Capítulo 29.

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Harry soltó lentamente mis hombros, dejándome que me acerque a él algunos centímetros más. Pero antes de que yo pudiera accionar, me aprisionó contra su pecho, besándome con fervor. Jamás lo había visto tan deseoso de algo, tan desesperado, tan ansioso. Volví a compadecerme de él, respondiendo a sus labios. Mis manos continuaron su labor en sus caderas, pese a la incomodidad que me generaba su potente abrazo. Me removí un poco, buscando algo de libertad para finalmente tirar de sus pantalones y que cayeran al suelo. Volvió a mirarme a los ojos y me sonrojé.

Demonios. Todo aquello me apenaba de una forma anormal, pese a que lo había hecho más de una vez con otras personas. Pero con él, todo parecía avergonzarme y lo fomentaba al no despegar su mirada de la mía. Relamí mis labios mientras me concentraba en sus bóxers, y la necesidad de Harry que podía notarse a través de ellos. Quise sonreír, pero reprimí mi instinto.

Volví a besarlo para que dejara su intimidación, bajando finalmente la prenda que me impedía cumplir con mi objetivo. Él suspiró, en liberación. Quiso terminar con el contacto pero me pegué más a su boca, manteniéndolo concentrado en el beso mientras mi mano acariciaba la parte más ávida de mi en todo su cuerpo. Gimió dentro de mi boca, el sonido siendo absorbido, vibrando en todo mi interior. Decidí olvidarme de mi cuerpo por algunos segundos y ocuparme del suyo. Mientras escuchaba el agua de la ducha caer fuertemente contra el suelo y las voces de la previa comedia que se reproducía en la televisión fuera del cuarto de baño, abrí mis ojos para encontrarme con su mirada por primera vez en el acto.

- Esto va a ser rápido. -susurré, bajando mis labios por su mandíbula.

Harry gimió cuando mi mano subió y bajó por su parte íntima y carenciada. Repetí los movimientos algunas veces más, de forma lenta, mientras mis labios recorrían la totalidad de su cuello, mojándolo a cada paso. Sentí como su pulso se disparó por mis toques, succionando ese lugar en su garganta que marcaba los rápidos latidos de su corazón. Gruñó, su voz saliendo profunda de su garganta. Succionaba cada rincón que encontraba seco de su cuello, su mandíbula y parte de su clavícula, parándome de puntitas para alcanzarlo mejor.

Harry puso su mano sobre la mía, aumentando los movimientos notablemente, mientras las facciones de su rostro se contraían y se relajaban notablemente. Mi respiración también se agitó, inmersa en la situación erótica que estaba creando. Lo besé con fuerza, anhelante, y quité su mano de la mía. Volvió a gemir cuando por mis propios medios subí y bajé mi mano con rapidez, mi puño cerrándose en la punta de su entrepierna, mientras miraba mis propias acciones reproducirse frente a mis ojos. Los ojos de Harry estaban ahora cerrados fuertemente, y relamía sus labios de forma casi constante, mientras pequeños gemidos salían sin parar de sus finos labios.

- Cariño... -susurró y lo silencié con mis labios. Rompí el contacto segundos después, dándole a entender que quería su silencio. Pese al ruido que había creado para la distracción de mi madre, ella estaba dando vueltas por la casa. Y podía invadir el lugar en cualquier momento.- Es... -suspiró, y su pecho subió y bajó precipitadamente. Volvió a relamer sus labios.- excelente.

Me miró nuevamente, su verde musgo oscurecido y brillante a la vez. No iba a contenerse por mucho tiempo más si continuaba a ese ritmo y me alegre por eso, pese a que disfrutaba de la situación incubierta en la que estábamos.

Lo besé otra vez, y se dejó ser. Harry parecía completamente entregado a mí y eso no hacía más que estimularme. De forma sexual y a nivel autoestima. Mordisqueé toda la piel de su cuello que estaba a mi alcance, dejando algunas pequeñas marcas que no durarían más que algunas horas.

Los sonidos que salían de su boca cada vez crecían de nivel y eran más altos. Intentaba silenciarlo, pero no quería. Me fascinaba verlo en ese estado, poder apreciar cada una de sus facciones, y lo caluroso que se ponía el lugar por nuestras respiraciones densas. No me había permitido disfrutar de ese tipo de situaciones hasta ese momento, ya que normalmente la aprehensión me invadía y no podía hacer más que esquivar su mirada y dejarme llevar por su cuerpo. Ahora, era yo quien tenía el control, la que dependía de su placer y eso de alguna forma me hacía regocijarme también a mi. Además de que no estaba acostumbrada a apreciar y descubrir su cuerpo, ya que jamás habíamos tenido nada más que sexo, explícitamente.

All Over Again [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora