Capítulo 25

6.9K 382 81
                                    

Lauren estacionó su auto frente a la casa de Camila quien volvía un poco molesta porque Lauren no quería que pasaran la noche juntas.

—No seas infantil. Quiero que terminemos la noche bien.—Le dijo con una sonrisa divertida. Se inclinó hacia adelante para besar a Camila que sin problema alguno le correspondió.

Camila quería pasar la noche con su, ahora, novia, quería abrazarla y besarla tanto como pudiera después del día hermoso que le había regalado, pero no, a Lauren se le ocurría justo ese día querer “hacer las cosas bien”, y una mierda. Lauren no se iba a salir con la suya.

—¿Quieres pasar a tomar algo?—Lauren se rió sobre la boca de Camila y negó.

—Son las dos de la mañana.—Le dio un beso.—Ve a la cama. Descansa y mañana nos vemos.

—No, quiero quedarme más tiempo contigo.—Camila tenía una mano sobre la nuca de Lauren, así que ahora no podía alejarse y debería seguir besándola.

Lauren intentó detenerla y vaya que lo intentó. A veces era ella quien las incitaba para que terminaran en la cama, pero esta vez quería hacer las cosas bien. Una cita romántica no podía terminar así, o eso creía ella porque Camila no. Al final los besos terminaron en más que besos y ahora la morena estaba a horcajadas sobre las piernas de Lauren que había tirado el asiento hacia atrás para que la morena entrara.

—No vayas a hacer sonar la bocina con el culo que vas a despertar a todo el vecindario.—Le dijo Lauren metiendo las manos debajo de la remera de Camila quien se rió alejándose del beso.

—Vamos a mi habitación, Lauren.—Se pasó una mano por el pelo y la miró a los ojos. Estaba con los labios rojos e hinchados, el pelo desordenado y la remera casi por encima de sus pechos.—¿O te quieres ir con cierto problemita a casa y ocuparte tú solita?

Lauren la miraba con la boca entre abierta y negó dos veces subiendo las manos por el cuerpo de Camila.

—Entonces bájate del auto, ve por el lado de mi ventana y trépate.—Lauren frunció el ceño viendo como Camila se pasaba a su asiento otra vez para salir del auto.

—¿Qué dijiste? ¿Qué me trepe?—Quizás había escuchado mal. Camila estaba sacando sus cosas de la parte trasera del auto mientras Lauren seguía sentada.

—Sí, bebé. Bájate, vamos. La escalera está por ahí cerca de mi ventana, puedes usarla.—Lauren pensó que estaba bromeando.

—¿Y por qué no puedo subir contigo por adentro?—Se bajó mirando a Camila que había comenzado a caminar hacia su casa con el unicornio gigante, la rosa y sus regalos.

—¿Qué le vas a decir a mi padre si se levanta? ¿Que vienes a hacer tarea conmigo a las dos de la mañana?—Camila se giró a verla.—Sube y por favor no te caigas.—Lauren suspiró yendo hacia la parte trasera de la casa de Camila.

No podía creer que estaba haciendo esto. Si algún vecino la veía podría decir cualquier cosa y todo por culpa de Camila y sus insaciables ganas de ella. Bueno, pensándolo bien, llevaba una semana sin sentir a Camila de esa forma y la extrañaba. Ella simplemente había querido seguir siendo romántica y terminar la cita de esa forma, pero Camila quería otra cosa y se la iba a dar.

Al llegar a la ventana, vio que Camila estaba entrando y cerró la puerta con seguro. Le sonrió desde su lugar y Lauren rodó los ojos terminando de entrar a la habitación.

Camila comenzó a sacarse sus pulseras, los anillos menos el que Lauren le había dado y por último recogió su pelo en un moño rápido y desprolijo. Lauren seguía parada en el mismo lugar viéndola y como si fuera la primera vez que iban a estar juntas. Camila se rió abrazándola del cuello y sintiéndose triunfante por haber convencido a Lauren tan fácil.

Plenitud {Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora