Mi Lobo Posesivo [+18]

Capítulo 4

El pasado de Brynne

Me cuesta abrir los ojos, me duele muchísimo la cabeza. Escucho como alguien dice mi nombre pero no distingo ahora mismo quién es. Vuelvo a caer en esa oscuridad.

[...]

Me despierto y ya no me duele tanto la cabeza, es soportable. Veo como Ethan está en un sofá dormido, no reconozco el lugar. Me pongo a recordar lo que pasó y empiezo a ponerme un poco nerviosa, me levanto con cuidado y voy hacia Ethan, me doy cuenta que llevo un camisón largo y blanco. Me ha cambiado. Siento mis mejillas arder de la vergüenza.

—¿Ethan? —Pregunto suavemente y susurrando, él abre los ojos lentamente.

—Brynne, ¿cómo estás mi pequeña? —Se levanta de golpe y me abraza estrujándome en su pecho. Huele tan rico.

—Ethan no puedo respirar. —Le digo con tono tranquilo.

—Lo siento, es que tenía miedo a que... bueno lo importante es que te encuentres bien. —Suena nervioso y raro, pero no me importa mucho, lo importante es saber dónde carajo estoy.

—¿Dónde estamos Ethan? —Le digo con una voz calmada, intentando mantener la tranquilidad.

—Bueno... estamos en mi casa, concretamente en mi cuarto. —Me pongo roja como un tomate y mis piernas flaquean un poco.

—Creo que ya me encuentro mucho mejor. Puedo irme a mi casa. —Le digo y él pone una cara seria. ¿Qué hice ahora?

—No sé Brynne, ¿estás segura? Si quieres descansa un poco más y ahora te llevo yo en coche. —Asiento algo dudosa.

[...]

Tengo que irme ya a casa, debería estudiar, aunque en realidad es una excusa, tengo miedo de Ethan, miedo a no saber la verdad, qué pretende, porque algo me dice que no anda nada bien de la cabeza.

—Hola. —Le digo a Ethan terminando de bajar las escaleras de su casa para ir con él y sentarme enfrente de un montón de comida. Hay bastante variedad, desde lo más sano a lo menos.

—¿De verdad te gustan las leggins o como se llame esos pantalones pegados que van marcando todo el trasero? —Me quedo sorprendida por lo que me acaba de decir. Lo dije, no está bien de la cabeza.

Me quedo callada.

—Normal que pasara lo de esta mañana. —Dejo de mirar la comida para mirarlo a él.

—¿Sabes? Me importa bien poco lo que opines de la ropa que llevo, son mis gustos y no los tuyos. —Le digo y me levanto dejando ahí toda la comida a su suerte—. Me voy a pie, sabré como ir perfectamente, gracias por todo. —Cuando iba a caminar a lo que yo suponía que era la puerta que daba hacia la calle, Ethan me cogió del brazo y me empujó hacia su pecho, chocándome.

—Nena no sabes con quién estás hablando, yo de ti tendría muchísimo cuidado con la persona que te estás metiendo y de lo que estás haciendo, tú no vas a ninguna parte, porque eres mía de ahora hacia delante y, créeme que como no me hagas caso vas a sufrir las consecuencias. —Me dijo todo esto pegando mi cara con la suya—. Ahora siéntate y come, nena.

Asiento con la cabeza y me pongo en la silla para comer algo sin ganas. Ethan apoya sus brazos alrededor mío sobre la mesa y pone su cabeza al lado de la mía. Me intimida. Vigila cada movimiento que hago.

Termino de comer y pongo mis manos en mis muslos esperando una respuesta por su parte.

—Ya podemos ir. —Dice y me levanto para seguirle.