Capítulo 3

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Dinah observó a Camila con los ojos entrecerrados. Creía que su amiga estaba loca por lo que le estaba diciendo. Aunque no se sorprendía para nada que Camila ayudara a Lauren, porque Camila era una tonta y Lauren bastante interesada. Como si ella no supiera quién era Lauren Jauregui.
Aquella chica se la pasaba sola, tenía pinta de ser tan irresponsable, lo era, lo había visto y se hacía una idea de lo que estaba pasando. Ella claramente se estaba aprovechando de que su amiga era demasiado buena con todo el mundo. Y le molestaba que Camila no se diera cuenta.

—Dinah, no me cuesta nada ayudarla. No seas así. Hubiese hecho lo mismo por ti.—Camila jugó con la comida de su bandeja. Ya no tenía hambre.

—Eres tan buena que me dan ganas de golpearte. Deberías darte cuenta de que seguro te está usando.—Camila suspiró negando.—¿No te dice mucho el hecho que hace cinco años está en este colegio y nunca te habló? Qué cosa que de repente te hable.—Dijo rodando los ojos.

—No me parece mal. Tú nunca te hablaste tanto con Normani y éste año ya somos un grupo.—Dinah la miró sin nada que decir porque tenía razón. Pero no quería que nadie le hiciera daño a su amiga en algún momento y de cualquier manera, menos Lauren.

—Es diferente porque…—Camila le interrumpió.

—No. No es diferente, Dinah. Solo la estoy ayudando porque me hubiese gustado que alguien haga lo mismo por mí, porque no me importa dedicarle una o dos horas si sé que luego le va bien. Déjalo, ¿sí? No quiero discutir contigo por primera vez y por esto.—Camila se levantó del asiento suspirando.—Te veo en la noche cuando vayas con tu familia a casa.

Dinah la siguió con la mirada mientras Camila iba por entre las mesas, sus ojos se fijaron en Lauren que entraba a la cafetería justo cuando Camila estaba saliendo y ambas se sonrieron para luego salir juntas de allí. No le importaba que Camila la ayudara, solamente no quería que luego se decepcione de Lauren porque justamente su amiga era la persona menos correcta para acercarse a ella que era una cualquiera.

Si Camila la hubiese visto tantas veces como la vio Dinah en las fiestas drogada, borracha y haciendo desastres como siempre quizás ni siquiera se acercaría a ella  porque a Camila no le agradaba la gente así, pero ahí estaba dejándose llevar por la imagen que esa chica le mostraba.

Pero tenía algo claro desde ya y era que si Lauren le hacía daño de alguna forma, se las iba a ver con ella.

*

Ya en la biblioteca, Camila se sentó al lado de Lauren en una de las mesas del fondo. Había estado en silencio todo el camino y no habían intercambiado más palabras que un saludo en la cafetería y el acordar para ir a la biblioteca ahora.

Lauren sacó sus libros y vio a Camila quedarse quieta en su lugar, no había sacado nada de lo suyo y estaba en silencio. Se aclaró la garganta para llamar la atención de la morena y levantó las cejas cuando ésta la vio.

—¿Te pasa algo? Estás… rara.—Camila negó.—podemos dejarlo para otro día o entrego lo que tengo, no hay problema.

—No, no. Lo siento, solo… nada, estaba pensando. ¿Tienes todo aquí?—Lauren asintió no muy convencida de sus palabras.—Bien, vamos a empezar así terminamos pronto.

—Espera ¿Y tus dibujos? Dije que iba a ayudarte.—La detuvo y Camila se rió un momento.

—Está bien, todavía tengo varios días para terminarlos.—Le restó importancia y tomó uno de los lápices de Lauren.—Bueno, ¿Recuerdas lo que te dije ayer sobre el cuartil uno y tres?—Lauren asintió apoyando el codo sobre la mesa y la mejilla contra su mano acomodándose para ver mejor a Camila.

Durante una hora y media habían estado haciendo la última parte del trabajo de matemáticas, eran fórmulas que claramente Lauren no iba a recordar nunca pero tomaría en cuenta lo de tener la hoja donde Camila le había escrito cada una y así podría tener una ayuda en clases.

Camila estaba conforme por el resultado del trabajo, sin duda Lauren había puesto mucho de ella. Camila había visto en cada momento como Lauren  prestaba atención y aunque no le salieran las cosas volvía a intentarlo. Por un momento se sintió enojada con Dinah por hablar de Lauren sin conocerla. A la morena no le parecía una chica mala, lo contrario, seguía sintiéndose interesada por ella, por conocerla más, sabía que Lauren escondía alguien mejor detrás de esa imagen de chica seria. 

Cuando Lauren la veía sonriendo no podía evitar sonreír también porque su sonrisa, su risa era contagiosa y alegre. Pero no tenía idea que lo que menos había en la vida de Lauren era algo alegre, no había nada porque ella misma lo había alejado todo por la razón de antes, sola estaba mejor.

Más de una vez Camila no pudo evitar reírse de Lauren al ver su cara cuando le explicaba algo, se reían ambas porque la bibliotecaria les pedía que hicieran silencio si no querían que las sacara afuera. Ni siquiera Lauren se creía que estaba riendo de esa manera con Camila. No recordaba cuándo había sido la última vez que se había sentido tan tranquila y en paz, cuándo se había divertido tanto con alguien solamente haciendo tareas y burlándose de la bibliotecaria.

—Gracias por ayudarme otra vez.—Camila se encogió de hombros mientras Lauren guardaba sus cosas. En realidad hacía eso para encontrarse distraída y no mirar a Camila porque estaba nerviosa.—Puedo hacer tus dibujos si quieres. No me cuesta nada y además así estamos a mano. Por lo de biología, ya sabes.

Camila se rió negando mientras cerraba los libros de Lauren ayudándola.

—No, Lauren. No hago esto por algo a cambio.—Lauren vio una tímida  sonrisa en Camila.—Te ayudé y ahí lo dejamos. De verdad no necesito que me hagas el dibujo ni nada de eso.

—¿Y qué quieres que haga por ti? Nadie da o hace algo por el otro sin esperar recibir algo a cambio.—Se rió sin gracia.—No me importa hacer los dibujos, yo pued…

—No.—Repitió levantándose de la silla.—De verdad, Lauren. Está bien. No tienes que hacer nada por mi.—Negó colgando su bolso en el hombro justo cuando el timbre de fin del día había sonado.—Ya somos libres.—Murmuró sacando una sonrisa a la oji verde.

Aunque salir del colegio significaba volver a su solitaria y estúpida vida. Lo que no le alegraba demasiado. De todos modos imitó a Camila y puso su mochila sobre sus hombros pasándose luego la mano por el cabello para acomodarlo.

—Bien. Entonces… te veo mañana supongo. Gracias otra vez, Camila.—Camila la observó un momento asintiendo y se despidió con un gesto de mano antes de comenzar a caminar fuera de la biblioteca.

—Lauren.—Dijo una vez que se detuvo. Lauren estaba todavía parada en el mismo lugar viendo al piso y luego levantó la mirada a ella. La oji verde la observó esperando a que hablara.—Uhm. Voy por un batido, ¿quieres? Yo invito.

Lauren reprimió una sonrisa enorme y simplemente se encogió de hombros caminando hacia Camila. De todos modos no había algo que tuviera que hacer, no había nadie que la estuviera esperando así que sería un gusto distraerse un rato con Camila. Quien le comenzaba a agradar demasiado.

*

—Un batido de frutilla y uno de banana.—Dijo Camila y el chico la vio con el ceño fruncido.

—Ya no tenemos batido de banana, lo siento.

—¿Tiene bananas?—El chico asintió suspirando.—Bueno, entonces sí puede hacerlo, es fácil.

—Señorita…—Camila rodó los ojos.

—Entonces dos de frutillas.—Finalmente el chico fue por sus batidos y Camila se giró al escuchar una risita detrás de ella.

—¿Tanto drama por un batido de banana?—Lauren sonrió viendo al joven regresar con sus batidos y mientras Camila se daba la vuelta sacó su billetera para pagar ella.—Espera.—Detuvo a Camila.—Yo pago.

—No, Lauren.—Intentó detenerla pero Lauren ya le había indicado al chico que tomara su dinero. Camila suspiró tomando ambos batidos esperando a que Lauren recibiera el cambio.

—Adiós. Gracias, vuelva pronto.—Las saludó el rubio.

—Quizás vuelva cuando tengan batido de bananas.—Lauren le dio una mirada de disculpas al chico y luego salió detrás de Camila aguantándose la risa.—Toma.—Le dio su batido mientras comenzaban a caminar por la vereda.

—Eres demasiado insistente.—Habló Lauren mientras veía a Camila tomar del batido.

—Sí, soy muy cabeza dura. Lo acepto.—Se encogió de hombros.—¿Y por qué no me dejaste pagar? Yo había invitado.

—La próxima pagas tú.—La morena sonrió al escucharla. Habría una segunda salida con Lauren. Eso le agradaba. Intentó ocultar su sonrisa tomando del batido pero Lauren había visto aquello.

Caminaron hablando de cualquier cosa hasta que llegaron a un parque donde había varias personas ya que solían juntarse grupos para demostrar sus habilidades con skate. Lauren sugirió que se quedaran allí y así fue. Se sentaron en el césped debajo de un gran árbol mientras ya terminaban sus batidos y seguían hablando.

Camila encontró a Lauren aún más interesante y Lauren no se sorprendió para nada con la mente de Camila, era inteligente, un poco infantil pero divertida. Se había pasado las últimas horas riéndose y hablando como hace mucho tiempo no pasaba. Se sentía bien y no quería que el momento terminara a pesar de que de a ratos pensaba en irse.

—¿Sabes?—Comenzó a hablar girando su rostro a Camila.—Hoy tu amiga, la rubia que siempre está contigo me vio mal. Seguro que no le agrado.—Arrugó la nariz y Camila sonrió.

—Es Dinah. Y ella es así de odiosa, no te preocupes. Además, no tiene motivos para que no le agrades. Es una mejor amiga protectora.

Lauren sonrió tristemente fijando su vista al frente. Camila tenía tanta suerte. En realidad, tenía lo que ella ya no tenía y eso le hacía recordar, la hacia poner triste.

—¿Tienes amigos?—Escuchó la suave voz de la morena a su lado. Siguió con la mirada al frente respirando lento y pesado intentando que su corazón se calmara.—Siempre estás sola.

—¿A qué le llamas amigo tú, Camila?—Giró su rostro apoyando la cabeza en el tronco del árbol para mirar a Camila.

—A alguien que está siempre conmigo, que me hace sentir bien, cómoda, segura y que puedo confiarle lo que sea.—Dijo estudiando el rostro de Lauren de la misma forma que lo hacía ella.—¿Entonces?

—No.—Su voz fue firme.—No tengo amigos. Prefiero estar sola.

Camila la vio sin entender el porqué de su respuesta. Se quedó viendo el perfil de Lauren cuando se rió la vuelta apartando la mirada de ella y pensó en sus siguientes palabras.

—¿Por qué alguien querría estar sólo cuando hay tantas personas queriendo un poco de compañía?

—Tú no sabes eso.—Negó suspirando.—Estando sola no te preocupas si alguien puede hacerte daño, si se va a ir y no te tienes que estar fijando qué haces bien o mal. Simplemente haces y vives como quieres.—Camila no podía despegar la mirada del perfil de Lauren. Las palabras de la oji verde resonaban en su cabeza una y otra vez.—La única persona que consideré amiga alguna vez ya no está.

—¿Ella se fue?—Lauren se rió sin gracia.

—Como todos, Camila.

**

Dinah estaba dibujando una mano haciendo fuck you mientras Camila estaba a su lado terminando los ejercicios que la profesora de matemáticas les había dado. Camila ya no se gastaba en decirle a Dinah que hiciera algo porque no lo haría y seguro que recibiría alguna burla de parte de su amiga.

—Jauregui.—Se escuchó sobre el silencio que invadía el salón.

En el fondo de la clase, estaba Lauren dibujando en su cuaderno como siempre. Al escuchar su apellido levantó la mirada seria notando varios pares de ojos sobre ella.

—Su trabajo.—La profesora levantó las hojas al aire para que Lauren las viera.—Estoy sorprendida.—Dijo levantando las cejas haciendo que se genere un murmullo de risas.—Espero que siga así lo que reste del año.

Lauren no dijo nada tomando el trabajo con una mano y luego volvió a su banco mientras veía un 10 al final de la última hoja. Por inercia sus ojos se fijaron en Camila que estaba algunos bancos delante de ella. A su alrededor ya nadie le prestaba atención y lo agradeció mientras se acomodaba en el asiento nuevamente.

Lo que restó de la clase se la pasó dibujando y concentrada en nada más que su dibujo del día. Ni siquiera había prestado atención en la clase porque no entendía nada. Todavía estaba sorprendida de haber entendido lo que Camila le había explicado en las horas que pasaron juntas. Esa chica era demasiado inteligente y buena.

Además, ese día no tenía ganas de nada, ni siquiera de escuchar a la profesora. Ya quería que terminara aquella hora para poder irse del colegio y no volver hasta el otro día. El mal humor no la dejaba nunca excepto esos días en los que se juntaba con Camila, pero los demás seguían siendo un desastre igual que desde hace bastante tiempo

El timbre que indicaba la hora del almuerzo sonó en el lugar y todos comenzaron a guardar sus cosas ignorando a la profesora que hablaba sobre algo que Lauren también ignoró.

Al ser una de las últimas en salir caminó tranquila entre los bancos mientras acomodaba los auriculares en su oído cuando chocó con alguien en la puerta. Era Camila y estaba regañando a su amiga que se había detenido a propósito para que se chocara con su espalda.

—Eres imbécil, Dinah.—Dijo antes de girarse a quien sea que se había chocado con su propia espalda. Era Lauren.—Lo siento, Lauren.—De disculpó de inmediato.

—Está bien.—negó escuchando la risa de la amiga de Camila mientras hablaba con alguien.

Camila asintió haciéndose a un lado para que Lauren pasara. Hizo el amague de caminar hasta su amiga que hablaba con Normani. Dinah iba a recibir uno de los sermones de Camila hoy.

—Camila.—La detuvo la voz de Lauren y se giró de inmediato.—Saqué diez.

—Te esperamos en la cafetería.—Dijo Dinah al pasar junto a Camila que asintió.

—Solo quería decirte eso y gracias.—La voz de Lauren era suave mientras veía a todos a su alrededor, iban y venían apurados por tomar algún lugar para almorzar.

—Por nada.—Camila le sonrió a pesar de que no la estaba viendo.—Me alegro y cuando necesites algo puedes buscarme.

Lauren la miró cuando Camila murmuró un hasta luego al pasar por su lado dando un suave apretón en su ante brazo, casi en una caricia. Continuó viendo la figura de la morena caminar por el pasillo con su típica sonrisa agradable y saludando a algunas personas.

Soltó un suspiro subiendo el volumen de la música en sus auriculares y le dio una última mirada a Camila que doblaba al final del pasillo antes de ella comenzar a caminar.

En la cafetería, Dinah y Normani se estaban riendo cuando Camila llegó a ellas recibiendo una mirada curiosa de su mejor amiga. Dejó su bolso a un lado mientras tomaba asiento y luego le robaba una papa a Dinah.

—¿Quería besarte en agradecimiento por haberle hecho todo el trabajo?—Camila frunció el ceño acomodando su propia bandeja frente a ella y luego miró a su amiga.

—¿Qué estás diciendo? Yo no le hice el trabajo. Solo la ayudé, ella fue quien hizo todo.—Dijo llevándose un trozo de pizza a la boca.

—No negaste lo del beso.—Codeó divertida a Normani que simplemente se rió.

—¿Tienes tres años, Dinah?—Rodó los ojos.

—Bueno, ya sabes, estoy pensando en muchas cosas desde que te fuiste a tomar un batido con ella luego de pasarte casi dos horas en la biblioteca y encima luego te llevó hasta la puerta de tu casa.—Dijo ganándose que Camila rodara los ojos otra vez.—En serio, Camila. Ya casi nos abandonas por su culpa.

—La que me faltaba.—Suspiró llevándose una mano a la frente.—Ya, Dinah. Terminamos con sus trabajos, ¿contenta?

—Por supuesto. Ella me cae mal.

—¿Vas el sábado a la fiesta de Ashton, Camila?—Normani intentó desviar el tema de conversación recibiendo una mirada de agradecimiento por parte de Camila quien asintió sonriendo.

—Sí. Me invitó y sus fiestas son muy buenas siempre.—Habló antes de darle un trago a la botella de agua.—¿Quieres que nos vayamos juntas? El padre de Dinah nos lleva.

—Hey, es buena idea. Puedes ir a casa también y nos preparamos juntas después de cenar.—Normani asintió encantada.

—Me encantaría. ¿Qué llevo?

—Nada porque la toca a Camila pagar la cena.—Al escuchar a Dinah, Camila la vio con el ceño fruncido.

—¡Eso no es cierto! Te toca a ti, Dinah. La última vez me hiciste llevar tres cajas de pizza sólo para nosotras dos y no comimos ni una entera.—Habló molesta recordando aquel día.

—Eso fue porque comimos mucho helado antes.

—Solo tú tienes la idea de comer el postre antes de la comida.—Suspiró pensando en las cosas que le hacía hacer Dinah. Era como tener a una niña de cuatro años como amiga en lugar de una de dieciocho.

—Yo llevo la comida—Habló Normani.—Camila el postre y tú Dinah compra algo para beber y hacer previa.

—¿No es perfecta?—Preguntó Dinah tomando las mejillas de Normani apretándolas.—Siempre tan inteligente.—La morena le dio un manotazo alejando de ella las manos de la rubia.

—A veces no sé porqué soy tu amiga, Dinah.—Camila negó soltando un suspiro y luego riéndose.

—Porque me amas y soy genial.

*

El sábado, luego de la previa en la casa de Dinah, donde cenaron y luego subieron a su habitación a hacer juegos tontos en los que se premiaban y se daban prendas a través de tragos de alcohol, el cual los padres de Dinah no sabían que habían comprado, tampoco se enteraron, por fin estaban en la fiesta de Ashton.

El lugar estaba lleno de gente, había alcohol por todas partes, chicos y chicas lindas, bailando, gritando, cantando las canciones que el DJ pasaba y tal cual a Dinah le encantaba, en el lugar abundaba el descontrol. Junto a ella Camila estaba bebiendo algo mientras que Normani hablaba con un chico que según ella había conocido en otra fiesta.

—Ese de allá te está viendo.—Le dijo Camila a Dinah que miró a un chico alto cerca de la barra. Había sentido su mirada sobre ella y si decía que no le gustaba, mentía.

—No voy a ir yo, tiene que venir él. Es ley.—Camila se rió.—Además no quiero dejarte sola.

Camila le dio una mirada incrédula porque Dinah siempre la dejaba sola en las fiestas. No tenía la habilidad de su mejor amiga para acercarse a las personas o aceptar el pasar el rato con ellas. Normalmente era aburrida, eso pensaba ella. Le gustaba salir, bailar pero llegaba un momento en el que prefería quedarse sola a un lado. Otras deseaba irse a casa pero nunca se iba sin Dinah.

—O quizás no deba preocuparme por ti.—Camila la miró mientras bebía un trago de su vaso.—Mira quién vino.

Camila siguió la mirada de su amiga encontrándose con Lauren caminando entre la gente. Tenía una cerveza en la mano y caminaba con la otra metida en el bolsillo delantero de su pantalón. Llevaba una remera gris que le quedaba grande y jeans celestes rotos en algunas partes a lo largo de las piernas, el pelo a un lado algo revuelto y esa mirada seria tan característico suyo.

—Si no cierras la boca alguien puede resbalase y caerse por la baba que dejas caer.—Dinah se rió cuando Camila le dio un codazo.—Es linda, ¿eh?

—¿Ahora te gusta Lauren?—Preguntó apartando la vista de la oji verde.

—No te pongas celosa. No me van las chicas, menos alguien como Lauren.—Camila se rió.—Pero a ti sí.

—Es linda.—Se encogió de hombros.—Pero es una caja de sorpresas.

—Ábrela.—Camila miró a Dinah.—Quiero decir, si te gusta conócela y eso.—Se encogió de hombros.

—Hace unas horas me estabas diciendo que te cae mal y ahora me dices que la conozca si quiero.—Dinah suspiró.

—A ver, cerebrito. Puedes hacer lo que se te de la gana, ¿sí?—Levantó su mano llamando a alguien y Camila se giró para ver a Lauren caminar hasta ellas.—El chico viene por mí. Adiós.

—Pero Dinah…—Dinah le hizo un gesto con la mano mientras se iba con el chico que la recibió sonriendo. Cuando se rió la vuelta Lauren estaba a algunos pasos de ella y no pudo evitar sonreír.—Hey.

—Hola. No sabía que venías.—Lauren se sentó sobre una mesa donde había algunos vasos vacíos quedado al lado de Camila que estaba apoyada allí.

—Bueno, no ibas a saberlo si no hablamos hace tres días.—Lauren levantó las cejas mientras se bebía de la botella de cerveza, pasando su lengua por los labios luego.

—¿Te importa que no te hable?—Camila frunció las cejas un poco viendo como la oji verde la observaba detenidamente. Sintió que le veía hasta el alma con esos ojos verdes siendo reflejados por las luces del lugar.

—¿Por qué debería importarme?—Lauren sonrió de lado encogiéndose de hombros.—Ya te entendí y te dije que puedes buscarme cuando necesites que te ayude en algo porque no me importa hacerlo.

Las cejas gruesas de Lauren se juntaron mientras miraba a Camila que observaba en dirección contraria a ella. Le dio una rápida vista y vio su vestido blanco un poco holgado y el pelo suelto a un lado. Volviendo a lo que había escuchado se sintió ofendida y tomó el brazo de Camila llamando su atención.

—Las cosas no son así porque yo quería, tú te ofreciste y no va a pasar otra vez si me vas a echar en cara luego. Gracias de todos modos, Camila.—Bufó bajándose de la mesa de un salto y caminó lejos de Camila.

A eso se refería al principio. Nunca, nadie daba algo sin querer recibir algo a cambio y si pasaba, te lo echaba en cara luego. Hubiese continuado sola, alejada de Camila y así se habría evitado este mal rato. Claramente no iba a volver a acercarse a Camila, mucho menos pedirle ayuda.

**

Es fin de año y los exámenes me llueven jajaja voy a intentar actualizar pronto y quizás vuelva con varios capítulos.
Espero que les esté gustando esto y gracias por leerme.

Plenitud {Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora