Capítulo 1.

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13 años.

-Vamos Kelly, di: Alexia.

-Anefia. -Repitió igual que hace unos minutos atrás. Una hora exactamente intentando hacerla decir mi nombre y nada. Escuche una risa a fondo que bastante conocía.

-Dejala Alex, solo es un año, pronto dirá tu nombre y más cosas. -Margaret caminó hacia nosotras, besó nuestras frentes y se sentó a mi lado. Kelly estiró sus brazos hacía ella y la tomó. -¿Qué tal la escuela?.

-Bien. -Me encogí de hombros restandole importancia.

-¿Alguna amiga nueva?. -Sabía que preguntaría eso.

-No quiero amigas. -Hice una mueca con mis labios.

-Debes intentarlo, hermosa. Lo podrás superar. -La platica de todos los días. ¿Un trauma? Quizás. Recuerdo a la perfección como la mejor amiga de mi madre se acostó con mi padre en sus narices, para ese entonces yo era muy chica y no sabia lo que hacían, hasta que fui creciendo.

-Pero es que... Esta bien, lo intentaré. -O quizás no.

-Eso es. -Se puso de pies y me tendió su mano con una sonrisa en el rostro. -Te prepararé tu comida favorita y a Kelly su papilla de banana. -De inmediato sonreí y me levante.

Cada vez estoy más convencida de que esta mujer es un ángel enviado para cuidar de mi y Kelly, un ángel, que a pesar de que llego a nuestras vidas hace un año, fue ocupando y haciendo el papel de madre... De una madre de verdad. Kelly es su hija, a cuidado de ella cuando apenas y tenia dos meses, yo ya tenía 12, la edad de una pre-adolecente. Kelly le dice mamá, pero yo aun no puedo hacerlo. Estoy segura que con el tiempo lo haré.

Me acerqué a Kelly y besé su mejilla sonoramente.

-Te quiero, aunque no sepas decir mi nombre aún. -Sonrió como si entendiera lo que le digo e hizo un piquito en forma de un beso.

****

15 años.

-¿Te das cuanta de como dejaste su rostro? No puedes andar por ahí regalando golpes Alexia. He perdido la cuenta de las veces que debo ir a resolver un problema tuyo en la dirección. ¿Por que lo hiciste?. -A pesar de que tenía toda la razón, seguía enojada y con ganas de seguir golpeado a esa idiota. -Alexia.

-Dijo que soy una mala hija porque te llamo Margaret y no mamá. -El rostro de Margaret cambio, ya no se veía enojada, más bien comprensible.

-Alex. -Se acercó a mi y me abrazo. -No lo eres. Sabes que no me molesta como me llamas, aunque me gustaría que dijeras mamá. No eres mala hija, tu y Kelly son mis tesoros, no importa que digan los demás. -¿Podría esta mujer ser mejor? No lo creo.

-Lo sé, es solo que me enoje. -Dije sincera. Margaret busco mis ojos y cuando los encontró sonrió.

-Sólo no lo hagas otra vez. Ya perdí la cuenta de todas las veces que golpeas a alguien. De seguir siendo así, me veré en la obligación de anular tus prácticas de boxeo.-Con reproche pero con dulzura.

-Está bien, ya no lo haré. -Siempre y cuando no se metan conmigo. Y claro, no puedo arriesgarme a dejar lo que me gusta.

-Vamos, hay que buscar a Kelly en el colegio. Llevaba la mañana entera diciendo que quería estar contigo. -Me tomó de la mano y me guió fuera de la escuela hacia el auto. Sonreí al recordar a mi hermana y me deje llevar.

....

-¡Alex!. -Saltó un pequeño cuerpo vestido de uniforme hacia mi.

-Pequeña. -Terminé de llegar y la tome en mis brazos.

Boxeadora OcultaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora