Capítulo 4.

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-Kelly. -Le llamé bajando los escalones. -Kelly, ¿dónde estás? -Terminé de bajar y caminé hacia la sala. La había dejado viendo muñequitos hace unos minutos. -Kelly, pequeña. -Escuché la televisión encendida y caminé hasta el sillón negro donde podía ver su pequeña cabeza. Al llegar me quedé viéndola unos segundos. Dormida, se había quedado dormida viendo la televisión. Miré la película, apenas y va por la mitad. Tomé el control y apagué de esta. -Pequeña. -Moví un poco su cuerpo haciéndola fruncir sus labios. -Despierta bonita, saldremos.

-Alex. -Se quejó abriendo un ojo. Sonreí meneando de su cuerpo. -Quiero dormir.

-Debemos salir y luego te llevaré al parque de diversión a comer helados. -Rápidamente abrió los dos ojos sentándose en el sofá. Reí levantándome. Que fácil se deja comprar esta niña. -Vamos a darte una ducha y ponerte linda. -Le tendí la mano y esta la tomó.

-¿Dónde vamos? -Inquiere.

-Vamos al doctor. -Contesté y de inmediato frenó de golpe.

-¿Doctor? -Hizo una mueca. -No quiero ir a un doctor. -Bajé a su altura tomando un mechón de su cabello llevándolo tras su oreja.

-Lo sé. Pero es necesario ir. -Frunció más sus labios y se cruzó de brazos. -Kelly, ¿hay algo que no me hayas dicho? -Pregunté tomando su rostro.

-¿Sobre qué? Sabes todo de mi, Alex.

-¿No te sientes más débil? -Bufó moviendo sus labios rojizos.

-Solo tengo más sueño de siempre, Alex, solo es eso. No debemos ir al doctor por tener sueño, lo que necesito es una cama. -Sonrió volviendo a caminar hacia las escaleras. -Pero si quieres ir, está bien, ya me prometiste llevarme al parque y comprarme más helados.

Me quedé viéndola por unos segundos sumida en mis pensamientos.

Me levanté girándome y caminando hacia arriba donde ya Kelly había llegado. Fuí hacia la habitación mía y busqué ropa para Kelly. En la de ella tiene menos ropa que en la mía, y la tiene solo para que no diga que no tiene una habitación, más complicada no puede ser. Fuí al baño y encendí la ducha dejando el agua tibia.

Al cabo de unos minutos estaba vistiendo de ella. Le coloqué un vestido rosa por las rodillas y unas zapatillas negras «idea de ella» Peiné su cabello en una trenza y al terminar pellizque su naríz.

-¿Sabes quién es la niña más linda? -Pregunté sonriendo. Kelly miró el techo pensado en una respuesta. -Tú eres la niña más hermosa de todas. -Dije haciéndole cosquillas.

-¡No! ¡Alex, para! -Se reía moviéndose inundando el lugar de su melodiosa risa.

-¿Cuál es la palabrita mágica?
-Pregunté riendo con ella.

-¡Te quiero, te quiero, te quiero! -Chilló riendo. Dejé de hacerle cosquillas y arreglé su vestido.

-Yo te amo. -Besé su frente y la tomé en mis brazos.

-Yo también te amo y te quiero. -Comenzó a hacer lo mismo de siempre cuando la tengo en mis brazos: Jugar con mi cabello en sus manos.

Bajé los escalones yendo hacia la salida. Con Kelly en brazos cerré la puerta con seguro y fuí hacia la cochera. Quité el seguro de las puertas con la alarma y abrí la puerta trasera. Dejé a Kelly sentada y coloqué su cinturón, rodeé el auto y entré por igual.

-¿Por qué no me dejas subir a tu lado? -Preguntó recostando su espalda en el espaldar.

-Ya te lo he dicho, es peligroso. -Encendí el auto y salí de casa.

-Lucy dice que su hermano también la lleva detrás. Son unos exagerados. -Infló sus cachetes mirando por la ventanilla. Sonreí y conduje hacia el hospital donde atienden a Kelly desde que llegué a este lugar.

Boxeadora OcultaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora