Lauren odiaba “las salidas de chicas” con sus amigas porque normalmente era la que terminaba cargando las bolsas de Dinah y a veces hasta las de Normani. Aquel día se la había pasado caminando detrás de ella porque era aburrido ver tiendas y pasarse media hora en cada una.
A veces era más divertido porque al menos hablaba con Camila pero aquel día estaba extraña, más de lo normal, apenas le había hablado y todas lo notaron pero no dijeron absolutamente nada.
No fue hasta que después de pasar por un helado y que todas se pusieran de acuerdo para volver a la casa de cada una que Camila le habló bastante interesada y quedaron con que su casa era la última en pasar. Dinah, Normani, Bárbara y Lauren se miraron entre ellas por la insinuación obvia de Camila con poder estar sola con Lauren una vez que las demás estuvieran en sus casas. Todo era extraño porque la casa de Camila era la que más cerca estaba, pero nuevamente ninguna dijo nada.
Lauren actuó normal, pero estaba nerviosa. Las demás pronto se olvidaron de lo que había pasado y cuando estuvieron solas una vez que se despidieron de todas, un incómodo silencio se formó en el auto mientras Lauren conducía, por primera vez en mucho tiempo se sentía incómoda con Camila a su lado porque ella ni siquiera la miraba y apenas le había hablado. Además, se notaba que algo le pasaba porque se veía peor que lo que solía ser normal en el estado de ánimo de Camila.
—Para.—Le dijo y Lauren se giró un poco para mirarla, entonces notó que Camila estaba llorando.
—¿Por qué? ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?—Preguntó preocupada.
—¡Detén el auto, Lauren!
Lauren frunció las cejas, se sentía preocupada y aún más cuando estacionó el auto al borde de la acera de un parque cerca de la casa de Camila. Cuando la morena se bajó del auto aún sin dejar de llorar, Lauren la siguió obviamente y bastante confundida se acercó a ella para saber qué pasa.
—¿Estás bien?—Su voz fue suave.
—¿Por qué lo hiciste? Estoy segura de que fuiste tú.
—No sé de qué me hablas.—La miró confundida.
—¡Sí sabes! Solo a ti te conté lo de mis estudios, a ti te lo dije y luego hiciste algo, ¿quién más va a depositar todo ese dinero en una cuenta para mí? ¿¡Por qué lo hiciste!?—Empujó levemente a Lauren que la vio sin saber qué decir.
Camila estaba llorando y Lauren no sabía qué hacer, por algunos segundos que parecieron eternos permaneció en silencio viendo a su alrededor.
—No tenías que hacerlo. No te lo conté para que fueras a pedirle ayuda a tu padre para mí.—Las palabras no salían con enojo, salían con dolor y Lauren lo entendió todo.—No quiero todo ese dinero. No puedo aceptarlo, Lauren.—Negó limpiando sus lágrimas en vano porque volvían a salir nuevamente.—Solo necesitaba hablar con alguien, no que me solucionaran todo.
—No pensé que ibas a ponerte así. Y lo hice porque quiero.
—No puedo… No sé cómo voy a devolverte todo eso. Me da vergüenza, qué pasa si alguien se entera que…
Lauren se acercó rápidamente a Camila, ella había pensado que iba a besarla, pero no lo hizo, simplemente la tomó de las mejillas y apoyó un pulgar sobre los labios de Camila para que dejara de hablar.
—No tienes que devolverme nada, ni a mi ni a nadie ¿Entiendes? Lo hice porque te amo y porque te lo mereces, porque quiero verte feliz y sé que querías mucho estudiar una carrera. Nadie tiene que saber nada de esto, sólo lo hablé con mi padre y él no va a contarle nada a nadie. Por favor, Camila sólo tómalo, ya no es asunto de nadie más que no seas tú. Si quieres enojarte, enójate, pero de ninguna manera vas a devolver nada de eso, ni tú ni nadie.
Camila cerró los ojos intentando que las lágrimas dejaran de caer, pero fue en vano. Lauren acarició levemente su labio inferior con el pulgar y luego lo apartó para seguir observando a Camila. Era la primera vez en todo este tiempo que se invadían el espacio personal de esa manera, pero de todos modos ninguna hizo nada más.
—Me aceptaron en Stanford también.—Murmuró con la voz quebrada. Lauren sonrió abrazándola, Camila no la veía porque tenía sus brazos alrededor del cuello de la oji verde y el rostro ahí.—Y sé que no fue gracias a mí.
Lauren la abrazó con fuerza, soltó un suspiro y continuó en silencio por algunos segundos.
—A partir de ahora vas a ver que todo lo que hagas es gracias a ti, gracias a tu esfuerzo.
—Por favor prométeme que esto no es por lástima.—Lauren negó cuando Camila comenzó a llorar otra vez, hizo que la viera a los ojos y le limpió las mejillas suavemente.
—Todo esto es porque quiero verte feliz, bebé. Sé que no soluciona absolutamente todo, pero te lo mereces.
**
—No puedo creer que la próxima semana sea nuestra fiesta de graduación.—Camila sonrió a Bárbara.
—Literalmente me pongo a temblar con solo pensarlo.—Normani soltó un suspiro fuerte.—Espero que no dejemos de hablarnos.—Dinah se rió.
—No, eso no va a pasar porque tú y yo vamos a estudiar juntas, Bárbara va a estar cerca y con Camila podemos mantener el contacto.—Camila observó a sus amigas y soltó una risita.
—Estoy muy feliz por ti.—Bárbara apoyó su cabeza contra el hombro de Camila que no paraba de sonreír.
—Siempre supe que ibas a estudiar en una de las mejores universidades del país porque no se nace una traga libros para nada.—Comentó Dinah.—Me alegra haber pasado tantas horas burlándome de ti por ser una nerd.
—Gracias, sigues siendo una gran amiga. No hubiese podido sin tus burlas.—Dinah sonrió y Normani se rió ante el sarcasmo.
—Lauren todavía no nos dijo nada sobre eso.—Dinah rodó los ojos cuando Normani habló.
—Seguro que Lauren termina siendo vagabunda.—Murmuró.
—No había pensado en eso.—Siguió la de piel morena.
—Déjenla. ¿Saben por qué no vino hoy?—Preguntó Camila. Lauren no iba al colegio desde hace ya dos días y nadie sabía nada de ella, menos Camila aunque haya intentado llamarla y le había enviado mensajes.
—Ahí viene Vero, puedes preguntarle. Ella se la pasa con Lauren.—Le dijo Bárbara y Camila observó a la chica de cabello negro que entraba a la cafetería sola.
Era cierto, Vero no dejaba a Lauren nunca, ni Lauren a ella. No sabía en qué momento se habían vuelto tan amigas, tan cercanas, pero le agradaba que Lauren tuviera a alguien como ella a su lado aunque le diera un poco de celos también porque ella no podía estar con Lauren tanto tiempo…
Camila fue hasta Vero y la llamó mientras le tocaba el hombro y la morena se asustó, tanto que había tirado su teléfono mientras Camila la veía con las cejas levantadas.
—¿Tan fea soy?
—¡No!—La respuesta de Verónica fue rápida y Camila se rió.—Es que yo… estaba aquí y tú… me asusté. Pero no eres fea. Es que me pones nerviosa.—Suspiró agotada de la situación.
—¿Te pongo nerviosa?—Frunció las cejas un poco confundida.
—Es que Lauren me dijo que sueles ser muy seria y…—Cerró los ojos fuertemente mientras soltaba un suspiro al darse cuenta de lo que estaba diciendo.—No tenía que decir eso, no le cuentes a Lauren, me va a matar.
—Eres tonta.—Camila soltó una risita negando.—¿Soy muy qué? Ahora dime que te dijo Lauren de mí.
—No…
—Sí, dime.
—Mierda. Nada. Dijo que a veces eres intimidante, seria y que la pones nerviosa y es cierto. ¿puedes parar?
—Bien.—Camila volvió a reírse un poco nerviosa al enterarse que Lauren le hablaba a Vero de ella.—Quería preguntarte si sabes porqué Lauren no viene al colegio.
—Oh. Eh…—La expresión de Vero le hizo borrar la pequeña sonrisa que tenía y tuvo miedo.
—¿Está bien?
—Sí, supongo.—Frunció las cejas.—Chocó su auto, íbamos a su casa a cenar y otro auto se cruzó por delante y tuvimos un accidente. Estaba internada solo para controlarla porque tuvo un golpe en su cabeza y quedó inconsciente
—¿¡Qué!? ¿Cómo…? ¿Por qué no me dijiste?
—Pero está bien. Me dijo que no diga nada para no preocuparlas.
—Esa idiota…—Murmuró enojada y Vero no dijo nada más.
—Yo le dije que no era buena idea…
—Y tú también lo eres. Por cierto, ¿Estás bien?
—Perfecta como siempre.—Sonrió.
**
Después de avisarle a sus padre qué había pasado y que iría a ver a Lauren, se hizo camino al hospital donde estaba la oji verde. Le había costado convencer a la recepcionista para que le dijera dónde estaba Lauren ya que era una clínica privada y no eran horas de visitas, pero lo logró una vez que Mike la vio al entrar con un niño de la mano.
Así que al verla un poco desesperada por querer saber de Lauren personalmente, la dejó entrar y apenas estuvo en la habitación soltó un suspiro al ver a Lauren tendida en la cama murmurando alguna canción mientras veía algo en su teléfono.
—Camila.—Sonrió al verla de pie en la puerta.
—Hola idiota. Gracias por avisarme.— Lauren se rió y se sentó en la cama sin problema.
—No quería preocuparte.
—¡Pues lo hiciste!—Dijo casi escandalosa y Lauren separó sus piernas y abrió sus brazos para que Camila fuera con ella.
La chica de ojos marrones no dudó ni un segundo en abrazarla fuertemente, incluso soltó otro fuerte suspiro al ver que Lauren estaba bien de verdad. La oji verde no aflojó el abrazo en la cintura de Camila por varios segundos, los cuales fueron muy importantes para ambas.
—¿Qué pasó? ¿Estás bien?—Camila le acarició ambas mejillas mientras observaba la pequeña gasa que tenía Lauren sobre su ceja derecha.
—Sí.—Lauren sonrió sin soltar el abrazo en la cintura de Camila. Hasta que se dio cuenta de lo que estaba haciendo y lo deshizo lentamente.—Estoy bien. Sólo me golpeé la cabeza y decidieron dejarme para controlarme porque me dolía mucho y hasta quedé inconsciente. No recordaba lo que pasó y me sentía muy mareada, exhausta y me dolía bastante.
—¿Cómo no vas a avisarme? Te estuve llamando, te envié mensajes y estaba preocupada por ti.
—Oh. Bueno… La verdad es que perdí mi teléfono.—Se rió.—Igual no importa porque ya necesitaba otro, ese ya no funcionaba y hace unos días lo tiré al piso y creo que se terminó de dañar.—Se encogió de hombros.
—Yo creo que el golpe te dejó algo fallando acá adentro.—Dijo acariciando con cuidado la cabeza de Lauren que se rió haciendo sonreír a Camila.
**
—¿De verdad puedes quedarte con ella? Mira, no tengo problema en llevarla a mi casa para que tú vayas a la tuya.—Camila asintió a las palabras de Michael.
—Sí, claro. No tiene de qué preocuparse. Vamos a estar bien.
—Gracias Camila.—Le dijo apoyando levemente la mano en su hombro.
Camila sonrió algo avergonzada y cuando Michael bajó la mano, ella la tomó entre las suyas por un momento.
—Yo… Quiero darle las gracias por ayudarme. Me molesté con Lauren por pedirle que lo haga, no era necesario, pero no me permite negarme a eso. Así que muchas gracias, toda mi vida voy a estar agradecida con usted y Lauren.
—No tienes de qué preocuparte, Camila. No hay nada que agradecer, hiciste mucho por Lauren, la ayudaste tanto y para mí fue genial poder ayudarte. No me olvido que fuiste tú quien hizo de Lauren a esa Lauren.—Terminó riendo un poco.—Gracias a ti y por no dejarla nunca sola. Puedes contar conmigo para lo que sea.
—Muchas gracias. De verdad.—Su voz salió un poco quebrada, pero se obligó a no llorar. Michael le dio un abrazo que terminó cuando Lauren entró a la sala hablando con Chris.
—Si me arruines ese videojuego porque te corto la cabeza, no hagas lo mismo que hiciste con el otro.
—Lo que digas.—Asintió frenéticamente y corrió a mostrarle a su padre.
Lauren le dio una mirada a Camila preguntando qué pasaba y la sonrisa que recibió de parte de su ex novia la dejó tranquila.
Una vez que se despidieron de Michael y Chris, ambas se dejaron caer en el sillón, Lauren con más cuidado que Camila ya que solía estar un poco mareada por el golpe que había recibido en su cabeza.
—Todavía no puedo creer que no me hayas avisado nada, Lauren.
—Ya estoy bien.—Sonrió viendo a Camila. Ella de veía preocupada de verdad. Incluso luego de un rato conversando, Camila preparó algo para comer, ambas cenaron juntas entre charlas y todas sobre cualquier cosa.
Era lindo y cómodo ver que a pesar de todo podían mantener una buena relación y disfrutar de esos momentos.
**
—¿Me puedes prestar atención?—Suspiró apoyando su cabeza contra el hombro de Lauren que llevaba todo el rato viendo su teléfono.
—Es que estoy viendo si encuentro algo nuevo. Nunca tuve uno de estos.—Dijo sin dejar de ver la pantalla.
—Tampoco solemos pasar tiempo juntas.—Lauren miró a Camila y se rió.
—Vamos a sacarnos una foto.—Camila sacó su teléfono, siempre habían usado el suyo para eso.—No, con el mío. No tengo ninguna todavía. ¿Aún tienes nuestra foto de fondo de pantalla?—Preguntó vsiendo el teléfono de Camila quien se sonrojó.
—¿Te molesta?
—No, puedes pasarme las que tengas de nosotras.—La morena asintió.
Camila comenzó a seleccionar entre sus fotos y luego le envió un álbum entero a lo que Lauren comenzó a recordar esos momentos en los cuales se las habían sacado, le mostraba a Camila sus favoritas y en un momento la morena se rió negando.
—¿De qué te ríes?
—Somos unas ridículas.
—¿Por qué?
—Porque sí. Mira lo que estamos haciendo.—Se mordió el labio intentando ocultar la sonrisa.—Saca la foto ahora.—Dijo para interrumpir el momento en el que Lauren la miraba fijamente.
Fue Camila quien se acercó un poco a la oji verde. Ambas estaban mirando a la cámara, Lauren levantó el teléfono, pero luego giró el rostro haciendo que estuviera casi de frente a la morena que la miró a los ojos y se rió alejándose.
—Saca la foto, Lauren.
—Ahora tengo un video de esto.—Comentó riéndose levemente sin dejar de mirar a Camila quien rodó los ojos y cuando menos lo esperaba, Lauren estaba muy cerca de ella, con la frente casi apoyada contra la suya.
—Lo borras ahora.—Lauren se mordió el labio sin alejarse de Camila.
—¿Por qué? ¿Tienes miedo de que se note que sigues enamorada de mí y te gusto?—Intentó darle un beso en la boca, pero Camila se alejó antes de que eso pasara.
—No seas estúpida.—Se rió un poco nerviosa.—Para.
Lauren se volvió a reír al ver que Camila estaba nerviosa de verdad, incluso estaba sonrojada. Era la primera vez en todo ese tiempo que se animaba a hacer algo así, de intentar besarla o acercarse a ella con esas intenciones.
—¿Me extrañas?—Camila frunció las cejas viendo a Lauren creyendo que había escuchado mal.—Porque yo sí te extraño.
Antes de que Camila dijera algo, Chris llamó a Lauren y luego escuchó los gritos de Sofi invitándolas a jugar al fútbol.
—Quiero equipo con Lauren.—Sofi tiró de la mano de la oji verde y Chris que sentía que se desmayaba cada vez que Camila lo miraba o le hablaba, se sonrojó al darse cuenta de que le tocaría equipo con ella.
—Bien, vamos a ganarles a estas perdedoras.—Murmuró Camila intentando hacer a un lado lo que acababa de pasar con Lauren segundos atrás.
Las risas y los gritos se escuchaban fuertemente mientras corrían detrás de la pelota. Lauren al ser más grande que los demás siempre se salía con la suya, en especial contra Camila ya que más de una vez la tomaba de la cintura y la movía fácilmente a un lado del balón para luego quedárselo ella. Camila sentía, no era tonta, que Lauren la abrazaba a propósito, hacía lo posible para tener cualquier tipo de contacto con ella y su cuerpo, aunque ella no hiciera nada contra eso, se sentía cómoda sabiendo que Lauren parecía continuar respetando lo bien que estaban, a pesar de esos momentos.
Quería decirle que sí la extrañaba, que se moría por besarla, abrazarla y cuidarla como solían hacer, pero eso podría hacer que se arruinara lo bien que estaban y para Camila no había nada mejor que estar con Lauren de esa forma, pasar momentos simplemente hablando, riéndose y aprendiendo de la otra, viéndose y valorándose de una manera que antes no lo hacían.
Así que Camila hizo de cuenta que nada de lo que pasó, había pasado. Simplemente dejó de pensar en eso y Lauren al parecer también.
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Plenitud {Camren}
FanficCuando comienzan a desarrollar sentimientos por la otra les va a tocar pasar por momentos buenos como malos, lo que será normal puesto a que son dos adolescentes creciendo aún, conociéndose y experimentando nuevas cosas y sensaciones que jamás creye...