Capítulo 54.

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Doble hacia la derecha en una esquina, por inercia. Parecía manejar con tanta naturalidad que si me preguntasen cuál era el camino, no sabría como responder. Mi mente estaba mecanizada con el recorrido y sabía que estaba cerca; así que bajé el volumen del estéreo, y llamé a mi mejor amiga.

- ¿Estás llegando? Te extraño. -dijo, incluso sin saludarme.

Sonreí, mientras mi vista continuaba al frente.

- Estoy a menos de cinco minutos. Yo también, Nath. -reí levemente.

- ¿Estás escuchando? -preguntó, y pude sentir su tono cálido y alegre a través del teléfono.

Asentí como si pudiera verme, con una pequeña sonrisa saliendo de mi rostro.

- Si, por supuesto que lo estoy. -Nath soltó uno de sus gritos agudos y estúpidos, que sólo dejaba salir en situaciones como esa, de nerviosismo, ansiedad y felicidad a la vez.

- Convencí a Clarissa que escuchemos Britney aquí también. Aprieta el acelerador. Tenemos mucho de lo que hablar.

Cortó la conversación y solté mi móvil sobre el asiento vacío a mi lado. Volví a subir el volumen y sonreí una vez más. Recordé el momento en que Britney Spears se había convertido en nuestro ritual antes de cada presentación, porque fue precisamente una de sus canciones la que bailamos por primera vez juntas, y fue el comienzo de nuestra amistad.

Y podía perder todo lo que tenía, pero sentía que perder a Nathalie me dolería incluso más que todo. Ella era la que solía darle razón a todo, y la que había logrado que mi autoestima no se dirigiera por caminos equivocados y hasta peligrosos. Ella me había salvado de mi misma, o al menos había logrado distraerme de esa destrucción. No podía estarle más agradecida, ni podía sentirla más cercana a mi.

Aparqué finalmente en un estacionamiento semi-vacío aún. Tomé mi bolso, y me adentré en el lugar utilizando la puerta trasera. Las personas circulaban por todo el lugar, entre preparaciones escenográficas, arreglos de sonido y cada modificación para que el espectáculo, precisamente, sea un… espectáculo. Un show que las personas pudieran disfrutar, repleto de sentimientos y expresión al máximo. Porque eso era, después de todo, arte. Pura y en su mejor forma, si se hacía correctamente.

Eso era lo que me gustaba, a decir verdad. Saber que podía dar absolutamente todo de mí y abandonar cada recuerdo doloroso o cada momento de plenitud con unos simples movimientos. Conmover a quien me viera. Liberarme de alguna forma.

Subí las escaleras aún sonriendo y no podía sentirme más convencida de lo que estaba haciendo. Doblé a la izquierda, y encontré el salón de nuestro ensayo previo al final sobre el escenario. No necesité buscar a Nathalie con la mirada porque ella ya se había avalanzado sobre mí antes de que pusiera un pie en el lugar. La abracé devuelta, sonriendo y apretándola con fuerza contra mí. Literalmente, no sabría como vivir sin ella. Y no entendía como en mi mente se había cruzado alguna vez abandonarla, por más que fuera por su bien. Era egoísta pensarlo de esa forma, pero no podía alejarla de mí bajo ningún precio.

- Estoy demasiado emocionada que estés aquí. Por un momento, pensé que no vendrías…

- Estoy aquí y… ¿sabes? Me fascina estarlo. Tengo que admitir que realmente había extrañado este lugar.

- No. -negó, sonriéndome.- Este lugar te extraño a tí. Tienes a todo el mundo hablando al respecto y Alexa no deja de presumir que ella estará al frente. En verdad piensa que eso durará. -dijo, casi con pena. Quise abrazarla, porque adoraba su lado sarcástico.- En cuanto Clarissa te vea…

- Si, en cuanto la vea, probablemente la deje sin piernas por no volver en cuatro meses y aún así tener un lugar reservado precisamente donde quiere.

All Over Again [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora