Narrador omnisciente:
Alexia no le dio tiempo a nada cuando ya había salido disparada fuera del camerino dejando su telefono caer al suelo. Los chicos se miraron confundidos entre sí por la repentina acción de la chica. Alexander, quién fue el más interesado tomó el celular del suelo y viendo que una llamada había en línea decidió llevar el aparato a su oído y así saber el porqué la acción de Alexia.
Mientras tanto, Alexia subió a su auto y tan rápido se lo permitió salió del lugar. Sabía que podia ser detenida por exceso de velocidad, más eso a ella no le importó.
Rogaba por que nada le pase, quería que todo fuese un susto y que su Kelly estuviese bien.
Sus manos iban empuñadas al volante, tanto que sus nudillos yacían blancos de la fuerza ejercida. En ese momento todo dolor de su cuerpo se había ido, ya no importaban los golpes recibidos de hace minutos atrás. Su cabeza dolía y eso la enfurecia. Maldijo el no estar con su pequeña, maldijo dejarla sola cuando más la necesita. Es solo una bebé que no sabe nada de la vida, luchando contra la maldita leucemia.
Pensó, que lo que más odiaba era a sus padres por la vida de porquería que le dieron, pero entendió y supo que no era así, había algo más que se ganó su odio, y odiaba más el no poder descargar la ira con aquello, y es que no se puede pelear físicamente contra una maldita enfermedad, de no ser así, todas y cadas una de sus practicas sobre el boxeo había sido para ella. Para la maldita leucemia. Nada ni nadie puede lastimar a su pequeña.
¡Pero ya lo está!
Su puño chocó el volante con fuerza, la impotencia recorría su cuerpo, la rabia y el dolor.
Se pasó las manos por el rostro frustrada. El semáforo estaba en rojo y ella quería llegar.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco.
Su dedo golpeteaba el volante y su cabeza no dejaba de palpitar.
frustrada, sonaba el claxon para que los autos avancen. Los segundos seguían pasando y ella cada vez se sentía peor. En el momento en que vio la luz cambiar y los autos avanzar, aceleró revasando demás.
Fil le pedía a Dios que la niña se encuentre bien, hace unos quince minutos la sacaron de la habitación para tratar con la niña que vomitaba sangre. En aquella sala de espera solo se escuchaban las oraciones de los demás, todos murmuraban entre si esperando una noticia de algún doctor. Después que ese chico habló con ella por el telefono de Alexia ella seguía allí de pies. Y aunque no sabía quién era, supo en la voz del joven lo interesado que estaba en querer saber que había pasado, por lo que luego de el decirle que era un amigo de la universidad optó por decirle que la hermana pequeña de Alexia había recibido una crisis. Exigió la dirección de aquel hospital y luego de darsela colgó.
Alexander se guiaba del GPS del celular revasando demás autos. En un semáforo hizo la parada. Con su mano se frotó la cien.
No me estoy preocupando.
Se repetía en la cabeza el chico.
No me importa, es la chica que odias, fue quien te hizo todo el daño que hay en tu vida.
Pero las palabras que Alexia le había dicho en el camerino rondaban en su cabeza. Habló de su hermana pequeña... ¿Tiene una hermana pequeña? Se suponia que solo eran ellos, no más. ¿Entonces por qué dice tener una hermana? ¿Por qué dice que es lo unico que tiene en esta vida? No puede ser cierto, lo tiene a ellos.
El semáforo cambió y él seguía en el mismo lugar, ahora en su cabeza se debatía si dar la vuelta e irse, de igual manera lo que pase en su vida no a de importarle, es solo su entrenador, si, solo eso.
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Boxeadora Oculta
AcciónElla debe ser fuerte, por ella, por las dos. Prohibida su copia y/o adaptación.