Este salió mientras escuchaba Kehlani. 👀
Sus brazos de abrazaron al cuerpo de Camila desde atrás y luego dejó un beso en su mejilla, vio esa sonrisa en los labios de la morena y cerró el casillero de una vez.
—¿Nos podemos ir?—Le dio un beso cerca de sus labios mientras pasaba un brazo sobre los hombros de Camila y caminaban juntas hacia la salida del colegio.—Te extrañé.—Le picó la mejilla.
—Y yo a ti. Te mandé mensajes todo el día, gracias por responderme.—Lauren se rió.
—Estaba ocupada. Lo siento.—Sonrió saliendo del colegio y yendo hasta su auto.—¿Quieres merendar conmigo? Luego podemos hacer lo que quieras.
—Me muero de hambre.—Asintió.—Les dije a mis padres que me quedaba contigo porque teníamos que terminar unos trabajos.—Lauren se rió.
—Mentirosa.—Murmuró cuando ambas estuvieron dentro del auto.—¿Qué tal te fue hoy?—Le preguntó mientras salía del estacionamiento del colegio.
—Bien. Aprobé Química.—Lauren rodó los ojos.—Tú no aprobaste porque ni siquiera fuiste a clases, Lauren.
—No se me daba la gana.—Se encogió de hombros.—Me puedes ayudar para el recuperatorio.—Levantó las cejas y Camila sonrió.
—No, ya te dije que no te voy a ayudar otra vez porque te aburres y empiezas a hacer cosas para distraernos.—Soltó una risita.
—Bueno, esas cosas te gustan. Tampoco es que te obligo, solamente te beso y listo, dejas todo.—La morena puso los ojos en blanco.
—Mejor no digas nada más.
Lauren sonrió apretando los labios. Le dio una mirada a Camila cuando paró en un semáforo y se inclinó para dejar un beso en su mejilla. Se veía hermosa aquel día con esos jeans celestes y la remera de mangas largas que dejaba ver un poco de su abdomen. El cabello estaba un poco desordenado hacia un lado. Podía apreciar el perfil de la morena que veía por la ventana, la mandíbula marcada, quería dejar besos y caricias en toda ella.
Se habían visto solamente en el almuerzo y algunas clases en los últimos días puesto a que ambas tenían cosas que hacer y por fin el miércoles podían estar juntas fuera del colegio y solas.
**
Lauren se mordió el labio viendo como Camila tomaba del batido de frutilla y se quedaba viendo por la ventana hacia el parque donde había bastante gente. Era tan bonita y no estaba haciendo nada, ni siquiera intentaba verse adorable o linda.
—¿Está rico?—Subió una pierna sobre el asiento y pasó un brazo sobre los hombros de Camila ya que estaban juntas en aquel asiento en forma de L alrededor de la mesa.
—Deberías traerme más seguido aquí.—Le dijo antes de beber un poco más por el sorbete rosado.—Y sí, está rico.—Sonrió.
—Ya veo.—Murmuró apartando algunos mechones de cabello de la mejilla de Camila. Se acercó para poder besarla allí y se ganó una risita gracias a eso.—¿Por qué eres tan bonita?
—¿Porque me hicieron con amor?—Frunció las cejas pensando y Lauren se rió negando.—¿Y tú por qué eres tan enojona?—Lauren miró hacia otro lugar.
—¿Quizás se quejaban mucho mientras me hacían?—Camila soltó una carcajada que hizo que Lauren se cubriera la boca para ocultar la risa.—Ok. Me pasé, que horrible pensar en eso.
—Hablando en serio… Dime qué pasaba.—Lauren bebió de su propio batido.—Estabas rara, ¿No piensas hablar conmigo?
—Nada, ya pasó. Es que no quería darte problemas. Sabes que no me gusta que lo que me pase influya en nosotras y al final dejé que pase, nos alejé a ambas y te hice sentir mal.—Suspiró.—Perdóname por haber ido a buscarte en ese estado, no estaba del todo consiente, solo sé que te quería a ti y luego recordé otras cosas cuando estuve con Dinah y exploté.—Negó.—Nunca quise hacerte eso.
—¿Qué más pasaba? ¿Qué te tenía así?—Lauren se había abrazado a la cintura de Camila y bajó la vista un rato, la morena esperaba paciente a que hablara, había llevado una mano a la mejilla de Lauren para apartar algunos mechones de cabello.—Es algo que te afecta mucho, te conozco. Hace mucho tiempo no estabas así.
—Mi padre.—Murmuró sorprendiendo a Camila porque se esperaba cualquier cosa menos escuchar aquello.—No me escribió siquiera. Y ya pasaron dos semanas.
La conocía tanto que sabía que se estaba mordiendo el labio para que dejara de temblar, para no romperse a llorar. Camila estaba sorprendida que eso haya sido lo que dejó tan mal a Lauren y luego hizo que estuvieran mal ellas. A Lauren le importaba que su padre le enviara un mansaje al menos. Sabía perfectamente que debajo de esa chica mala, enojada con el mundo y seria existía una hermosa y dulce persona que simplemente había sufrido mucho, le había hecho daño y le costaba perdonar por la misma razón. Tenía miedo de que volvieran a fallarle.
—¿Y qué esperas, Laur?—Preguntó en voz baja. Camila había aprendido a no detenerse de decir lo que sentía y pensaba solo por no hacer sentir mal a Lauren. Ella necesitaba alguien que la hiciera entrar en razón, no alguien que le diera razón aún así cuando no la tuviera. Sabía que era lo mejor y que funcionaba si lo trataban con cariño, Lauren funcionaba así, debías ser suave con ella y para que no se sintiera atacada en esos momentos.—Lo trataste horrible, lo que hiciste no fue agradable.
Lauren bajó la mirada sintiendo las lágrimas en sus ojos. Recordaba todo lo que le había dicho a su padre, mejor dicho, todo lo que le había gritado. Había sido demasiado, luego se sintió mal y no solo eso, no podía dejar de mirar su teléfono esperando algún mensaje, algo que le dijera que su padre la había perdonado otra vez. Como siempre. Pero aquella vez no, aquella vez quizás había sobre pasado los límites.
—No esperes a que él te busque, ahora ve tú, es tu turno. Deja a un lado el orgullo, Lauren, deja a un lado ese rencor y… No sé, inténtalo. Vas a ver que todo va a ir mejor.—Llevó sus manos a la barbilla de Lauren para que levantara la mirada y con ambos pulgares limpió sus mejillas que estaban mojadas por las lágrimas que Lauren no pudo retener.—Te importa. Él te importa a pesar de todo y aunque digas que no, aunque demuestres que no es así. ¿Por qué estás dejando que alguien más salga de tu vida?—Lauren levantó la vista a Camila y frunció un poco las cejas. Aquello le había dolido aunque no haya sido dicho con esa intención.
—No es mi culpa que la gente se aleje de mí, Camila.—Dijo seriamente.—No digas nada si no sabes ni mierda. ¿Por qué...?—Camila la había besado para que se detuviera. No había querido eso, que Lauren se pusiera así.
—Shh. Escúchame.—Lauren la miró a los ojos arrepintiéndose de haberla tratado así.—No quise decir eso, quise decir que no puedes perderlo a él también por rencor. Deberías escucharlo, darle una oportunidad, Lauren. Te dio más que cualquiera persona en el mundo, te dio todo, aún lo hace. ¿Qué no recuerdas que tienes una casa, auto, vas al colegio gracias a él y te sacó de varios problemas una y otra vez? ¿Por qué no lo intentas?
—No sé.—Se limpió las lágrimas.—No creo que quiera verme.
—No sabes eso, no vas a saberlo hasta que vayas a verlo y hables con él.—Camila le dio otro beso pequeño en los labios.—Quiero verte feliz y sé que con él en tu vida las cosas van a ir mejor. Mucho mejor. Te lo prometo. Inténtalo.
—Te amo.—Dijo viéndola a los ojos.
Cada vez que Lauren le decía que la amaba eran miles las sensaciones que la invadían. Siempre recordaba cuando Lauren no quería estar con ella, cuando la alejaba, cuando hacía cosas para que se vaya de su lado, cuando le costaba decir cómo se sentía, lo que sentía. Ahora era tan notorio el cambio en la persona de Lauren. Ella le decía “Te amo” en cualquier momento y sin problema. Le decía lo que sentía y podían hablar tranquilas porque ahora Lauren lo permitía. La había dejado entrar en su vida realmente.
—Deja de llorar. Yo también te amo.—Le tomó el rostro y la besó por algunos segundos, pero Lauren no dejó que se alejara así que permaneció con sus labios sobre los de ella más tiempo.—¿Nos podemos ir?—Lauren asintió con una pequeña sonrisa.
—Espera.—Camila volvió a sentarse y la miró.—Gracias por estar conmigo.
**
El techo blanco era su mejor vista en ese momento o quizás no, la mejor vista era Camila desnuda sobre su cuerpo durmiendo tan hermosa como siempre. Pero llevaba un rato largo viendo el techo mientras acariciaba con la punta de sus dedos la espalda desnuda de su novia.
Habían cocinado y cenado juntas entre risas y conversaciones sobre cualquier cosa. Lauren se sentía tranquila, se sentía en paz porque Camila había logrado aquello. La había dejado pensando en muchas cosas, en especial sobre el que estaría mejor si hablaba con su padre. ¿Sería capaz de dejar a un lado todo el rencor que le tenía por haberla dejado? ¿Sería capaz de hacer a un lado su orgullo e ir a pedirle perdón?
Bajó la mirada cuando Camila se quejó removiéndose un poco y Lauren sonrió subiendo las mantas sobre el cuerpo de la más pequeña. Ella tenía una remera al menos, pero Camila no y aunque le dijera varias veces que se pusiera una porque la noche estaba fresca, la caprichosa de su novia se negó y sin más se abrazó a Lauren para dormir. Seguro tenía frío y por eso buscaba estar más cerca de la oji verde.
Así que se levantó para ir por una remera y un acolchado más grueso. Camila aún estaba adormilada cuando Lauren la despertó y le dijo que levantara los brazos para ponerle una remera, luego se dejó caer sobre la almohada otra vez y una vez que Lauren acomodó el acolchado sobre la cama, volvió bajo las mantas y en un segundo tenía a Camila abrazada a ella otra vez.
¿Hacía cuánto que no pasaba una noche entera con ella? ¿Hacía cuánto que no disfrutaba de tener a su novia dormida entre sus brazos por mucho tiempo? No lo recordaba porque siempre Camila debía volver a casa, pero aquel día había tenido permiso de quedarse, por supuesto no se salvó de una charla con Sinu y Lauren también por teléfono, claro. Seguro se hubiese desmayado si tenía que escucharla frente a ella.
—Abrázame.—Se quejó Camila y Lauren se mordió el labio tirando el cabello de la morena hacia atrás y luego la abrazó con ambos brazos.
No sabía qué haría si alguna vez no la tenía en su vida. Quizás los meses que habían pasado juntas no eran los suficientes como para pensar así, pero Lauren estaba segura de que aquello no era exagerado viniendo de ella que jamás había dejado que nadie invadiera tanto su espacio como lo hizo Camila. Nadie, jamás, había obtenido tanto de ella como lo había tenido Camila desde el primer momento.
Su novia era la persona más buena, honesta, hermosa y dulce del mundo. Definitivamente no podía perderla. No lo soportaría. Perder a la persona que cambió su vida, que la cambió a ella y la hizo mejor persona, sería como perder gran parte de ella misma. Debía cuidar a Camila como si fuera lo más preciado del mundo.
**
Era viernes y Lauren había faltado a la última clase del día para irse con Vero a jugar videojuegos en su casa tal cual habían acordado ya que la otra chica tampoco había asistido a su clase.
Al principio Lauren dudó si hacer o no aquello puesto a que Camila compartía la misma clase con ella aquel día y se daría cuenta de que no fue. Pero podría inventarle algo, ya vería que diría. Mientras tanto se ocupaba de poder ganarle a Vero en aquel partido de fútbol que la traía bastante mal porque iba perdiendo.
—Si pierdes… pides la pizza.—Le dijo Vero que estaba recostada en el sillón con las piernas sobre la mesita frente a ellas.
—Y si gano también porque tú nunca haces nada. Ni siquiera cuando voy a tu casa.—Vero se rió por lo bajo haciendo que Lauren la golpeara con el codo sin dejar de ver la pantalla.
Alguien tocó el timbre de la casa de Lauren y lo primero que pensó fue en Camila y no se equivocaba porque la morena estaba parada fuera de la casa aún con la misma ropa que había llevado al colegio.
—Hola.—Le dijo soltando un suspiro.
—Hola mi amor.—Se rió un poco nerviosa mientras cerraba la puerta una vez que Camila entró.—¿Todo bien?
—Sí… ¿Estás con alguien?—Dejó la mochila cerca de la entrada.
—Con Vero.—Camila se dio la vuelta para seguirla.—¿En qué viniste?
—Caminé.—Frunció las cejas.—Hola Vero.—Saludó una vez que estuvo en la sala.
—Hola Camila.
—¿Quieres algo para tomar?—Camila asintió.—Ven. Espérame tú.—Le dijo a su amiga que asintió sacando su teléfono.
Camila la siguió hasta la cocina y Lauren le dio una soda y sacó otra para ella.
—¿Estás bien?—Camila bebió un poco y asintió sin decir nada por unos segundos.—Pensé que mañana íbamos a salir.
—Si no quieres que esté aquí puedo irme, solo dime.—Lauren rodó los ojos acercándose a ella para abrazarla de la cintura.—¿Por qué estás aquí antes del horario de salida?—Lauren se rió nerviosa.
—Es que… nada… Vero… Ella quería verme y… entonces ella…
—¿Por qué tartamudeas?—Bebió un poco más de soda.—Sabes que la próxima semana hay un examen importante sobre Biología, ¿verdad?
—Sí.—Lauren suspiró.—El lunes empiezo a estudiar, te lo prometo. Ya tengo todo listo.—Camila dejó la soda sobre la mesa y se abrazó al cuello de Lauren.—Dime qué pasa. Sé que no viniste porque sí.
—Es que mañana no voy a poder salir contigo. Tengo que hacer algo con Dinah y… nada, si quieres en la noche puedes ir a cenar a mi casa.—Lauren frunció las cejas.
—¿Qué harás con Dinah?
—Cosas de amigas.—Se encogió de hombros.—¿Entonces sí vas a cenar más tarde?—Le dio un pequeño beso.
—Me da vergüenza, Camila. Además tu padre me mira muy serio ahora que le dijiste que salimos.—Contó con la mirada hacia abajo.
—No seas boba.—Camila se rió.—Es así porque eres mi novia, porque quiere asustarte y que sepas que si me haces algo te va a cortar la cabeza.—Lauren la miró casi con horror recordando cuando Alejandro le dijo que si le hacía daño a su hija le iba a cortar la cabeza.—Además va a ser una cena más formal. Ésta vez les voy a decir que somos novias de verdad. Creo que va a estar mi abuela también.—Sonrió.
—Ay no…—Lauren escondió el rostro en el cuello de la morena que se rió.—Camila, ella va a hablarme de lo mismo otra vez estoy segura.
—Bueno. ¿Y qué culpa tengo yo de que me cuiden tanto?
—Es incómodo que tu abuela me de una charla sobre sexo lésbico cuando ella tuvo esposo. ¿Sabes?—Camila ahogó una carcajada.—Además… como si no supiera qué hacer y cómo, tú deberías contarle.—Se ganó un golpe en la cabeza.
—Basta. Mañana a las siete tienes que estar en casa.—Lauren asintió.—¿Puedo quedarme un ratito?
—Sí, amor. Yo te llevo a tu casa, no te preocupes. Íbamos a pedir pizza, ¿Te quedas?—Camila asintió antes de besarla en los labios.
Más tarde Camila estaba sentada comiendo pizza mientras se enviaba mensajes con Dinah y se reía de Lauren y Vero que seguían peleando por los videojuegos.
La verdad es que no quería ir a casa esa noche y luego de muchos besos a Lauren para molestarla y una llamada a su madre para conseguir permiso, estuvo más tranquila porque al día siguiente iba a despertar junto a su novia. No había nada más hermoso que eso para Camila, despertar gracias a los besos de Lauren o despertarla de esa forma a ella y escucharla enojarse porque no la gustaba despertar así.
Más tarde fue a la habitación de Lauren cuando ella fue a dejar a Vero a su casa. Pero no había soportado estar despierta mucho tiempo en la cómoda cama de su novia, así que cuando Lauren llegó se encontró con la persona más hermosa de su vida durmiendo boca abajo y aún vestida.
Se tomó el tiempo de desvestir a Camila para que durmiera más cómoda, lo hizo entre risas sofocadas porque no podía hacerlo y porque Camila se quejaba. Hasta que pudo dejarla cómoda y dormida bajo las mantas. Después fue a prepararse ella para dormir y finalmente se abrazó a su novia desde atrás con una sonrisa en el rostro porque todo estaba bien y lo mejor de todo: Camila seguía a su lado.
Quién sabe, quizás las cosas seguirían igual o cambiarían para mejor o mal. De todos modos Lauren disfrutaba de cada momento bueno. Había aprendido a hacerlo gracias a Camila y porque ella era parte de todos esos buenos momentos.
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Les juro que me puse a hacer unas cosas y olvidé subir este capítulo. Me estoy riendo. Perdón.Gracias por estar de ese lado💕
Entiendan que la Universidad ocupa mucho tiempo, pero actualizo en cuanto pueda.
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Plenitud {Camren}
FanfictionCuando comienzan a desarrollar sentimientos por la otra les va a tocar pasar por momentos buenos como malos, lo que será normal puesto a que son dos adolescentes creciendo aún, conociéndose y experimentando nuevas cosas y sensaciones que jamás creye...