Capítulo 36.

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Leer nos permite ver todas las cosas ocultas, invisibles y escondidas del mundo que no acostumbramos a ver.

....

Durante toda la noche miraba la puerta con la esperanza de ser abierta y que él entre por ella.

Sin embargo, ahora que le tengo conmigo... ¿por qué no hago nada?

Brian rodea mi cuerpo quedando frente a mi, me aseguro grabar su sonrisa en mi memoria y guardar su perfume.

-Eres hermosa. -Puedo sentir como mis mejillas arden. Toma mi rostro en sus manos y deja un beso en mi frente. Mis ojos se cierran por unos segundos hasta que lo siento separarse. Levanto el rostro para poder verle y es justo donde mando todo a la mierda.

Mis manos abrazan su cuello y estiro mi rostro hasta atrapar sus labios.

Toma los míos con los suyos y acaricia mi boca. Su lengua entra y explora en mi boca. Mis manos hacen un camino hasta enredarse en su cabello que, anteriormente estaban bien peinados. Sonríe en medio del beso antes de dejar un camino de besos desde mi boca hasta mi cuello. Busco con mis manos su rostro y lo llevo frente a mi nuevamente, beso sus labios antes de verlo separarse.

-Esto es de locos. -Sonríe dejando un corto beso en mis labios y alejarse unos centímetros. Tapo mi boca con mis manos al ver lo que pretende. Inclina un pies en el suelo y ancla su mirada de la mia. -Alexia Ruis. -Su risa logra que la mía sea aun mas fuerte. -¿Quiéres ser mi novia? -Tapo mi rostro aun sonriendo.

Tomo su mano y lo levanto abrazando su cuello.

-Quiero. -Abrazo su cuerpo del mio aspirando su aroma. Mis pies se alejan del suelo al ser levantada por él. Alejo mi rostro de su cuerpo y pego mi frente a la suya. Su mano se levanta rodeando mi cuello, algo frío es pegado a mi piel y luego siento algo colgar de este. Llevo mi mano allí sintiendo algo fino.

-¿Qué es? -Inquiero sin dejar de tocar.

-Es un colgante. -Responde tomando lo que supongo es una medalla. Bajo el rostro rosando sus dedos con los míos, tomo la medalla y la observo por unos segundos.

-Ruso. -Digo al ver las raras letras. -¿Qué dice? -Levanto el rostro rosando mi nariz a su rostro dado a la cercanía.

-Lo sabrás en su momento. -Sonríe acariciando mi rostro. -Ven. -Desliza su mano hasta atrapar la mía y camina al frente. Aleja una silla de su lugar y me indica sentar, al hacerlo vuelve a llevarla donde estaba. Segundos después toma asiento frente a mi.

-Es tú restaurante. -Digo admirando el enorme y elegante lugar. -No hay nadie.

-Esta noche es solo para dos. -Asiento y guardo silencio. -¿Alguna vez has comido comida rusa? -Niego enseguida. -Hoy lo conocerás. -Sonríe destapando las bandejas que en total son mas de cinco, con diferentes tipos de comida y postre desconocido para mi. -Este es Pelmeni, un enrollado de carne o pollo y huevo duro. -Señala. Parte de este y lo toma con el cubierto seguido de acercarlo a mi boca. Primero lo observo y luego abro mi boca. El sabor en mi boca al principio lo siento raro, luego me veo cerrando los ojos a gusto con dicho sabor. -¿Te gusta?

-Me gusta. -Paso mi lengua por mis labios al terminar de tragar.

-Es uno de mis favoritos. -Sonrie complacido.

....

-Elije uno. -Observo los platos frente a mi hasta señalar uno. -Este es Ptichie moloko: Leche de pájaro.

-¿Pajaro que? -Frunzo el entrecejo dándole otra mirada a lo que acaba de decir. Tiene un aspecto tan simple: una tableta rectangular gruesa cubierta de chocolate.

Boxeadora OcultaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora