All Over Again [Harry Styles]

Capítulo 7.

No. No podía ser él. Harry Styles estaba en Cheshire.

 No podía estar allí.

 ¡Simplemente no podía estarlo!

 Escandalizada, me dí la vuelta cerrando mis ojos disimulando mi desesperación y rezando internamente porque mi imaginación me haya jugado una mala pasada. Pero cuando abrí mis ojos una vez más, casi con pánico por la imagen que podía encontrar, confirmé mis pensamientos iniciales. Era Harry. Harry Styles.

 ¿Qué demonios hacía allí?

 ¿Y qué diablos había hecho para merecer eso?

 Definitivamente, el destino conspiraba en mi contra.

 Volví a cerrar los ojos y, al abrirlos, lo encontré con una sonrisa burlona, como las que solía dedicarme a diario en el instituto y cada vez que nos encontrábamos solos. Quise desaparecer, estar en mi cuarto y llorar.

 Llorar desconsolada y patéticamente.

 Me miró de arriba abajo, con un semblante serio. Él estaba vestido con unas zapatillas Converse blancas, unos jeans de Levi’s sueltos, una camiseta blanca lisa y un saco arriba. Estaba realmente atractivo a pesar de su simpleza y me odié por la efectiva reacción que tenía en mi cuerpo.

 - Wow. Con que esta es la verdadera Katelyn. –dijo, luego de unos segundos dedicados a su observación.

- ¿Qué haces aquí? –pregunté, con malhumor, casi resignada con su presencia.

- Hey, nena, esa no es forma de recibirme. Parecías muy alegre en aquella mesa hace unos momentos.

 Diablos. Él había visto mi baile con Nathalie.

 Mierda. Mierda. Mierda.

 - No estás respondiendo mi pregunta. –espeté molesta.

- Ni tú has respondido ninguna de las mías durante los meses que nos conocemos. –apuntó, acercándose.- Ahora puedo ver claramente cuán virgen eres.

 ¿Acaso aquello era una forma sutil de llamarme puta?

 Já. Inténtalo Styles.

 Podría demostrarte luego de unas cuantos tonos sarcásticos cuán fácil puedo ser de llevar a la cama.

 Además de evidenciar tu clara y exasperante idiotes.

 Sólo. Inténtalo.

 Mi mandíbula casi toco el suelo por la sorpresa y mi furia interna creció. Levanté mi mano para estamparla contra su mejilla, pero él agarró rápidamente mi muñeca antes de que mi mano impacte contra su rostro, acariciando con sus dedos la piel expuesta.

 - Kaaate.–advirtió.- Creo que eso no es necesario. –lo miré extrañada.- No tengo ningún problema con tu no-virginidad. Lo supuse desde un principio. La pregunta es, ¿cuál es el objetivo de esconderla?

- No tiene por qué interesarte. Son mis problemas. –expliqué simulando tranquilidad, queriendo retirarme.

- Pero podrían ser los míos, o sumarse más a los tuyos si le cuento a Jenn y May, ¿no crees? –amenazó, y volví a enfrentarme a su mirada. Estaba jugando sucio y yo también iba a hacerlo si eso era lo que estaba buscando de mí.