Estaba en el gran Leeds Bradford International Airport. Había dejado mis pertenencias donde debían estar, pero el vuelo estaba retrasado media hora, según la rubia que me hablaba detrás de un mostrador, sonriéndome amigable; aunque detrás de su sonrisa se encontraba una súplica de que no echara mi rabia con ella. Le devolví el gesto, preguntándole si podía quedarme allí antes de entregar todo el papeleo previo a abordar. Ella supuso que no habría problema con ello y lo agradecí. Detestaba esperar en esos salones lujosos; por lo menos allí estaría rodeada de personas apresuradas y nerviosas, por lo que tendría con que distraerme de la culpa y el dolor que internamente sentía.
Retrocedí a un asiento tradicional del aeropuerto, esperando que mi vuelo sea llamado. Jugueteé con mis pertenencias, recordando en mi mente la pequeña despedida de mi madre. Había parecido casi afectuosa y eso me había sorprendido; porque jamás había sentido un abrazo tan afectuoso de su parte. Interrumpiendo mi única memoria reciente, mi iPhone vibró en mi mano algunas veces. Me sobresalté, levantandome de mi lugar sin motivo y atendiendo sin mirar el nombre; arrepintiéndome luego cuando escuché la voz de la rubia detrás de la línea.
- Kate, ¿dónde estás? -preguntó, y podía escuchar el sonido de su alrededor más alto que su voz, sumándole a mi falta de audición el propio bullicio del aeropuerto.
- Estoy en el aeropuerto, aún no he abordado ni pasado por migraciones.-grité sobre mi celular, intentando que me escuchara.
- ¡Ahí está! -escuché una exclamación por encima del bullicio del audio, y mi móvil quedó en el suelo por el impacto resonando en mi cerebro.
Su voz. Era Harry. Harry estaba del otro lado de la línea, junto con Jennifer. Y si pensaba con cuidado en el sonido que escuchaba a través del teléfono, estaban allí. Aunque no tuve tiempo de pensar demasiado antes que unos brazos débiles se abrazaran a mí con fuerza.
Me encontraba una vez más tan sorprendida que no podía reaccionar. Estaba paralizada. No esperaba su presencia, y era lo que había querido evitar. Los últimos tres días había decidido que despedirme evitaría mi partida, por eso no tenía que hacerlo. Pero sin embargo, ellos me habían encontrado a mí, sin que yo pudiera hacer nada al respecto. Escondí mi rostro en su cuello, abrazándola finalmente, incapacitada de ver a Harry, quien probablemente estaba detrás de ella.
- Amiga… -susurró.- No pude no decirle, lo siento, Kate. Tenía que decirle, estaba destrozado y cuando se enteró me arrastró hacia el automóvil y comenzó a manejar hasta aquí. -se separó, observándome.- Y no tienes ni idea de la velocidad a la que vinimos para llegar a tiempo. Está como loco. -me miró fijamente, antes de volver a abrazarme por mi estado de trance, mis lágrimas una vez más apareciendo.- Oh, Kay… te extrañaré demasiado. Te perdono por todo lo que has hecho, no significa nada. Te quiero y me alegra haberte conocido, eres una persona increíble, ¿puedes creerlo? -tomó mi rostro con sus manos, asintiendo levemente aunque yo negaba entre mis lágrimas.- Lo eres. Se que fuiste sincera con nosotras la mayoría de las veces. No entiendo tu decisión pero… espero que seas feliz allí.
Asentí repetidas veces y ella me sonrió, acariciando mi mejilla antes de alejarse. En cuanto desapareció de mi campo visual, a una distancia considerable de mi lugar, estaba Harry. Su cabello estaba despeinado como de costumbre y tenía ojeras notables. Sus ojos estaba suplicantes, desesperados. Quise aferrarme a él pero no lo hice, respetando su distancia.
Aunque no entendía por qué diablos no estaba asfixiándome contra él en ese preciso momento, sabiendo que quizás no volveríamos a vernos jamás.
- Harry… -musité, mi voz quebrándose con cada inhalación, mientras mis ojos parecían quemar por la imagen que tenían enfrente.
- Hola. -susurró, en un tono tan bajo que tuve dificultades para escucharlo.
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All Over Again [Harry Styles]
Fanfiction❝The best way of keeping a secret is to pretend there isn't one.❞ —Margaret Atwood