Bajo del autobús recibiendo la fría brisa azotar mi cuerpo. Entro las manos en los bolsillo del abrigo y camino por la acera hasta llegar a las puertas grandes del club, con un asentimiento de cabeza saludo a los hombres altos de siempre y entro al lugar. Saco las manos de los bolsillos al sentir la calidez del lugar, camino haciendo memoria hacia el despacho de Cameron y poco después veo la puerta marrón. Sin tocar, abro de esta haciendo que las voces paren y los dos presentes centren su mirada sobre mi.
-¿Tienes si quieras algo de educación? -Anclo la mirada sobre él con el rostro sin expresión.
-Vete al diablo, Simón. -Espeto sin humor.
-¿Nos vamos juntos, preciosa? -Le doy una ultima mirada antes de mirar el cuadro detrás de él. ¿Por que malditamente tiene que ser tan parecido a Brian?
-¿Quieren calmarse? Estamos aquí por algo. -Azoto la puerta detrás de mi y entro dejándome caer en el sillón frente al escritorio de Cameron.
-Dígaselo a la miérda que tiene de hija. -Espeto molesta.
-Me parece que te has equivocado, niña sin educación. -Cruzo los brazos sobre mi pecho y giro mi cuerpo para poder tener mejor vista hacia él.
-No lo creo, conozco la diferencia entre hijo e hija. -Ruedo los ojos al verle la cara de confución y vuelvo a girar mi cuerpo al frente. -Marica. -Farfullo entre dientes, pero suficientemente alto como para que escuche.
-¿Me has llamado marica? -Espeta con indignación.
-Seras tonto. -Farfullo con cansancio.
-¿Me has llamado mari...
-Joder, si, te he llamado marica. He dicho que eres un puto maricón. -Le cayo girando mi rostro y dándole una corta mirada. Abrió la boca para replicar algo pero la voz de Cameron le detuvo.
-Están actuando como una pareja de esposos, ¿quieren cerrar la maldita boca y escucharme? -Bufo restándole importancia acomodando mi trasero en el sillón.
-Me llamó marica.
-Maricón. -Corrijo levantando un dedo ganandome así una mala mirada de él.
-Y te estás comportando como tal. -Gruñe su padre con frustración. -Cierra la boca, imbécil.
Sonrió de medio lado cuando le veo hacer caso y dándome una mala mirada, girarse y subir sus pies sobre una mesa.
-Habla Cameron, no tengo todo el día para ti. -El mencionado aparta la mirada de su hijo para posarla sobre mi y entrelazar sus dedos sobre la mesa.
-Sabes que en cuatro días debes viajar a Colombia y...
-¿Y por qué mierda estas hablando esto frente a él? -Bramo señalando al imbécil que rueda los ojos mientras saca un cigarro.
-Él ya lo sabe...
-¿Él ya lo sabe? -Repito irónica con la voz alterada, haciendo así que Cameron se frote la cien. -Teniamos un maldito trato, en el que yo trabajaría para ti sin que nadie se enterara.
-Era necesario, Simón no dirá nada... Eso dalo por hecho. -Miró de reojo a su hijo advirtiéndole con la mirada.
-No me fío de ese imbécil. -Gruño.
-Pues empieza a hacerlo, porque este imbécil es con quién irás a Colombia. -Al escuchar aquello giro el rostro hacia él y luego hacia Cameron.
-¿¡Ire con él a Colombia!?
-Como lo oyes...
-¡Cierra la boca, imbécil! -El grito de Cameron y mío lograron nuestra petición, haciendo que Simon se caye simulando un siper en los labios.
ESTÁS LEYENDO
Boxeadora Oculta
ActionElla debe ser fuerte, por ella, por las dos. Prohibida su copia y/o adaptación.