Capítulo 9.

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Desperté sobresaltada por un golpe de puerta y unos cuantos gritos. Supe instantáneamente que aquella era mi madre, y bufé al saber que debería soportarla una vez más. Volteé en mi cama, mirando al techo, esperando a que su irritante voz atraviese las escaleras y se escurra por mi dormitorio. Suspiré y rodeé mis ojos en cuanto la vi atravesar el umbral.

 - ¿Dónde diablos has estado, Katelyn? –gritó con fuerza, a lo cual rodeé mis ojos nuevamente.- ¡Necesitaba el auto! ¡Dijiste que volverías por la noche!

- Bueno, no fue así. –dije, restándole importancia, como solía hacer con cada una de nuestras discusiones.

- No volverás a Bradford. –espetó la rubia platinada que tenía como madre, conteniendo su ira, con ímpetu.

- Impídemelo. –sonreí con suficiencia, y la observé divertida.

- Oh, lo haré. Creéme. –devolvió la sonrisa.- Ya te he obligado a mudarnos una vez, puedo hacerlo de nuevo.

- Lo mismo digo. –sonreí falsamente.- No tengo nada que perder, te has encargado de quitarme todo lo que quería.

- A veces entiendo el por qué de que tu padre nos haya abandonado… se fue en el momento justo, no tuvo que padecerte...

- ¡Ni siquiera te atrevas a hablar de él, Lily! –interrumpí enfurecida, poniéndome de pie violentamente, logrando que ella retroceda por mi acción repentina.- Vete de mi habitación. Llévate las malditas llaves del auto y vete. –espeté señalando mi escritorio, en donde estaban las llaves.

- No puedes hablarme así. Yo soy la madre aquí. Me debes respeto.

- Por supuesto que puedo hablarte de esta forma. ¡¿De qué respeto me hablas?! Me has jodido la vida. Sabes cual es el único motivo por el que convivo contigo. Así que ahora vete de una puta vez.

 Prácticamente cerré la puerta de mi dormitorio en su cara, volviendo pesadamente a mi cama. Me dejé caer boca abajo, ahogando un grito en mi almohada, prohibiéndome darle importancia a mi madre. Levanté la parte superior de mi cuerpo en cuanto sentí mi iPhone sonar, harta de las situaciones que a diario vivía.

 “¿Estás viva aún? Mañana luego del instituto, May, tú y yo, ¿quieres? -J x

 Recordando todo lo sucedido en ese fin de semana, no sabía que responder a esa pregunta. ¿Todavía estaba viva? No lo sabía. Demasiados sucesos para una corta noche.

 “Mi casa. Las extraño. x”

 Y… en realidad lo hacía. Les había tomado mucho cariño en el corto período de tiempo que compartimos juntas. Podía confiar en ellas. Me respetaban. Por eso mismo es que necesitaba de ellas en ese momento, para despejarme y poder tener una vida normal y calma aunque sea por unas cuantas horas.

 Al menos hasta que Harry aparezca con el fin de arruinarme la existencia.

 Suspiré trabajosamente cerrando mis ojos luego de escuchar un fuerte sonido proveniente de la planta baja. Una puerta cerrada. Y al fin, soledad. Tranquilidad. A pesar de las horas de siesta que había dormido, seguía sintiéndome cansada. Cambié la ropa de Nathalie por una remera grande la cual podía ser considerada pijama, y coloqué unas pantuflas en mis pies. Bajé con fatiga las escaleras en busca de algún alimento, y sonreí con suficiencia al encontrar chocolate.

 Lo único que sabía hacer bien mi madre eran las compras. Y dudaba que no las hiciera su asistente.

 Cerciorándome que todo estuviera en orden y cerrado en la parte principal de mi hogar, volví a subir las escaleras, lista para entregarme al sueño nuevamente. Encendí la televisión por mera costumbre, recorriendo los canales hasta llegar a uno que reproducía música. Me deslicé entre mis sábanas, apoyando mi espalda en la almohada. Mientras miraba videos musicales y comía la deliciosa barra de calorías, volví a escuchar el sonido proveniente de mi iPhone.

All Over Again [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora