Capítulo 59.

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Noche. Y cuando me refiero a la noche, digo bien de noche. Eran casi las doce y Harry todavía no había llegado. Lily tampoco, por lo que confirmé mis sospechas en cuanto a su estadía en mi casa esa noche.

Estaba nerviosa y ni siquiera sabía por qué. Había tomado los medicamentos que Drew me había promovido y había dormido lo suficiente como para abandonar el estrés previo a la competencia. Además, no se sentía como ese nerviosismo. Era incluso peor, y dudaba seriamente de que no se tratara de la impaciencia que tenía por encontrarme con él.

En el momento en el que me senté sobre el sofá, escuché el timbre. Automáticamente abandoné mi lugar previo, caminando ligeramente hacia la puerta de entrada. Y en cuanto la abrí, él estaba allí, con bolsas colgando de sus manos. Sin dirigirme ni una sola palabra se adentró en mi hogar, presionando sus labios con los míos antes de seguir su camino a la cocina.

Me preguntaba si él había pensado cuán dulce ese gesto era.

Lo había hecho con tanta naturalidad que me tuvo sonriendo mientras nos encerraba una vez más. Cuando volví hacia la sala, Harry ya se encontraba recostado en el sillón y probablemente sin intención de moverse de allí. Lucía algo cansado pero sin embargo, una pequeña sonrisa adornaba mi rostro, mientras lo observaba desperezarse casi con adoración. Cuando me miró, esquivé su mirada caminando hasta la cocina y observando lo que había dentro de las bolsas.

Quité cuatro pequeñas cajas cerradas con sus respectivos palillos y comprobé que era comida china lo que había comprado. Jamás había probado nada además del sushi, por lo que sonreí al saber que sería al menos una nueva experiencia más compartida junto a él. Llevé lo necesario al living, pero comprobé que los vasos precisamente no eran lo adecuado para lo que él había planeado.

- Perdón por llegar tan tarde. -pidió, con su voz ronca y su lentitud característica al hablar.- Creo que necesitaremos copas. -aclaró, mientras descorchaba con sus propias manos lo que parecía un champagne, enfrente a la mesa delante del sillón.

Le sonreí al ver sus cejas fruncidas en concentración y él me observó de reojo, dedicandome una pequeña sonrisa. Volví a la cocina para buscar las copas y volví segundos después, Harry ya cómodamente desparramado en el sillón. Había acomodado las pequeñas cajas y las había abierto, cuando me senté a su lado.

- Creo que no es precisamente una bebida alcohólica que coordine con esta comida. -comenté, jugando con mi mano en su rodilla, mientras él nos servía en cada pequeño y alargado cristal.

- Hey. -se quejó, mirándome.

Sus hoyuelos se marcaron y apreté su rodilla de forma inconsciente.

- Lo lamento, no sabía que estaba hablando con un sumiller.

- En realidad no se nada al respecto, pero definitivamente no creo que combine.

- No todo lo combinable es bueno. -afirmó, y esquivé su mirada.- Míranos si no lo crees.

Me detuve por unos segundos a pensar lo que había dicho, cuando su mano acariciando la mía me interrumpió. Acercó su rostro al mío y cerré los ojos por su cercanía, esperando sus labios contra los míos. Sin embargo, se deslizaron hasta mi mejilla e hicieron presión allí. Se separó rápidamente, volviendo su vista a la comida frente nuestro, tomando una de las pequeñas cajas.

- Nunca he comido esto. -admití, mientras lo imitaba, la inseguridad invadiendo mi accionar.

No sabía cómo sostener los palillos, ni como debía juntar comida con eso. Me resultaba imposible hacerlo, a decir verdad.

- ¿De verdad? -preguntó, pero en cuanto me miró, una pequeña risa salió de sus labios.- Si, puedo ver. -agregó, aún con una sonrisa y devolví el gesto, mientras extendía mis brazos un poco, la caja aún entre mis manos.

All Over Again [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora