- ¿Estás bien? -preguntó Drew, sosteniéndome con fuerza contra su pecho, mientras me obligaba a sentarme.
Era la segunda vez en el día que mi presión descendía a niveles peligrosos. Mi visión se nublaba hasta quedar negra y perdía la estabilidad. No había llegado a desmayarme, pero mi palidez podía denotar cuán débil mi organismo se mostraba. No estaba alimentándome bien y lo sabía; no tenía ánimos para comer. No quería hacerlo y centraba toda mi energía en practicar para distraerme de Harry.
Harry, quien ni siquiera me había llamado desde que se había ido el martes a la mañana de mi casa. Harry, quien parecía estar demasiado ocupado con sabe Dios qué mierda como para preocuparse por mí. Harry, quien me recordaba todo el frío que había en mi interior y todos los errores que había cometido desde el día en que lo había conocido y dejado entrar en mi vida.
Drew estaba siendo gentil conmigo, como era de costumbre. Buscó un caramelo en su bolsillo y el azúcar pareció devolverme algunos de mis sentidos vitales. Empecé a escuchar una voz ronca que me pedía que respire, mientras el calor que sentía a mi lado por Drew no estaba. Mientras respiraba con profundidad, recuperé aún más mi audición, escuchando claramente la voz de Harry calmándome, y lo que suponía que eran sus manos sosteniendo mis brazos con fuerza, recostándome sobre la banca del lugar de receso del instituto.
Oí llegar a alguien más, que suponía que era Drew, mojando mi nuca y mis muñecas con su mano fría y empapada. Abrí mis ojos sintiendo como la neblina se evaporaba, recobrando mi visión para encontrar dos rostros preocupados frente a mí. Los dos rostros que probablemente me generaron más confusión en esas últimas semanas.
- ¿Cómo te sientes? -preguntaron a la vez y quise sonreír, pero no pude.
Drew había insistido en que tomara los medicamentos o que fuera a la enfermería, pero me negué. No pensé que volvería a suceder, ni esperaba esas reacciones en mi cuerpo. Había vomitado más de la cuenta la noche anterior y la misma sensación posterior me llevó a no cenar, ni desayunar ese día. Pero al parecer, tampoco era la solución.
Al igual que la solución a todos mis problemas, que no era alejarme de mis amigas para no enfrentar la realidad y comentarles la verdad sobre Harry, pasando tiempo con Drew y cultivando nuestra relación. Como tampoco lo era pedirle a Harry que se aleje, ni alejarme de él por mis propios medios.
- Drew… por favor ve por la enfermera. -habló Harry, quien estaba sosteniendo una de mis manos.
La apreté con fuerza cuando pude, y Drew hizo lo mismo con la otra. Lo miré y estaba con sus cejas fruncidas, probablemente enojado de tener que dejarme junto a él, solos, yendo por ayuda. Harry lo asesinó con sus ojos verdes, casi obligándolo a que se apure y él decidió hacerlo, sólo por mi bien, sin discutir al respecto. Le agradecí internamente, mientras Harry colocaba su mano entre la banca de cemento antigua y mi espalda, escubulliéndose lentamente. Me ordenó que respirara una vez más y me avisó que iba a levantarme, con cuidado. Sentí mi cuerpo elevarse y mi mente se nubló para volver a su visión casi normal una vez que me tenía cerca.
- ¿Has comido algo hoy? -negué con mi cabeza, mirándolo a los ojos profundamente.
Era tan hermoso cuando me regañaba.
- ¿Ayer, después del almuerzo? -volví a negar, y él hizo lo mismo.- No puedes hacer eso, cariño. -murmuró, como en nuestras mejores épocas en las que ese apodo era común en él.
Acercó la botella de agua a mis labios, y obligó a que tome de ella pese a que me negué con mis mayores esfuerzos. Limpió mis labios con su puño y decidí mirar hacia mi costado una vez que tuve las fuerzas necesarias y mi cuerpo comenzó a cobrar vida una vez más. Pero creía que mis defensas estaban cayendo una vez más cuando observé a todas las personas que estaban observando la escena.
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All Over Again [Harry Styles]
Fanfiction❝The best way of keeping a secret is to pretend there isn't one.❞ —Margaret Atwood