- Aún estoy furioso contigo. -gruñó encima de mis labios, mientras continuaba mordiéndolos levemente.
El corto viaje hasta el hotel había sido silencioso, casi mudo. No habíamos cruzado siquiera una mirada y Harry parecía manejar cada vez con más velocidad. No sabía que sucedía con él ese día, pero lo acreditaba a la tensión que había existido entre nosotros por nuestras discusiones.
De todas formas, el transcurso del ascensor no podía recordarlo; y encontraba una razón lógica. Estaba completamente ebria de él y de su cuerpo presionado al mío contra una de las paredes del cubículo. No lo cuestioné, tampoco. No quise hablar porque no podía hacer nada más que quererlo cerca mío, y no distante como estaba minutos atrás.
Pero sabía que debíamos hacerlo y antes de dormirnos, lo haríamos. Eso era seguro.
Estábamos ahora besándonos contra la puerta de la habitación, cerrada a mi espalda presionada allí. Harry parecía desesperado; y lo estaba, realmente. Y no sabía qué era lo más incitante; si su desesperación o mi necesidad interna -y obviamente reprimida por mi subconciente- de ser completamente destruida por él en ese momento.
- Yo también lo estoy.
Mis palabras no salieron con ímpetu, porque era imposible hacerlo cuando él estaba mordiendo cada centímetro de mi piel expuesta. Mi mano derecha se cerró sobre su cabello, tirando de él como sabía que le gustaba. Harry gimió y sonreí, porque sabía perfectamente que ese era uno de sus principales incentivos en el sexo. Tomé su rostro entre mis manos y volví a unirnos, desesperada, hambrienta y agobiada por la situación en la que nos encontrábamos. Me resultaba frustrante que él tuviera tanta ropa encima, y sabía que opinaba lo mismo sobre mí cuando me miró a los ojos.
Separándose sólo lo vital, quitó su pulóver gris y yo hice lo mismo con mi blazer, dejándolo en el piso, encima de lo suyo. Enredé mis brazos en su cuello para atraerlo a mí, mientras él continuaba desabrochando su camisa. Lo obligué a mirarme y lo escuché maldecir, soltando la prenda para agarrar mi cintura con fuerza. Mi peso volvió a rendirse, cayendo una vez más sobre la puerta, imposiblemente más pegada a él. Estaba besándome otra vez, su lengua dentro de mi boca, imponente y despótica, enloqueciendome a cada segundo un poco más. Acarició mis piernas mientras nuestros besos se volvían descoordinados y repletos de necesidad; pero se vio frustrado, al no encontrar mi piel tibia contra su palma, mis jeans interponiéndose en su objetivo.
Sin embargo, se presionó más contra mí, tomando mis muslos por detrás y subiendo mis piernas a su cadera. Me tomó por sorpresa su gesto y la unión de nuestras caderas logró robarme un jadeo bastante notable para Harry, quien sonrió en mi cuello. Su respiración estaba descontrolada y podía decir lo mismo sobre la mía. No sabía como hacer para calmar a mi cuerpo, colmado de ansiedad. Necesitaba tocar a Harry, de cualquier forma que fuese posible; sentir su piel contra la mía y unirnos finalmente.
Si. Eso era todo lo que necesitaba en ese momento.
Acaricié sus brazos mientras él recorría con sus labios mi mandíbula, y la parte trasera de mi oreja. Mi punto débil se situaba ahí y lo sabía, por lo que se dedicó a succionar suavemente esa zona. Quité su camisa, o al menos intenté hacerlo. Vi los últimos dos botones abrochados y maldije, soltándome un poco de sus hombros y obligándolo a separarse para terminar con lo que él había dejado pendiente. Su camisa estaba afuera, y ahora podía observar su torso completamente desnudo.
Relamí mis labios casi por inercia, y luego me di cuenta de lo provocativo que podía ser ello. Mordí mis labios, esta vez buscando generar algo en él, mientras acariciaba con la punta de mis dedos su mandíbula, recorriendo la línea de sus anchos hombros. Lo miré a través de mis pestañas, con una inocencia obviamente fingida. Sabía que a todos los hombres les gustaba eso, y Harry no era la excepción.
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All Over Again [Harry Styles]
Fanfiction❝The best way of keeping a secret is to pretend there isn't one.❞ —Margaret Atwood