All Over Again [Harry Styles]

Capítulo 40.

Pero, ahí estaba. Siguiéndome. “Siempre te voy a perseguir”. Y diablos, realmente quiso decir siempre. Incluso cuando yo no quisiera, o tan solo quisiera tener una salida dramática luego de una discusión. Me dirigía a los vestuarios, o al menos eso creía. No estaba concentrada en a donde iba, sino en escapar de él.

- Kate, espera… -musitó, sus grandes pasos acercándome pese a la velocidad de los míos.

- ¿Por qué siempre tienes que arruinarlo todo? -pregunté, gesticulando con mis manos, sin siquiera voltearme a ver sus expresiones.- ¡No puedes dejarme en paz, y ya!

- Pero qué…

- No, nada. -interrumpí, hablando encima de lo que quería decirme. Estoy yendo a los vestuarios. Tengo Biología después. Déjame.

- Kate…

- ¡Ya, déjame! -grité, gruñiendo.

Exasperante. Completamente exasperante.

- Estas yendo en el camino equivocado.

Y tuve que voltearme. ¿Parecía mi cara amigable? No. No lo era. Estaba furiosa ahora nuevamente.¿Es que acaso siempre tenía que ganarme? ¿Siempre tenía que tener la razón? ¿En todo, maldita sea? Me molestaba. Todo de él me molestaba en ese momento.

- Esos son los vestuarios. -señalé una instalación a algunos metros de donde nos encontrábamos, casi sonando calmada ante la situación.

- Nadie usa esos, tienes tu cosas en los casilleros de los otros. -apuntó hacia el otro lado del campus y gruñí con fuerza.

- Okay. -acepté, caminando en esa dirección.- No me sigas, por favor.

- Sabes que lo haré.

- Sabes que no quiero que lo hagas, Harry. Vete.

- No lo haré.

- Ugh. ¡Me pones nerviosa!

- Me alegra lograr algo en tí entonces, cariño -comentó irónico, mientras caminábamos hacia los otros vestuarios, siendo yo la que estaba en ventaja.

- Aún estoy demasiado enojada contigo como para hablarte.

- ¿Piensas que yo no lo estoy?

- No me interesa que tú lo estés. -espeté, volteándome. No lo soportaba.-  Me interesa estarlo. No deberías interesarme, realmente. Nada en lo referido a tí. Y si no fueses tan malditamente insistente, y pudieras entender que no existe nada entre nosotros, todo sería más fácil en mi vida aquí.

Harry estaba observándome, sus cejas fruncidas y esa mirada… sus ojos verdes oscurecidos por el misterio. No descifraba si estaba enojado, si me deseaba o si quería asesinarme. Cualquiera de las tres era completamente posible. Pero otra vez, antes que tuviera oportunidad de interpretarlo, sus labios estaban sobre mí. Pero ahora estaban por todos lados.

Estaban sobre mi cuello, sobre mi clavícula, igual que sus manos sobre mis muslos, sobre mi espalda, mi cintura y también más abajo. Mis piernas estaban en sus caderas y aún no sabía en que momento eso había sucedido. Supe que estábamos dentro de los vestuarios cuando mi espalda chocó contra los casilleros, generando un estruendo considerable.

Eso generaba Harry en mí: que cuando nos besáramos, perdiera toda noción del tiempo y espacio. Solo me concentraba en él, en lograr que coordinemos de forma placentera, en lo increíble que era sentirlo tan cerca o simplemente en algo que no tenía conocimiento. Mi mente estaba en blanco, sin preocupaciones, sin nada más que él y lo que quisiera hacer conmigo. Y pese a que me sorprendiera esa confianza que estaba depositada en Harry, sabía que él jamás iba a utilizarla para algo que no fuese mi bienestar.