Capítulo 50.

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Estaba caminando por los largos pasillos del instituto con Drew. Conversábamos casualmente sobre el trabajo de Introducción a la Física que necesitábamos terminar para unos días próximos a ese, y debía admitir que realmente estaba insinuándose todo el tiempo.

No me molestaba, pero si me retraía. Habían sucedido demasiadas cosas desde que había ido a su casa para el aniversario de sus padres, y sentía que el tiempo de todo el mes de Enero había transcurrido con lentitud y repleto de complicaciones. Me agradaba su presencia, a decir verdad, porque me recordaba en qué debía centrarme plenamente. Era la clase de persona con la que debía involucrarme, opuesta a Harry en muchos sentidos.

Reí acerca de un comentario que hizo, y me propuse alejarme en cuanto vi a May y a Jenn en sus casilleros, alejados del mío. Me despedí de él con mi mano pero sus labios rozaron mi mejilla con rapidez antes de despejarme. Me sonrojé y sonreí, y no intenté buscarle explicación a esa sensación. Sabía que no estaba mal y de alguna forma u otra esperaba que creciera y superara esa extraña necesidad que sentía cada vez que me acercaba a Harry.

- No puedo soportar a Drew. -soltó Jenn, antes de que siquiera me acercara a ellas lo suficiente para que su comentario no sea público.

- Jenn, ya hemos hablado de esto. -acoté, rodando mis ojos.

Me apoyé sobre los casilleros, y ellas me enfrentaron.

- No está, digamos… bien, que estés con ambos. -aconsejó May, cuidadosa. Gruñí.

- No estoy con ambos. -mentí.

O quizás no. Realmente, estaba más con Harry de lo que estaba con Drew. Y no consideraba unos simples besos que podían ser contados con ambas manos como una condición para “estar con ambos”.

- Técnicamente, si.

- Prácticamente, no. -respondí a May.- Saben quien realmente me interesa.

- ¿Harry? -preguntaron al unísono y quise golpear el piso con mi pie de impotencia.

- ¡No! Quiero intentar con Drew. ¡Hemos hablando Jenn!

- Si. -le restó importancia.- Pero jamás te he creído, porque, ya sabes, luego suceden cosas como… la cancha de tenis, o tu cumpleaños…

- ¡Callate! -casi grité, arrepintiéndome cuando levanté mi vista para no sólo verla reír, sino verlo acercarse.

Harry. Sabía que no solía tener buena suerte, pero comenzaba a hartarme el hecho de que todo el tiempo tuviera que verlo. Odiaba las casualidades que hacía que me lo cruzara por todas partes. Apareció entre Jenn y May, abrazándolas por sus hombros y dejando un beso en cada una de sus mejillas. Jenn abrazó su cintura y me miró divertida.

- ¿Puedo saludarte o no quieres? -preguntó él, su típica sonrisa torcida que aseguraba la muerte de cualquier persona del sexo opuesto que la observara.

Lo detestaba, demasiado como para pensar con coherencia frente a ellas.

- No, no quiero. -negué y reafirmé mis anteojos en su lugar, alejándome de allí.

Casi pude sentirlo suspirar con pesadez, la risa de May y sus pasos detrás de mí. Caminé hasta mi casillero, considerablemente lejos de donde estábamos anteriormente, pero aún rodeados de personas. Lo abrí, dejé algunos libros e ignoré de forma olímpica su presencia, su cuerpo apoyado contra el metal desgastado y acorde con la antigüedad de la infraestructura educativa.

- ¿Qué? -pregunté, bruscamente.

Quise reírme del contraste del día anterior en su cumpleaños, y el de la interacción que teníamos en el momento. Pero, era hora de que pusiera algún tipo de límite. Parecía acostumbrarse a ese tipo de trato y no era el que pensaba darle hasta que me fuera de allí.

All Over Again [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora