Capítulo 35

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Confesiones

Despierto de la conformidad de la cama y de los brazos de Ethan. La maldita alarma suena, estiro el brazo para apagarla y me vuelvo para ver a Ethan. Tiene los ojos medio abierto.

—¿Seguro que hoy quieres ir a clases? —Me pregunta adormilado.

—Sí, Ethan. Tú trabajas y yo voy a estar aquí aburriéndome, además ya está todo controlado. —Le acaricio la mejilla y él me da una media sonrisa.

—Bueno, como tú quieras. —Se separa de mis caricias y se sienta—. Tendremos que levantarnos. —Me río por su flojera y las caras de niño pequeño protestando.

La cama es cómoda y lo sabemos a la perfección pero no quiero quedarme aquí una mañana aburrida y ya no hay peligro sino Ethan no estaría tranquilo. Nos levantamos de la cama, como solo hay un baño aquí —lo que as algo evidente—, me voy afuera al baño de mí antiguo cuarto con algunas protestas de Ethan, pero hago caso omiso.

Me doy una ducha ligera para que me despierte, no quiero tardar mucho tampoco, quiero desayunar en grandes cantidades, muero de hambre. Normalmente por las mañanas cuando me despierto no puedo comer mucho porque me sienta mal pero es que hoy me he despertado con un apetito bastante curioso.

Termino la ducha en tiempo récord y me visto rápido, algo sencillo, vaqueros claros, jersey ancho de color negro y unas converse negras. Me cepillo el pelo aún húmedo y bajo a desayunar. Para mi sorpresa veo a Ethan comiendo un bocadillo como de mi mano hasta cerca del codo, muy grande. «Creo que no soy la única que ha despertado con ganas de engullir».

—Yo también estoy muerta de hambre pero no tanto como tú, creo que un buen tazón de cereales me irá bien.

—Y una fruta. —Habla con la comida aún en la boca.

—No hables con la boca llena de comida o ¿a caso no tienes modales? —Le miro levantando las cejas, lanzando pullitas.

—Tengo muchos modales, más que tú y que seguramente alguien de la nobleza, lo que pasa que estoy con mi mujer, en mi casa y en tranquilidad, aquí puedo ser como quiera.

—Vale, vale. Ahora déjame comer en vez de darme clases de dónde debo tener modales. —Escucho una pequeña risa por parte de él y yo sonrío negando con la cabeza.

Me cojo unos cereales, leche, cuenco y una cuchara. Lista para comer.

(...)

Hemos terminado de comer y Ethan me está llevando en su perfecto Audi a las clases. Ponemos música, aunque para mi gusto no es muy buena, es anticuada así que prefiero poner yo la música. Y como no, música de América Latina. Ethan me mira con desaprobación total, parece que no le agrada la música, si él escuchara la letra...

Hemos llegado y Ethan estaciona delante del edificio principal.

—Por fin puedo quitar esta música.

—¿Por qué no te gusta? Su letra es tan sensual. —Me muerdo el labio y hago un moviendo de cintura.

—Por eso mismo, porque la letra me provoca hacerte cosas bastante deseables y entonces daría media vuelta y te hubiera follado en cualquier sitio en donde no hubiera nadie, aquí en el coche a cuatro patas sin miramiento ninguno, por eso prefiero no escuchar la letra. Y ahora dame un buen beso y salte del coche antes de que me arrepienta y dé media vuelta para darte duro. —Ethan me deja sin palabras, boca abierta mirándola y sin saber qué decir ante sensual declaración, por un momento pienso si debería aceptar la apetitosa invitación. Tan tentadora.

Mi Lobo Posesivo  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora