Capítulo 11

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Camila esperó a que Lauren abriera la puerta luego de haber golpeado un par de veces. Cuando la oji verde abrió, Camila se aseguró de darle una rápida mirada, estaba bañada en transpiración, estaba colorada por el calor quizás, respiraba continuamente de una forma irregular y supo porqué cuando vio sus manos vendadas. Había estado usando el saco de boxeo de su sala.

—Entra, vamos.—Camila entró intentando concentrarse en algo que no sea el estómago de Lauren y ese top que llevaba puesto.—Tengo que... que bañarme.—Habló con dificultad por la falta de aire.

Camila asintió con una sonrisa y le aseguró que iba a estar bien mientras la esperaba. Al irse Lauren, Camila miró los shorts que tenía puesto. Dios. Le marcaban todo. Esa chica era perfecta.

Luego de dar un par de vueltas por la sala decidió ir a la habitación de Lauren y también se aburría esperándola así que se puso a ver lo que Lauren tenía en un escritorio allí, había fotos, libros, una computadora y una larga fila de CD's los cuales no tocó por las dudas. Ella tomó una foto en donde se veía claramente a Lauren de pequeña, lo supo por aquellos ojos verdes preciosos y además seguía igual, estaba con una sonrisa enorme mientras una mujer la abrazaba casi con fuerza podía verse. Camila sonrió acariciando la foto y de repente ya no la tenía más en la mano.

—¿No te enseñaron que no tienes que tocar las cosas que no son tuyas sin permiso?—Camila se sintió mal al escuchar a Lauren, pero después unos brazos la abrazaron por detrás y seguido a esto el cuerpo de Lauren se apoyó contra el suyo.

—Lo siento. Yo e—estaba.—Lauren se rió en voz baja hundiendo su nariz en el pelo de Camila que se quedó en silencio un momento y luego se giró entre los brazos de Lauren.

—¿Qué estabas haciendo?—Camila llevó sus manos a las mejillas de Lauren que todavía estaban sonrojadas por el calor, tenía el pelo húmedo y estaba derritiéndose entre sus brazos por lo hermosa que se veía.—Estabas revisando mis cosas, te vi.

—No. Solo fue esa foto, solo vi eso.—Dijo un poco nerviosa y Lauren volvió a reírse mientras se inclinaba para besarla.

Lauren tenía brazos fuertes, sus músculos estaban duros por la continua y más que nada reciente actividad física. Camila lo comprobó cuando la oji verde la hizo quedar de espaldas sobre el colchón y la había sostenido con una mano todo el tiempo para que no cayera de golpe.

Lauren, por otro lado estaba perdiendo el control. Camila le acababa de chupar la lengua lentamente mientras le acariciaba los brazos. Sus propias manos ya no podían estar en un solo lugar hasta que encontró la forma de meterse entre las piernas de Camila, sostener sus manos sobre su cabeza con una sola mientras que la otra le acariciaba la pierna. Esa chica la volvía loca, quería hacer con ella todo lo que alguna vez se imaginó porque sentía que era para ella, que era la persona correcta y aún era muy pronto, pero no le interesaba para nada aquel dato.

—Tienes un rico cuello.—Murmuró sobre la piel de Camila que se le escapó una risa entre suspiros y los nervios que estaba sintiendo al tener a Lauren encima suyo, sujetándola y besándola de esa forma.

Lauren sabía como tratarla, sabía qué hacer y cómo. La tenía total y completamente entregada a ella, ni siquiera quería parar y nunca le había pasado esto. Quizás era el poder que tenía Lauren sobre ella, porque la hacía sentir vulnerable. Es que Lauren podía pedirle lo imposible y Camila iba a dárselo porque simplemente las cosas eran así y no le importaba.
Se quedó sin aliento cuando sintió la lengua de Lauren pasar por encima de su garganta hasta llegar a su barbilla donde le dio un beso y sonrió viendo como había dejado a Camila.

—¿Estás bien?—Le soltó las manos y Camila asintió.—Pero no estás respirando.—Se rió bajando su cabeza para besarle la mejilla a Camila que soltó el aire que estaba conteniendo.

Plenitud {Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora