aires y bajo la mirada a mis manos, viendo allí pequeñas cicatrices. –Ahí fuera te esperan muchas personas, tus amigos, familia... –Sonríe. –Todos ellos esperan que alguien le diga que pueden entrar.
–¿Puedo... verlos? –Susurro. El doctor asiente y toma en sus manos la libreta. –Les dejaré pasar, no pueden entrar todos, debes descansar.
–Doctor, me ha dicho que estuve en coma por tres meses. –Digo. –¿No estoy lo suficientemente descansada? No necesito dormir más, creo ya lo hice bastante. –El doctor sonríe tomando el marca paso en su mano.
–En eso tiene mucha razón, pero acabas de recibir una fuerte noticia, creo que...
–Estoy bien. –Susurro. –Me siento bien. –Y no era mentira, extrañamente me sentía bien: mi cuerpo duele, sí, pero es soportable. Ya no estoy mareada y solo siento una pequeña molestia en mi cabeza. Solo quiero levantarme de aquí e ir donde Kelly, abrazar a Alexander... Saber que Brian está bien.
–En ese caso, resultará mucho mas fácil. ¿Quieres acostarte? –Niego con la cabeza. –Bien, volveré luego a ver como sigue todo. –Asiento en silencio y le veo irse.
Nuevamente miro hacia mis manos juntas en mis piernas. Llevo una de esas batas horribles de hospitales y mis pies yacen descalzos.
Siento la puerta ser abierta, por lo que inmediatamente llevo mi vista allí en el momento en que un cuerpo se lanza sobre mi. Abrazo con fuerza su cuerpo pegandolo sobre mi. Siento como sus lágrimas mojan mi bata y su llanto cubre la habitación. Busco su rostro acunando este en mis manos, y todo mi esfuerzo por no llorar se va.
–Oh, mi pequeña. –Acaricio su rostro quitando las lágrimas de sus mejillas.
–Alex. –Susurra, y vuelve a lanzarse a mis brazos. Levanto el rostro, viendo ahí parado a Alexander. Levanto un brazo e inmediatamente lo tengo a ambos sobre mi.
Minutos después de los tres llorar abrazados juntos, se separan y buscan mi rostro.
–No te irás ¿cierto? –Inquiere Kelly, muy bajo, con su dulce voz bañada en dolor.
–Nunca más, pequeña, nunca más. –Respondo dejando salir una sonrisa.
Sujeta mi brazo, recostando su cabeza en mis piernas. Miro a Alex, y este sonríe apartando las lágrimas de su rostro.
–No puedo creer que te tengo aquí, así. –Susurra. –Dios sabe cuánto le rogué por vivir este momento.
–Y te escuchó. –Pongo mi mano en su mejilla, sin dejar de acariciar el pelo de Kelly con la otra –Son tantas las preguntas que tengo por hacer.
–Estoy aquí para responder todas tus dudas.
–No sé como pensar. –Confieso.
–¿Qué tal por Gustavo y Cameron? –Detengo mis caricias a su mejilla y le miro atentamente. –Ya no hay peligro. –Dice, y siento un gran alivio en todo mi cuerpo.
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Boxeadora Oculta
ActionElla debe ser fuerte, por ella, por las dos. Prohibida su copia y/o adaptación.