Mi Lobo Posesivo [+18]

Capítulo 33

Comportamientos extraños

Sé muy bien quien está detrás de esto y no entiendo el porqué ha venido de esta manera.

—Nena va a ser mejor que vayas a descansar aunque sea un poco —dice Ethan con suspiro.

—No, estoy bien. —No estoy nada bien, a quién quiero engañar—. Es mejor que tú descanses un poco, tienes la herida y aunque estés mejor, has perdido mucha sangre.

—Me gusta que te preocupes por mí, nena. Pero no voy a descansar, tengo que ir a mi oficina y tú vas a dormir en el cuarto de al lado. —Me mira, sabe que estoy en desacuerdo pero aun así espera a que camine con él.

—De acuerdo, está bien.

(...)

Me despierto a causa de unos rayos de sol que dan en mi cara, protesto y me quejo pero siguen ahí —lógicamente—, me despego de la cama con pereza. Abro los ojos cuando estoy sentada en la cama. Por un momento se me olvida todo lo que ha pasado, miro el reloj rápidamente, ya han pasado cuatro horas de lo sucedido. No es mucho pero, un momento, ¡el instituto! Dios no puede ser, son las 10:37 y estoy aún en la cama. Me despierto rápido. Ethan está en su despacho o al menos eso creo, así que voy allí y efectivamente. Encuentro la puerta un poco abierta y antes de entrar escucho a Ethan hablando por teléfono.

—Sí claro. —Me pongo cerca de la puerta para escuchar—. Investiga más sobre ella. Es sospechosa. Adiós.

Cuelga la llamada y escucho como mueve la silla corredora. Decido que es hora de entrar al despacho, no llamo ni nada, simplemente paso un poco agitada. Ethan me ve al instante y me dedica una pequeña sonrisa de lado.

—Ya empezaron las clases. —Digo con pésame.

—Lo sé, no quise despertarte. —Hace una breve pausa para beber de su taza—. Quería que descansarás después de todo lo que pasó anoche. No te preocupes está todo controlado y he aumentado la seguridad para que nada parecido ni menor, suceda otra vez. —Se levanta de su asiento y rodea la mesa hasta llegar a mí—. Has despertado muy sexy.

—¿Ah, si? Pues tal vez me gustaría hacer algo sensual para recompensar. —Le miro con las cejas levantadas, tal vez pueda olvidarme de todo por un rato.

Ethan me agarra de la cintura y me empuja a su escritorio tirando todos los papeles, pantalla, teclado, etcétera al suelo sin ningún miramiento.

—Lo de anoche me puso bien furioso, no sabes las ganas que tengo de sentirme bien profundo dentro de ti, nena. —Ethan me susurra con una voz ronca sensual. Me excita.

Me arranca de una sola vez la camiseta que llevaba, quedó echa una mierda. Ethan se colocó entre mis piernas y empezó a besarme el cuello hasta uno de mis pechos ya duros por su exquisito tacto. Llega hasta ellos y se mete un pezón en su boca, lo chupa y lo subciona repetidas veces. Jadeo y lo agarro de los brazos musculosos y duros. Ethan se separa de mí y se quita la camisa tirándola al suelo, puedo ver su hermoso torso tenso y lo acaricio con las manos. Él vuelve hasta mi pecho y vuelve a besarlo. Me arranca las braguitas y se desabrocha el pantalón y se baja los calzoncillos quedando así su miembro enorme al descubierto. Está voluminoso.

Ethan me acerca a él y me penetra fuerte, gimo.

—Dios nena, estás muy cerrada y mira que anoche te follé. —Las palabras de Ethan me enloquecen aún más.