Capítulo 6.

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Viernes, 15.00 PM.

El gran día había llegado. Caminaba por los pasillos del instituto, buscando la salida trasera de éste ya que era la que quedaba más cerca. Jenn y May se acercaron a mí, junto con Harry. Él último se quedó caminando a mi lado, mientras las dos mejores amigas se adelantaban riendo vaya a saber Dios de qué o quién. Ignoré su presencia fijando mi vista en mi iPhone, más precisamente en mi agenda, hasta que tuvo que romper el preciado silencio que había entre nosotros.

 - Lo sabía. –dijo él, hablándome por primera vez en el día y luego de lo sucedido la tarde pasada.

- ¿Qué? –preguntó con un rastro de sonrisa, producto de lo que había leído en mi móvil.

- Lo que sucedió ayer. Simplemente lo sabía. –espetó de forma tranquila, naturalizando la situación e inclusive el beso. Sobretodo el beso.

- Felicitaciones por aquello, hermano. ¿Deseas un aplauso o ya puedo marcharme y alcanzar a mis amigas? –pregunté sarcástica y retóricamente, adelantándome.

- Apostaría todo lo que tengo a que no les has contado nada.

 Y él tenía razón. Nuevamente.

 Aún me sorprendía el respeto que tenían Jenn y May conmigo. Me daban mi espacio y eran comprensivas. No habían hecho preguntas innecesarias ni incomodas. Yo en su lugar, probablemente hubiera interrogado a la nueva sobre su pasado al mes. Agradecía que ellas no lo hicieran, aunque supe que su cuestionario no tardaría en llegar.

Giré sobre mi misma, frustrada. Miré a Harry de forma suplicante por primera vez desde que lo conozco. ¿Qué demonios quería de mí ese idiota? ¿No podía tan sólo alejarse y ya?.

 - Lo sabía. –repitió.- Tal y como lo de ayer. ¿Sabes? Eres fácil de leer. Por el simple contoneo de caderas que haces al caminar pude sospechar que no eras virgen. Además de como te comportas o la forma de mirar que a veces no puedes disimular. –dijo, mirándome, disfrutando de mi cambio de expresiones faciales de súplica a sorpresa.- Y bueno, te encargaste de que lo verifique ayer. –soltó con una sonrisa en sus labios, logrando que recuerde la suavidad de los suyos sobre los míos.

- Eres un maldito arrogante. –musité, sin poder controlarlo.- ¿Qué hay de malo con que no sea virgen? ¿Es un delito? ¿Acaso no puedes ya dejarme en paz? ¡Demonios! –casi grité esto último, resignada, mientras intentaba retroceder. Su mano se posó en mi brazo y una corriente me recorrió por completo.

- Sh, linda. –dijo, acercándose peligrosamente a mí, hablando en susurros tentadores.- Podrían escucharte. Dudo que quieras que esta conversación sea pública.

- Vete al infierno. –maldije en su oído, caminando rápidamente en dirección a Jenn y May.

 Estaba enojada. Incluso quería llorar de impotencia. ¿Era un idiota o qué? Sólo quería enojarme. Solo quería fastidiarme. Es para lo único que servía. Detestaba que sacara esas conclusiones tan acertadas y que tuviera tanta importancia todo lo que yo hacía para él. Y sabía que no pararía. Quizás tan sólo tendría que acostarme con él y…

 No. Definitivamente aquello no podía considerarse siquiera una opción. Debía seguir negando mi pasado en su presencia y se cansaría.

Si. Eso sucedería.

 Cerré mis puños con fuerza y alcancé a mis nuevas amigas. Ellas me miraron con una mirada interrogante, y yo suavicé mis rasgos, regalándoles una sonrisa, para que lo olviden por completo.

All Over Again [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora